Los nexos de García Luna con el narco

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Los servicios de inteligencia de Estados Unidos tienen un amplio y detallado expediente acerca de los presuntos nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico, según revelan a Proceso fuentes de la DEA. A las sospechas en torno de quien fungió como secretario de Seguridad Pública en México se suma un patético episodio protagonizado por él mismo. En una reunión de la Iniciativa Mérida efectuada en septiembre último en Washington, el gabinete de seguridad de Barack Obama quedó sorprendido cuando García Luna pidió “perdón” por el ataque de policías federales contra agentes de la CIA en Tres Marías. “Lamentable” actitud, dice uno de los testigos del encuentro.

J. Jesús Esquivel/ Proceso

Washington— El 18 de septiembre de 2012 las palabras de Genaro García Luna dejaron atónito al gabinete del presidente Barack Obama: El titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal se disculpó por el ataque de policías federales contra efectivos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

“Quiero aprovechar para pedir una disculpa institucional y personal por los hechos ocurridos en Tres Marías”, se lee en la transcripción de las palabras de García Luna, recogidas en “documentos clasificados” del Departamento de Estado –cuya copia tiene Proceso– alusivos a la reunión del Grupo Consultivo de Alto Nivel de la Iniciativa Mérida, a puerta cerrada el pasado 18 de septiembre en Washington.

Dirigiéndose a la secretaria de Estado Hillary Clinton, al procurador general Eric Holder y a Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior, García Luna precisó: “Vamos a hacer todo para castigar a los responsables”.

Los documentos clasificados del Departamento de Estado –en sus tomas 7 y 8, proporcionadas a Proceso por uno de los secretarios presentes en el encuentro– dejan la impresión de que García Luna y Felipe Calderón saben quién y por qué perpetró el atentado contra los agentes de la CIA y un capitán de la marina mexicana.

“El señor presidente nos ha instruido a hacer todo lo que esté de nuestra parte y nuestra convicción es llevar a cabo un trabajo eficiente. Se va a castigar a los responsables, sin duda.

“La institución va a hacer todo lo necesario para resolver este caso y por supuesto mantener eficiencia en lo que es cooperación con ustedes”, enfatizó García Luna en la disculpa dirigida a todos los integrantes del gabinete de seguridad de Estados Unidos.

Una figura truculenta

Los agentes de la CIA Stan Boss y Chase Garnes y un capitán de la Marina de México fueron víctimas de un ataque con fusiles AK-47 por parte de policías federales –bajo el mando de García Luna– que actuaron vestidos de civil el pasado 24 de agosto en Tres Marías, Morelos.

García Luna “habló en español y me quedé atónito al escuchar sus palabras pidiendo una disculpa a Estados Unidos por el incidente de Tres Marías, mientras que la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos sigue matando a mexicanos en la frontera y nadie, por parte del gobierno estadunidense, pide disculpas por ello”, dice el secretario que entregó los documentos clasificados a Proceso.

De todas las confianzas de Calderón, García Luna siempre fue una figura truculenta y misteriosa para el gobierno de Estados Unidos, el que durante todo el sexenio optó por mantenerse al margen y evitó hacer comentarios sobre los cientos de reportes que tiene de los posibles lazos del extitular de la SSP con el crimen organizado.

“Los servicios de inteligencia tienen una abultada recopilación de informes recabados en México y en Estados Unidos, que señalan los posibles nexos de García Luna con miembros del narcotráfico. Por ejemplo con los Beltrán Leyva, con Los Zetas y el Cártel del Golfo. Alguna de esta información data desde el sexenio de Fox”, declara a Proceso un agente de la agencia antidrogas estadunidense (DEA) que mantuvo irrestricta la condición del anonimato.

“Si el gobierno de (Enrique) Peña Nieto toma la decisión de revisar y darle seguimiento a esa información de inteligencia sobre García Luna, es posible que con ella se aclaren algunas de las dudas y misterios que hay sobre la lucha contra el narcotráfico en el gobierno de Calderón”, acota.

–¿Por qué ahora que se termina el sexenio de Calderón las agencias de Estados Unidos hablan más abiertamente sobre García Luna? ¿Por qué no lo hicieron antes si ya tenían información de inteligencia importante sobre él? –se le pregunta a la fuente de la DEA.

–Por respeto a la institucionalidad mexicana y porque él era el contacto directo con Estados Unidos, asignado por el presidente mexicano. Sólo por eso.

–¿En Estados Unidos hay pruebas que pudieran implicar directamente a García Luna con el narcotráfico?

–Hay información detallada. El desarrollo de las investigaciones le corresponde a las autoridades federales mexicanas, si es que tienen la disposición de hacerlo y desarrollar una pesquisa –contesta.

Édgar Valdez Villareal, La Barbie, en una carta publicada el 28 de noviembre en el periódico Reforma , asegura que García Luna estaba en la nómina de los grupos del narcotráfico desde hace 10 años.

“Me consta que ha recibido dinero de mí, del narcotráfico y de la delincuencia organizada, al igual que un grupo selecto integrado por Armando Espinosa de Benito quien trabaja con la DEA y me pasaba información; Luis Cárdenas Palomino, Édgar Eusebio Millán Gómez, Francisco Javier Garza Palacios, Igor Labastida Calderón, Facundo Rosas Rosas, Ramón Eduardo Pequeño García y Gerardo Garay Cadena quienes también forman parte y reciben dinero de la delincuencia organizada y de mí”, dice La Barbie.

(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1883, ya en circulación)

 

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