Los Papas y el futbol

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Por Pineda Jaimes

El “meme” no deja lugar a dudas:  Un Papa en una silla común y corriente, no en las principescas que usaban los anteriores pontífices, y a su lado, decenas de guardias suizos, ataviados con su ancestral y característico uniforme, similares a los de un arlequín que los ha hecho famosos; todos ellos frente a un televisor.

En otro, éste más bien un cartón político, se ve al Papa enojado y a dos de sus guardias suizos viendo el partido por televisión y bebiendo cerveza. Para sorpresa de muchos, la viñeta diseñada por el dibujante Gabriel Ginger de Ginger Graphics, fue distribuida a través de la mismísima cuenta oficial de Comunicaciones del Vaticano en Twitter.

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¿La razón? El partido de octavos de final de la Copa del Mundo entre Argentina y Suiza que en definitiva fue para los sudamericanos.

Pocas veces tenemos la oportunidad de ver “humano” –permítame el término- a un pontífice. Normalmente estamos acostumbrados a tenerlos prácticamente como una divinidad, alejados completamente de las cosas mundanas, como en este caso el futbol. Pero este Papa es distinto. Para nadie es un secreto que es un fanático de este deporte e hincha irredento de un popular equipo argentino, el San Lorenzo de Almagro, que en diciembre pasado se coronó campeón del llamado Torneo Inicial en el futbol argentino.

Jorge Mario Bergoglio tiene en San Lorenzo al equipo de sus amores, incluso cuenta con su carnet como socio del club.  Es público que en Argentina, el ex arzobispo de Buenos Aires siempre que podía, asistía a los partidos del San Lorenzo al que por cierto, el 18 de diciembre pasado recibió en las escalinatas de la Basílica de San Pedro en Roma, hasta donde acudió una reducida comitiva del equipo para entregarle una réplica del trofeo, y por supuesto una camiseta rojiazul –los colores de la escuadra argentina- estampada en la espalda con la frase: Francisco Campeón, en referencia al nombre que adoptó Bergoglio al iniciar su pontificado. Un momento importante fue cuando el Papa, cual si se tratara del capitán del equipo, alzó la copa en señal de triunfo. El club, sobra decirlo, fue fundado por el saleciano Lorenzo Massa.

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El Vaticano se ha esforzado por difundir esta imagen del Papa, un pontífice más humano, más cercano a la gente, que no rehúye los temas más delicados como la homosexualidad y su ya célebre ¿quién soy yo para juzgarlos?,[1] que le atrajo muy buenas simpatías por su tolerancia y apertura, contrario a lo que habían mostrado los anteriores pontífices.

Pero en el plano estrictamente deportivo, es el primer Papa que abierta y públicamente muestra sus preferencias en ese sentido, que no el primero en gustar del futbol, que conste. Es de todos conocido pues, su amor por el balompié y en el Mundial, pese a sus múltiples ocupaciones no podía estar ajeno a ello. Incluso y hasta donde se sabe, fue tolerante con el twit que se difundió, de la caricatura/cartón político, que muestra al Papa con el seño fruncido y con una estola con los colores azul y blanco de la selección argentina, mientras que los integrantes de su guardia suiza beben cerveza frente a un televisor mientras observan el partido entre Argentina contra Suiza. Al parecer, el pontífice vio con bastante humor este cartón. Y no tendría que ser de otra manera; lo único que no le ha gustado es cuando en una barda de Roma, apareció un graffiti donde lo ponían como Superman.

No hay que olvidar que por primera vez en la historia de la Iglesia Católica, su máximo líder es argentino, mientras que su guardia, suiza, desde prácticamente el siglo XVI se encarga de la seguridad en el Estado vaticano. De hecho, se trata del ejército más pequeño del mundo: sólo 100 integrantes, que de acuerdo a Wikipedia (es.wikipedia.org/Wiki/Guardia_Suiza-Pontificia), se dividen en un comandante con el rango de coronel, quien es la máxima autoridad del cuerpo militar, un vicecomandante, dos oficiales de rango capitán, 23 mandos intermedios suboficiales, 70 alabastreros y dos tamborileros. En la misma fuente se nos indican los requisitos que se deben seguir para formar parte de este cuerpo de élite, entre los que se encuentran: ser soltero, medir mínimo 1.74 de estatura, contar entre 19 y 30 años, tener un título profesional o mínimo secundaria, ser católicos y suizos, y desde luego, haber cumplido con una instrucción básica en las Fuerzas Armadas Suizas.

