Lydia Villa-Komaroff no participa en una manifestación desde que protestó en los años 60 contra la guerra de Vietnam, pero este sábado será una de las líderes de la Marcha por la Ciencia en Washington. Esta doctora que ha dedicado su carrera a la biología molecular y a la promoción de la educación científica entre los hispanos a partes iguales, vio como en su juventud dos grandes universidades le cerraban las puertas por ser mujer. Este sábado volverá a salir a la calle como una de las organizadoras de la manifestación que aspira a igualar la demostración de fuerza de la Marcha de las Mujeres el día después de la investidura de Donald Trump.
Villa-Komaroff asegura que los científicos estadounidenses han visto como el país, desde mucho antes de la llegada del presidente republicano, cada vez apoya menos a su profesión. “La percepción de la importancia de la ciencia para crear políticas está en descenso”, lamenta. “A pesar de que todos los aspectos de la vida moderna se han visto transformados por la ciencia, el apoyo ciudadano ha descendido”.
La comunidad científica de EE UU ha visto además cómo ese respaldo se encogía también a nivel gubernamental. El último golpe ha llegado de parte de la Administración Trump. Villa-Komaroff enumera las muchas razones por las que los científicos protestarán en Washington este fin de semana, desde la desaparición de datos en las páginas web del gobierno federal hasta las propuestas para dejar de proteger el medioambiente.
Los organizadores de la Marcha por la Ciencia defienden que la convocatoria es “una celebración de la ciencia” como “un pilar de la libertad humana y la prosperidad”. Entre sus objetivos está la reivindicación de que los políticos basen sus medidas en datos científicos y demostrados en nombre del interés público. “Necesitamos respetar y respaldar las investigaciones que nos ayudan a entender el mundo”, defienden.
“Muchos de nosotros estamos consternados por las señales que [el Gobierno]ha enviado hasta ahora”, afirma Villa-Komaroff. La doctora destaca, entre otras, “el nombramiento de líderes de agencias que desconocen o conocen muy poco acerca de cómo funcionan esas mismas agencias, y que en algunos casos están en contra de su propia misión”. Villa-Komaroff se refiere al nombramiento, por ejemplo, de Scott Pruitt como responsable de la Agencia de Protección Ambiental.
Pruitt no cree que el hombre sea responsable del cambio climático. En su cargo anterior, como fiscal general de Oklahoma, se querelló en 14 ocasiones contra la Agencia y ha abogado también por su eliminación. En sus primeros meses en el puesto Pruitt ha respaldado la eliminación del plan de Obama en la lucha contra el cambio climático y la consideración de factores ambientales en las políticas que implemente el Gobierno. “Me preocupa que algunas de las propuestas para eliminar regulaciones resulten en un aumento de la contaminación del agua que bebemos y el aire que respiramos”, asegura.
Villa-Komaroff analiza la situación actual desde dos perspectivas: como científica y como hispana. Desde 1973, poco después de terminar su especialización en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts, lidera una organización para promocionar a estudiantes de origen mexicano y nativo en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. “Muchos de nosotros somos inmigrantes o hijos de inmigrantes y vivimos preocupados por las políticas antiinmigrantes que ha adoptado la Administración”.
Como en el caso de la Marcha de las Mujeres en Washington, los convocantes reiteran que la ciencia es la razón principal para salir a la calle, pero los participantes sumarán muchas otras, desde la igualdad de acceso a la educación hasta la promoción de la diversidad. “Es importante que demostremos la importancia de utilizar todo el talento que puede ofrecer este país”, dice la doctora. “Cuanto más diverso es un equipo científico, más opciones considerará para resolver un problema”.
Fuente: El País