Al entrar en vigor la mayor asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) en la historia, Kristralina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), expuso que dichos activos tienen como objetivo proporcionar liquidez adicional al sistema económico mundial, al complementar las reservas de divisas de los países y reducir su dependencia de una deuda interna o externa más cara.
“Los DEG son un recurso valioso y la decisión sobre la mejor manera de utilizarlos corresponde a nuestros países miembros. Para que se utilicen con el máximo beneficio para los países miembros y la economía mundial, esas decisiones deben ser prudentes y estar bien informadas”, abundó al entrar en vigencia la asignación cercana a los 650 mil millones de dólares.
Tras más de un año en crisis mundial por la pandemia de Covid-19, el FMI aprobó una asignación de DEG —activos de reserva internacional creados por el organismo en 1969—, con el objetivo de apoyar la liquidez de los países y serán efectivos a partir de este 23 de agosto.
Algunos países, como México, se han pronunciado por usar los recursos en el pago de la deuda. En ese sentido, el FMI expuso que no hay impedimentos, “las tenencias de DEG se pueden utilizar para reducir la costosa deuda pública o los atrasos”, pero dicha decisión se debe tomar en un marco general de gestión de la deuda.
En los casos en que se decida utilizar los DEG para ayudar a reducir la deuda externa, la posición neta de activos externos del país se mantendrá sin cambios; pero también se pueden usar “para reducir la costosa deuda pública interna o los atrasos internos”, explicó.
“En ambos casos, la decisión debe tomarse en el marco de una estrategia general de gestión de la deuda y respetando los arreglos institucionales nacionales”, puntualiza el FMI en el manual que acompaña a la asignación cercana a los 650 mil millones de dólares.
Emite marco para transparentar uso de recursos
Al depender de las cuotas entregadas al FMI, 275 mil millones de dólares se destinarán a los países emergentes y en desarrollo; entre ellos, los países de bajos ingresos recibirán alrededor de 21 mil millones de dólares, equivalente a 6 por ciento de su producto interno bruto (PIB) en algunos casos.
A su vez, durante los últimos 16 meses, algunos miembros se comprometieron a prestar 24 mil millones de dólares, incluidos 15 mil millones de sus DEG existentes, al Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza del FMI, que ofrece préstamos en condiciones favorables a países de bajos ingresos.
Georgieva recalcó como necesaria la transparencia en el uso de los recursos. Por ello, el FMI publicó un marco para evaluar las implicaciones macroeconómicas de la nueva asignación, su tratamiento estadístico y cómo podría afectar la sostenibilidad de la deuda.
Fuente: La Jornada