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Para tristeza del papa Francisco, en la actual selección argentina que compite en el Mundial de Brasil, ningún jugador de su amado San Lorenzo juega en el equipo. De hecho, de los 23 convocados, sólo tres lo hacen actualmente en Argentina. Se trata del portero, Agustín Orión, y del mediocampista Fernando Gago, ambos del Boca Juniors y nuestro “odiado”-recordado Maxi Rodríguez, que en el ocaso de su carrera fue a parar al Newell´s Old Boys.

Los hobbies de los papas hasta antes de la llegada de Bergoglio al Vaticano, eran un asunto de Estado. No es que no los tuvieran, sino que no los conocíamos, al menos públicamente. Pero a lo largo de la historia de la Iglesia, han habido papas que les encanta la cacería, por ejemplo, o el juego, o las mujeres –si no, que le pregunten a don Alejandro VI, padre de los Borgia-. Otros más refinados se entretenían con el esquí o la política, la política de altos vuelos como Juan Pablo II, de quien además existen testimonios que en su juventud practicó el futbol como arquero y de los buenos, según reveló alguna vez su entonces portavoz oficial, Joaquín Navarro Valls, quien también confesó que de vez en vez el papa Wojtyla veía por televisión los juegos de la Roma de la liga italiana. Y habrá que creerle. O bien unos más sofisticados que se entretenían con la Teología como Benedicto XVI, quien entre sus amigos era de todos conocido que “torcía” por el Bayer Munich e incluso, en alguna ocasión llegó a retrasar el horario de su cena por ver el partido Alemania-Argentina en el Mundial de 2006, según reveló en su momento su entonces secretario particular, Georg Ganswein.

Ambos pontífices, cada uno en su momento por supuesto, se refirieron al futbol. Joseph Ratzinger, Benedicto XVI escribió en la década de los 80:

Con su periodicidad de cuatro años, el Campeonato Mundial de futbol demuestra ser un acontecimiento que cautiva a millones de personas. No hay casi ningún otro acontecimiento en la Tierra que alcance una repercusión de vastedad semejante. Lo que demuestra que con ello está tocándose algo radicalmente humano, y cabe preguntarse dónde se encuentra el fundamento de ese poder en juego.[2]

 

La respuesta se la dio escritor e intelectual uruguayo Eduardo Galeano, quien se preguntó: ¿En qué se parece el futbol a Dios? Y contestó: “en la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales”.[3]

A su vez, Juan Pablo II, al recibir en el 2000 a los directivos de la UEFA se refirió al futbol en términos más intelectuales, al alertar sobre lo que consideró “el riesgo de que el materialismo invada al futbol y promueva una cultura de codicia y egoísmo. [Porque…] en el futbol, como en el resto de los deportes, debe prevalecer el ser sobre el tener”,[4] en clara alusión a las sumas millonarias que se manejan en este deporte.

En cambio, a este Papa, como buen argentino, le encanta abiertamente el futbol. En 2008 como arzobispo de Buenos Aires, celebró la misa por el centenario del San Lorenzo, equipo al que, ya como pontífice le dirigió una conmovedora carta, en respuesta a una que le habían enviado los jugadores. “Sepan ustedes que no los olvido. Y además de la afición al futbol les pido que cultiven la amistad con Jesús, verdadero Amigo, que siempre estará con ustedes en los momentos felices y también cuando haya dificultades”, les dijo en su misiva.

Como buen hincha, no podía estar ausente de esta fiesta e hizo público sus deseos para este Mundial. “Deseo a todos un espléndido Mundial de fútbol –este sí con acento, como todo argentino que se respete-, jugado con espíritu de verdadera fraternidad y espero que además de ser una fiesta del deporte, se convierta en una fiesta de solidaridad entre los pueblos”, dijo, al tiempo que les recetó tres lecciones para la práctica deportiva a las que llamó tres comportamientos esenciales a favor de la paz: entrenarse, jugar limpio y respetar a los adversarios.

El pequeñísimo problema que tiene Bergoglio en este Mundial es que vive en Roma, la capital de Italia, que ya fue eliminada de fea manera de la Copa del Mundo, nada menos que por la “desconocida” Costa Rica, a la que poco le importó el palmarés de los Azzurri. El otro tema pendiente es que no sólo es el pastor de los argentinos, sino de todos los católicos del mundo. Ante tanto dilema, Francisco mejor le hizo al Poncio Pilatos, y decidió declararse neutral en este Mundial.

