En una ilustración que hizo público en 2014, el artista checo Martin Vargic le asigna a los países de América Latina las siguientes etiquetas: en lugar de México, el nombre que aparece en su mapa es “Tacos”; por Brasil, aparece “Samba”; por Costa Rica, “Naturaleza”; por Bolivia, “Mundo Perdido”.
Colombia aparece como “Cocaína” y Venezuela como “Cuba del Sur“, por mencionar algunos.
Y eso es Vargic -también conocido como Jay Simons-, quien se encuentra al otro lado del mundo. En la propia Latinoamérica, estereotipos bastante más elaborados circulan abiertamente entre unos países y otros.
Más allá de la anécdota, un estudio de 2006 de la Agencia Española de Cooperación Internacional sobre estereotipos entre los países que en aquel entonces integraban Mercosur -a partir de una muestra de estudiantes universitarios en cada uno de esos ellos- encontró que aunque la mayoría reconocía poseer muy poca información sobre la historia, la cultura y la forma de vivir de los países sobre los cuales se les estaba preguntando, muchos tenían formada una idea bastante clara sobre sus habitantes.
Así, por ejemplo:
- “La forma de ser de los argentinos es muy criticada desde el exterior. Expresiones como ‘son muy arrogantes‘ y ‘se creen superiores‘, resumen bien un sentimiento que está muy extendido”, dice el estudio.
- “Los brasileños caen bien a todo el mundo. Se opina que son alegres, simpáticos y hospitalarios. Su forma de ser es apreciada en todos los países”.
- “En el estereotipo sobre los bolivianos se destacan los rasgos negativos: mala situación económica, atrasados y con pocos estudios”.
- “La forma de ser de los chilenos es criticada por un sector de los argentinos y otro de los uruguayos. Por el contrario, son apreciados, sobre todos por los paraguayos los brasileños y los españoles. Ellos mismos se ven como trabajadores, acogedores y solidarios.
- En cuanto a los paraguayos, “expresiones como ‘personas sencillas’ y ‘amables’ son muy repetidas; cuando se presta atención a los juicios negativos, se prueba que, en bastantes ocasiones, aluden a la corrupción”.
¿Cuáles son los estereotipos que tenemos los Latinoamericanos sobre nosotros mismos? ¿Nos unen o nos desunen?
Lo que decimos
Vía Facebook, Elier Chara García comenzó por comentar el problema de la falta de información sobre la propia región.
“Creo que mientras no conozcamos por dentro cada país no tendremos criterios apropiados, cada país es mucho mas de lo que podemos ver desde afuera“, afirmaba.
“Los estereotipos que nos aplicamos en México son generalmente maloscomparado con los del exterior”, decía Luis Ángel Ayala.
“Por la tendencia de compararnos eternenamente, por un lado con la descendencia europea y por el otro con las raíces indígenas, quedamos atrapados en un limbo de identidad“, señalaba.
“Felizmente en Italia al Perú lo identifican con los incas y Machupicchu, pero creen que Lima está en los Andes y que todos tenemos llamas en vez de perros en casa jajaja”, comentaba Víctor Cajas.
“Aquí los centroamericanos nos caemos digamos que ‘bien’ -escribía Aída Palacios-, a excepción de los ticos que tienen la fama de ser muy arrogantes”.
¿En el mismo saco?
La cuestión de si hay o no un estereotipo que describa en forma más o menos ecuánime cómo somos los latinoamericanos resultó ser mas divisiva.
“Los latinos no podemos encasillarnos en un estereotipo en específico, perosomos cálidos, amigables, amables, con muchas ganas de ayudar al prójimo. Gente mala hay en cualquier continente y raza”, señalaba Fernando Abundis Pedraza
En cambio, Ariel Dávila Bueno lo veía como un asunto más complejo. “Creo que de otros continentes y América del Norte nos miran con estereotipos como si todos los latinos fuéramos iguales: pasionales, cálidos informales, románticos y violentos etc… que como todos estereotipos, tienen algo de realidad y también bastante de conveniencia”.
Mientras que Ismael Ruiz Álvarez ejemplificaba con su propio caso la cuestión de que no todos pueden ser puestos en el mismo saco: “Como uruguayo, siento que muchas veces no se difunde la diversidad latinoamericana y asocian a el ser latino con algo que los uruguayos carecemos totalmente. No bailamos salsa, no somos alegres, somos reservados, y nos gustan estilos musicales que distan mucho de lo tropical“, escribía.
“El punto es que el tango es tambien un ritmo latino, pero nadie lo ve así. La forma de ser del sur de Suramérica (condicionada por el clima y mayor ausencia de la cultura nativa) es también latina, pero distinta (…) Por supuesto nos unen muchas cosas, como el ser republicanos, tener una media muy culta (a diferencia del primer mundo donde la gente culta escasea), y compromisos sociales y políticos como la patria grande”, añadía.
¿Son justos?
Por último, les preguntamos si creían que los estereotipos le hacen justicia a los pueblos que pretenden representar y si resultaban hirientes, más que divertidos, como a veces se pretende.
“Todos los latinos siempre salen de nacionalistas y opinan que su país es el mejor. Cuando en realidad compartimos ser países multiétnicos y multiculturales”, decía Yanet Uscanga Vera .
“Es muy humano generalizar; a veces las descripciones son jocosas o simpáticas, otras veces pueden resultar más hirientes y eso es reflejo de insensibilidad, ignorancia, desconocimiento o simple odio a los otros”, escribía Carlos Ávila Arquin.
Entretanto, Marichu Camacho-Hernandez encontraba “ridículo, insorportable y hasta de mala educación” utilizar estereotipos para relacionarse “con toda cosa y con toda persona”.
“Hay tanto más por dentro, que no se ve, que no conocemos, eso sería entonces la verdedera esencia de cada cual. Es eso lo que habria que conocer, mientras tanto, nada es válido”.
Un criterio que bien resumía Marisol Ayala Jáuregui con una sola frase:
“La única generalización cierta es que todas las generalizaciones son falsas“.
Fuente: BBC