Integrantes del grupo ciudadano denominado Familiares de los Otros Desaparecidos de Iguala encontraron esta tarde restos humanos en dos fosas clandestinas ubicadas en la franja minera de este lugar enclavado en la zona norte de la entidad.
El sitio del hallazgo se localiza en la cima de los cerros de La Muñeca y La Laguna, que se caracteriza por ser un bosque de coníferas donde se encuentra un singular petrograbado que da nombre al lugar.
A pie es la única forma de llegar a Los Pericones, sitio de las fosas donde se hallaron fragmentos de cráneo, costillas, vértebras y falanges.
Después de caminar dos horas sobre terreno agreste y escarpado, partiendo de este pueblo donde la pobreza y marginación contrasta con la riqueza de recursos minerales que explota la empresa Peñoles, se llega a la comunidad de Los Pericones.
Esta población se ubica a hora y media de la ciudad de Iguala, entre los poblados de Teloloapan y Apaxtla de Castrejón, en el cinturón de oro y amapola de la entidad que bordea el río Balsas y donde opera un grupo de autodefensa vinculado con el grupo delictivo Guerreros Unidos.
En las faldas del cerro de La Muñeca se localizan cuatro cuevas interconectadas donde se presume se mantenía a personas retenidas, debido a que había indicios como restos de cinta industrial, colchonetas, ropa de varón, envases de alimento procesado y objetos que hacen suponer que estaba instalado un puesto de vigilancia.
Más arriba, en la cima de los cerros de La Muñeca y La Laguna se encuentran las fosas y, frente al cementerio clandestino, se observa la minera de Rey de Plata, asentada en la comunidad Tehuixtla y que al igual que otras minas como la de Campo Morado, en Arcelia; Media Luna, en Cocula, y Gold Corp, en Carrizalillo, se han convertido en fuente de ingresos económicos para los grupos criminales que reciben cantidades millonarias por concepto de extorsión.
Los miembros de Los Otros Desaparecidos de Iguala recorrieron la zona, sólo acompañados por reporteros, pues aseguran que no hay interés de las autoridades por implementar mecanismos de búsqueda de desaparecidos en la entidad, a pesar de la gravedad del problema que se hizo evidente tras la masacre y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Además, afirmaron que los reportes que reciben sobre posibles fosas clandestinas son de ciudadanos que deciden no acudir ante autoridades por sus posibles nexos con la delincuencia.
“Las autoridades nos acusan de alterar la evidencia, pero ellos incurren en un crimen porque no buscan a nuestros desaparecidos y tampoco llevan un registro de víctimas”, expresó Mario Vergara Hernández, miembro del grupo ciudadano que en un año ha localizado 130 cuerpos en fosas ubicadas en Iguala y el poblado minero de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri.
Mario Vergara, originario del municipio de Huitzuco y quien desde noviembre de 2014 busca a su hermano Tomás, advirtió que sigue en el movimiento ciudadano surgido en Iguala porque su madre se está muriendo en vida.
Las autoridades deben asumir su responsabilidad ante el drama que viven los familiares de personas desaparecidas, sentenció el joven de figura espigada durante el recorrido donde fueron guiados a dos puntos en los que estaban al menos cuatro fosas.
No obstante, sólo en dos posibles fosas encontraron restos óseos como fragmentos de cráneo, dos costillas, una vértebra y diversas falanges.
Ambos sitios fueron marcados con piedras del lugar tupido de pinos que son utilizados por los campesinos para extraer ocote.
Los familiares de personas desaparecidas en Iguala anunciaron que van a dar parte a las autoridades federales para que acudan al lugar y realicen las diligencias correspondientes con el fin de determinar si existen más indicios de restos humanos y verifiquen las cuevas donde se presume que mantenían a personas secuestradas.
Enseguida, Mario Vergara aportó datos que reflejan la indolencia gubernamental, pues sostuvo que de los 130 cuerpos que ellos han encontrado en fosas clandestinas de Iguala y Carrizalillo, la PGR sólo ha entregado 15 cadáveres a familiares sin tener certeza científica, debido a que no permiten un peritaje externo a solicitud de las víctimas y como lo ordena la ley.
También advirtió que el problema de desaparecidos en Guerrero es un asunto grave que las autoridades han desestimado.
Ello debido a que, afirmó, aparte de los 130 cuerpos que ellos han localizado, tienen un registro de 191 cuerpos encontrados por las autoridades en diversas fosas de la zona norte desde finales de 2014.
Fuente: Proceso