Los escándalos de la FIFA

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A la Memoria de Germán Montellano

Por Pineda Jaimes

Brasil 2014 se está convirtiendo en una verdadera pesadilla para la FIFA. Y mal andan las cosas cuando en un Mundial de Futbol, no son los futbolistas sino sus directivos los que acaparan la atención.

De ser por los millones asegurados que les ha dejado este Mundial, los “fifos” ya estarían arrepentidos de lo que sucede en tierras sudamericanas, donde, hay que decirlo, todo empezó mal y muy seguramente terminará igual: mal.

Los brasileños no pudieron tener en tiempo todo lo que prometieron y eso, no sólo puso de uñas a los “fifos”, sino también al pueblo brasileño a quien le aseguraron que el Mundial traería prosperidad sin procedente con la construcción no sólo de modernos estadios –que para muchos brasileños equivale a templos futbolísticos- sino también en obras de infraestructura como carreteras, escuelas, modernización de ferrocarriles y aeropuertos. Muy poco de eso ocurrió.

El Mundial inició de la peor manera posible. Con estadios a medio construir, con la ceja fruncida de los “fifos” que amenazaron con sacar de la competencia a ciertas sedes que mostraban un atraso más que evidente. Ya no se diga la famosa infraestructura. Varios de los aeropuertos que se prometieron de plano se cancelaron, otros, cuando comenzaron a llegar los primeros turistas aún estaban en remodelación algunas de sus áreas y otras de plano las cerraron ante la imposibilidad de poder hacer más. De pena ver el estado de las canchas mundialistas, otrora el orgullo de la FIFA en sus eventos mundiales. Bien cuidadas, con diseños espectaculares, verdes, impecables como el paño de las mesas de billar. En Brasil es común ver algunas de ellas con manchones de tierra, con ausencia de diseños, el pasto flojo, pero en fin. Ese es el aspecto cosmético solamente.

Pero lo que si debe preocupar a los federativos es el accionar del propio torneo, donde como nunca –y de verdad, qué pena por los brasileños- este torneo se encuentra cubierto por la sombra de favoritismo para el país anfitrión, a quien, por más que lo quieran disfrazar, ha recibido una que otra ayudadita de los árbitros, que evidentemente no necesitan porque es un gran equipo y sí en cambio mancha su paso. Tal parecería que lo quieren como campeón a fuerzas, porque piensan que así habrá mayores ingresos. Claro que sí, pero el daño que le causarán será muy grande, mientras que por otro lado, repito, Brasil no lo necesita.

No en balde el casi siempre tranquilo Alexis Sánchez, el chileno que milita en el Barcelona y que enfrentará a Brasil, salió de su taciturna forma de ser y sorprendió a los periodistas que lo entrevistaron previo al encuentro, al decirles que más que Brasil, lo que le preocupa es el arbitraje.

A todo esto que de por sí, ya se puede considerar como un escándalo porque yo no recuerdo una acción tan evidente como esta, el de querer ayudar al equipo sede de esa manera, se deben sumar los propios escándalos de corrupción que manchan a la FIFA, al darse a conocer cómo se otorgaron las sedes de Rusia y Qatar, donde hubo millones de dólares de por medio, según diversas acusaciones e investigaciones periodísticas.

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El relajo extracancha, ha llegado ya hasta los terrenos de juego donde, a la FIFA, la dueña del circo, “le crecieron los enanos”, quienes echaron a las primeras de cambio a los “grandes” y “taquilleros” de Europa comenzando con el campeón actual, España para seguirle en fila dos excampeones: Inglaterra e Italia, mientras que para su sorpresa siguen vivos muchos latinoamericanos como Chile y Colombia, el propio México o incluso Costa Rica que se pensaba iban a ser presa fácil en sus respectivos grupos. Y en algunos casos, la FIFA piensa que esto no es bueno para la taquilla. Otros resultaron un fiasco como los equipos africanos o francamente decepcionantes como Portugal con todo y su Ronaldo que lo más que lució en las canchas fue su corte a la mohicano con su número  7 que le hace honor a su conocido narcisismo. Incluso Messi con todo y el empeño que le pone, no es lo mismo con el Barsa que con la albiceleste que todo indica es un desastre y nade le hace caso a su entrenador Sabella a quien Lio públicamente le ha recriminado su falta de agallas para mandar al equipo al frente, porque el entrenador argentino se inclina por un medroso 5-3-2-, cuando Messi quiere un 4-3-3, mínimo. Dicho de otra manera, Messi quiere en el terreno de juego a lo que la prensa ha dado por llamar ya “los cuatro fantásticos” que conforma con Agüero, Higuaín y Di María.

Eso no es nada, si vemos lo que pasó con España donde Xavi Hernández terminó casi a golpes contra su técnico Del Bosque y con una soterrada rebelión encabezada por Cesc Fábregas, Gerard Piqué con todo y su Shakira y Jordi Alba. El equipo prácticamente se le partió al español al tener solo de su lado a Iniesta, Torres y Ramos. Lo cierto es que España fue la gran decepción y se salvará del ridículo, sólo porque hay selecciones peores que ella.

Pero sin duda, el gran escándalo de este mundial lo será el “Caso Suárez” que dará mucho de qué hablar en los tiempos venideros, por la “curiosa” forma en que lo resolvió la FIFA donde quedó demostrado su doble moral, sus dos caras y su peculiar forma de impartir justicia.

