Los argentinos decidirán el domingo si dan vuelta la página y dejan atrás 12 años de kirchnerismo o apuestan por un continuismo diluido, con un candidato oficialista que promete cambios de forma más que de fondo.
El peronista Daniel Scioli, del Frente para la Victoria, lidera las encuestas y tiene como principal rival al conservador Mauricio Macri, del frente opositor Cambiemos. Se da por descontado que Scioli cosechará la mayor cantidad de votos, aunque es incierto si obtendrá los suficientes como para ser ganador en una primera vuelta electoral.
Para ganar en primera vuelta, Scioli debe obtener al menos 45% de los votos o por los menos 40% y una diferencia de 10 puntos o más sobre Macri, según las encuestas. De ser necesaria una segunda vuelta, que sería la primera que se realiza en Argentina, sería el 22 de noviembre.
En los comicios en los que participarán otros cuatro candidatos será elegido el sucesor de la presidenta Cristina Fernández, líder del movimiento de centroizquierda que creó dentro del peronismo junto a su predecesor y fallecido marido Néstor Kirchner (2003-2007).
La etapa kirchnerista, que comenzó tras la devastadora crisis de 2001, se caracterizó por políticas de inclusión para los más desfavorecidos, impulsó juicios por los crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983) y la ampliación de los derechos civiles. También llevó adelante un proceso de desendeudamiento externo inédito.
Pero un excesivo intervencionismo estatal en la economía, una inflación de alrededor de 27% anual, la manipulación de las estadísticas, el debilitamiento de las instituciones y la corrupción aparecen entre los aspectos negativos del período, al igual que un estilo personalista de ejercer el poder que generó divisiones en la sociedad.
Scioli, que perdió un brazo en 1989 cuando competía en una carrera de motonáutica y ha hecho del afán de superación su carta de presentación en el mundo de la política, dijo durante la campaña que no propone “una revolución”.
El también gobernador de la provincia de Buenos Aires, bendecido por Fernández, afirmó que ofrece “cuidar lo que haya que cuidar, cambiar lo que haya que cambiar, corregir lo que haya que corregir”.
Scioli busca diferenciarse de la mandataria con un estilo más dialoguista, que busca el voto de los independientes que miran con recelo al kirchnerismo.
Mariel Fornoni, directora de la encuestadora Management & Fit, dijo a corresponsales extranjeros que Scioli es el favorito porque los argentinos, aunque se dan cuenta de que hay “problemas en la macroeconomía”, perciben que “las cosas van ir mejor”, que este gobierno sacó al país de la crisis de 2001 y que pueden seguir teniendo “acceso al consumo”. “La gente aboga por continuidad con un cambio de estilo”, acotó.
Macri, alcalde de Buenos Aires, trata de erigirse como el abanderado de quienes exigen un freno al alza de los precios, la inseguridad y la corrupción. Promete un estilo muy diferente al de Fernández, a la que acusa de haber avasallado las instituciones con su conducción personalista.
El dirigente opositor, favorito entre los empresarios, prometió que si sale elegido levantará el cepo cambiario que restringe desde hace cuatro años la adquisición de dólares y solucionará el litigio que Argentina mantiene con fondos de cobertura especuladores que exigen al país el pago de al menos 1.600 millones de dólares por bonos en cese de pagos desde 2001.
También propone una política exterior distante de otros gobiernos populistas de la región, como Venezuela, con los cuales el kirchnerismo forjó una sólida alianza.
Sin embargo, algunos logros del kirchnerismo serían intocables para Macri, como el subsidio por hijo que cobran las familias sin empleo. También se comprometió a mantener bajo control estatal a la petrolera YPF y a la aerolínea de bandera, a cuya nacionalización se había opuesto.
Scioli acusó a su rival de buscar un ajuste que perjudicará a los más humildes. Dijo además que un eventual arreglo con los llamados “fondos buitre” no es una prioridad, aunque subrayó que Argentina tiene voluntad de pago siempre que no perjudique a sus compatriotas.
El tercero en las encuestas es el peronista disidente Sergio Massa, de Unidos por una Nueva Argentina, que ha logrado que la votación no se polarizara entre los dos principales rivales.
Los otros candidatos, muy lejos en los sondeos, son la centroizquierdista Margarita Stolbizer (Progresistas); Nicolás del Caño (Frente de Izquierda) y el peronista disidente Adolfo Rodríguez Saá (Compromiso Federal).
En los comicios en los que están llamados a votar 32.064.323 ciudadanos también se elegirá al vicepresidente, 24 senadores nacionales de un Senado de 72 miembros, 130 diputados nacionales de una cámara baja de 257 integrantes, 43 parlamentarios del Mercosur y gobernadores de 11 provincias.