No importa que la mano de Dios esté con Maradona, como en el Mundial de 1986; ni que el propio Dios sea argentino. Maradona es Dios para ellos y ahora esperan con ansias que ese lugar lo ocupe el gran Messi, que anda dando pena ajena con una miedosa Argentina que su técnico la coloca en la cancha con un horrible 5-3-2, traicionando su historial, mientras que en la cancha, ya casi a punto del soponcio, un Messi desolado exige una selección más ofensiva. El técnico Sabella, al que está más que claro que sus jugadores ni lo pelan –uno de ellos, para que ya se callara, le lanzó agua en el rostro cuando le daba instrucciones a la orilla de la cancha-, se debate en un trilema: su terco sistema defensivo que puras tristezas da, sacar a Messi –lo cual sería una locura- o hacerle caso al del Barcelona. Hasta ahora, ha hecho lo último.

Lo cierto que es a la luz de los pobres resultados que ha obtenido Argentina, que a duras penas avanza en este Mundial, es que los chés necesitarán de todas las influencias del papa Francisco para que Dios les vuelva a echar una manita y puedan ganar este Copa.

Ellos piensan que tienen todo: A Messi, el mejor del mundo –camino a ser el nuevo Dios argentino- y quien los ha salvado hasta el momento; a Dios mismo, encarnado en Maradona –no le hace que ni siquiera lo dejen entrar a algunos estadios-; al Papa Bergoglio y ahora, por si fuera poco, cuentan hasta con su propio Ángel (Di María). Con tanto poder divino, ¿cómo es posible no ganar este Mundial?

Pero tal parece que  en esta ocasión, ni con toda esta Corte Celestial, han logrado convencer al Supremo para que los ayude a ganar este Mundial, lo cual se ve muy, pero que muy difícil de lograr en esta ocasión.

Y es que de acuerdo con las estadísticas oficiales de la FIFA (www.fifa.com), los números de Argentina no están como para pararse el cuello lleno de orgullo. En cuatro partidos jugados, sólo han marcado siete golecillos (contra los 12 pepinillos de Holanda). Meten un gol cada 56 minutos y de cada 11 intentos, uno termina en la meta contraria. De ellos, seis han sido en jugadas de campo y uno a balón parado, que eso sí, los distribuyen muy bien a lo largo de los 90 minutos, salvo en el lapso de los 15 a los 30 minutos de cada juego que no han anotado, en el resto sí lo hacen. Eso quiere decir que en cualquier momento te pueden hacer un gol. Y bueno, eso se entiende perfectamente si tienen en sus filas a un nuevo Dios (Messi) y a un Ángel (Di María).

Por eso, en esta ocasión, y ante los nubarrones que se abaten sobre Argentina, sabio que es, el papa Francisco se ha declarado neutral.

Sabe perfectamente que lo que necesita Argentina en estos momentos, no es un buen técnico, sino un verdadero milagro.

O sea que, por ahora, parece ser que el Papa no podrá ayudarlos, ni porque tenga línea directa con el cielo.

Ante esto, a los argentinos más les vale ponerse a rezar. Amparados en los sabias palabras de Galeano para quien, “el futbol es la única religión que no tiene ateos”.

Y tal vez y sólo por eso, se apiade y los escuche Dios.

Amén.

Hasta mañana. Buen día y buena suerte.

 

 

 

 

 

[1] El comentario papal se dio en el contexto de una conferencia de prensa que ofreció a bordo del avión papal que lo regresaba a El Vaticano, tras su participación en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro el pasado julio de 2013. En ese marco, la pregunta textual que se le hizo a Bergoglio fue: -¿Y el lobby gay? Y su respuesta textual fue: “Se escribe mucho sobre el lobby gay. Todavía no me encontré con ninguno que me dé el carnet de identidad en el Vaticano donde lo diga. Dicen que los hay. Cuando uno se encuentra con una persona así, debe distinguir entre el hecho de ser gay, del hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno. Si una persona es gay y busca al Señor y tiene Buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”. www.lanación.com.ar71605441-entrevista-completa-papa-francisco-avion-vatileaks-corrupcion-iglesia-lobby-gay-argentina-jo.[Consultado el 1 de Julio de 2014].

[2] Canchallena.lanación.com.ar/1706114-deporte-y-religion-el-futbol-tambien-cree-en dios. [Consultado el 1 de Julio de 2014].

[3] Canchallena.lanación.com.ar/1706114-deporte-y-religion-el-futbol-tambien-cree-en dios. [Consultado el 1 de Julio de 2014].

[4] Canchallena.lanación.com.ar/1706114-deporte-y-religion-el-futbol-tambien-cree-en dios. [Consultado el 1 de Julio de 2014].

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