Así como Francia 98 es recordada por el cabezazo de Zidane contra Materazzi, 2014 lo será por la tremenda mordida que le dio Luis Suárez al italiano Chiellini. La FIFA sin pensarlo mandó a su casa a Luis Suárez y sin que se justifique lo que hizo, me parece excesivo e inmoral el castigo. Independientemente de las condiciones psicológicas del delantero uruguayo, lo que está en juego es la forma en que la FIFA imparte justicia.

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Este organismo se ha mantenido firme en su decisión de no utilizar la tecnología para casos donde no se puede apreciar si fue o no gol, bajo el argumento que el error humano en las decisiones arbitrales es parte del futbol. Hoy en Brasil ya implementó un dispositivo que le avisa a los árbitros. Sin embargo, no duda en castigar a un jugador por una mordida que el árbitro mexicano, Marco “Chiquidrácula” Rodríguez,  no vio y por tanto no marcó. La FIFA se basó en los videos de la televisión. Entonces, la FIFA deberá explicar cuándo sí y cuándo no  basará sus decisiones en el uso de la televisión, porque entonces a México debería sumarle los dos goles que nos anularon contra Camerún, los claros penales que no  nos marcaron contra Brasil y Croacia como lo muestra perfectamente la televisión y entonces la historia sería diferente, pues tal vez y sólo en el terreno de la especulación, Brasil estaría enfrentando a Holanda y no a Chile. Tan descabellada está la decisión de la FIFA con respecto al castigo a Suárez, que uno puede entender que lo suspenda varios partidos, pero de eso a prohibirle sus derechos humanos, ya es otra cosa. Suárez fue expulsado como un delincuente. No se le permitió seguir en la competencia, se le revocó su acreditación y prácticamente fue expulsado de Brasil, ante la complacencia del gobierno brasileño que permitió esta atrocidad. Ni siquiera puede entrar a un estadio de futbol en los próximos meses.  ¿Con qué derecho la FIFA expulsa de Brasil a un ciudadano y le prohíbe entrar a un estadio, construido con recursos públicos? Increíble, pero cierto. Ah, por cierto, más inteligente y en un hecho que lo engrandece no sólo como deportista, sino como ser humano, Chiellini  ya perdonó a Suárez y no sólo eso, sino que salió en su defensa, al afirmar públicamente que le parecía exagerado el castigo de la FIFA. Más sensato que aquellos pidió que “al menos se le deje estar cerca de sus compañeros de juego, porque esa prohibición es realmente alienante para un jugador”. Y remató: “En este momento, mi único pensamiento es para Luis y su familia ya que enfrentarán un periodo muy difícil”, según se puede leer en el sitio electrónico de El Confidencial (www.elconfidencial.com). ¿Puede existir un acto mayor de gallardía y deportivismo que éste de Chiellini?

Desde luego que si se le quiere ver un lado bueno a todo esto, es que al menos se develaron algunos de los secretos mejor guardados de la siempre tenebrosa FIFA, de la muy poco se sabe de ella y cómo funciona. Por ejemplo, a raíz del escándalo Suárez, hoy sabemos que su Comisión Disciplinaria –la misma que casi dictamina pena de muerte a Luis Suárez y una, si no es que el área deportiva más sensible-, es lo más exótico, -por decir lo menos- que tiene la FIFA en estos momentos. Está integrada por 19 miembros y es encabezada por un exfutbolista de medio pelo, Claudio Suiser de Suiza, quien brillara en el Grasshoppers de Zurich donde llegó a marcar 100 goles en 192 partidos. A Suiser le corresponde castigar a los jugadores por sus faltas. Y uno esperaría que lo le ayuda gente que conoce perfectamente el oficio, pero parece que no.  A Suiser le acompañan en su misión, rutilantes estrellas de países donde el futbol brilla intensamente como en Tonga, donde, no, no es el futbol el deporte principal, sino el rugby o Pakistán donde el hockey sobre hierva o el criket es lo que rifa. Ah, también integran esta comisión representantes del futbol de Hong Kong o la potencia que  son las Isla Cook, quien por cierto tiene el nada agradable record de llevarse la segunda mayor goleada de la historia del futbol mundial ante Tahití en 1971 que le metió nadarás 30 goles sin recibir ninguno en contra., según nos narra El Confidencial en su página electrónica. La lista de integrantes de la Comisión Disciplinaria la completan los representantes de puras potencias que conocen perfectamente la dinámica del futbol: Singapur, cuyo representante Kia Tong Lim es su vicepresidente; las Islas Caymán y Congo, entre otros. Esta gente es la que decidió el “Caso Suárez”. Y que conste que sólo me refiero a futbol, nada más.

La cosa se le complica a la FIFA porque “Chiquidrácula” ni siquiera consignó el hecho en su cédula arbitral y aún así los “fifos” decidieron hacerle caso al video. Hoy, los uruguayos –y con justa razón, creo yo- piden que actúe de igual manera –sí Chucha, hasta creen- contra Neymar que se ha especializado en dar codazos de lo lindo, ante la complacencia de los árbitros.

Lo cierto es que los tumbos de la FIFA son ya un escándalo. Primero su intento de censura a la afición mexicana. Ante la polémica decidió dar marcha atrás. Luego los arbitrajes que han dejado mucho qué desear y ahora lo de Suárez.

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¿Qué sigue? Yo creo que la FIFA ha perdido la brújula y tal parece que como decimos por acá en México: lo que mal empieza, mal acaba.

Qué pena por Brasil. No se lo merecen.

Hasta mañana. Buen día y buena suerte.

 

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