Esta miércoles ha sido inaugurado el Congreso Popular en la explanada del Monumento a la Revolución, con la participación de poco más de 5 mil personas entre los más de 2 mil asambleístas y los observadores de la sociedad civil, quienes demandaron “unidad a todos los movimientos sociales opositores a la Reforma Energética”. Y por mayoría se pronunciaron por realizar cambios constitucionales y derogar las reformas estructurales en materia política, educativa, laboral y energética.
Desde las diez de la mañana, personalidades, sociales, políticas y culturales se dieron cita para repudiar al Congreso federal y los 32 locales, a quienes acusaron de no representar al pueblo mexicano una vez que cedieron sectores estratégicos del Estado mexicano y crearon un “autogobierno que sólo tiene vigencia de forma simulada”. Hecho que, denunciaron, ignoró la soberanía fundamental del Estado mexicano: los ciudadanos.
“A los integrantes del Consejo Popular nos une el deseo de una democracia robusta y el rechazo rotundo de la fachada de autogobierno bajo la cual vivimos. […] Nuestra inconformidad con la aprobación ilegal de las reformas a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales nos lleva a proceder a revocar dicha reforma constitucional con base en la soberanía popular establecida por el artículo 39 de la Carta Magna”, leyó el actor Jorge Zárate, representante del Congreso.
La reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el pasado 20 de diciembre fue aprobada por los congresos estatales en apenas 83 horas y en algunos de ellos la aprobación apenas duró 15 minutos. Bajo estos argumentos, recalcaron, es cuestionable su “legalidad” al violar los artículos 40, 41 y 135.
También acusaron a la clase política mexicana de traicionar el Constituyente de 1917 por “entregar los recursos naturales”, sobre todo, la energía eléctrica y el petróleo. De hecho, la calificaron como una estrategia política de “sumisión disfrazada con excusa de rentabilidad”, misma que terminará por acrecentar la desigualdad económica y los ingresos públicos.
Por ese motivo, los representantes comenzaron el “Proyecto por el que se derogan las reformas y adiciones a diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia energética”:
“Artículo Único.- Se derogan las reformas y transitorios en materia energética publicados el 20 de diciembre de 2013 en el Diario Oficial de la Federación bajo el nombre de ‘Decreto por el que se reforma y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de energía’; a los párrafos cuarto, sexto y octavo del artículo 25; al párrafo sexto del artículo 27; a los párrafos cuarto y sexto del artículo 28; el párrafo séptimo, recorriéndose las subsecuentes en su orden, del articulo 27; el párrafo octavo, recorriéndose los subsecuentes en su orden, del artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar con el texto anterior a las reformas en comento”.
“Artículo transitorio.- El Decreto entrará en vigor inmediatamente después de su aprobación por las dos terceras partes de los miembros del presente Congreso Popular.”
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Personalidades como el periodista Epigmenio Ibarra, el escritor Paco Ignacio Taibo II, el cronista Fabrizio Mejía Madrid, el académico John Ackerman, la investigadora Irma Eréndira Sandoval, el periodista Virgilio Caballero, el también académico Hugo Aboites, el dirigente de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) Rubén Núñez, el activista Robespierre Moreno, el músico y periodista Fernando Rivera Calderón, Gabino Palomares, entre otras personalidades, comenzaron a intervenir desde las 11 de la mañana en el estrado.
La mayoría de ellos propusieron y se pronunciaron por realizar cambios constitucionales y derogar las reformas estructurales en materia política, educativa, laboral y energética.
Tres representantes de la CNTE, de las secciones XXII, XVIII y XIV, de Oaxaca, Michoacán y Guerrero, respectivamente, alentaron a los congresistas a revertir los cambios constitucionales que, afirmaron, no sólo destruyen las conquistas sociales que se han logrado a lo largo de los años, sino también el derechos de los pueblos indios que se han visto perjudicados por políticas neoliberales.
El activista Alberto Betancourt también denunció que las reformas estructurales son comparables con los Tratados de Guadalupe-Hidalgo por los que se cedió la mitad del territorio a Estados Unidos tras la invasión de 1947, pues el gobernador del estado de Nuevo León ya comenzó a cabildear con empresas texanas inversiones millonarias por la explotación de los recursos de su entidad.
Epigmenio Ibarra recordó a los caídos en la lucha por mejorar las condiciones del país y a los presos políticos, por los que pidió tres minutos de silencio pues “su ausencia cala”. Además, pidió a los asistentes una “unión sólida y firme para derrocar a este régimen asesino”.
Cleotilde Salgado –hermana de la comandante de la policía comunitaria de Olinalá, Guerrero, Nestora Salgado, encarcelada en un penal de alta seguridad en Nayarit– recordó que su hermana está presa por motivos políticos y no por los delitos federales que se le imputan, por lo que recordó que la “justicia” en el país se sigue construyendo “muy lejos de la democracia”.
El escritor Paco Ignacio Taibo II, recordó episodios del movimiento estudiantil del ’68, que se conformó como un movimiento ciudadano que trascendió el sectarismo imperante en la izquierda; por lo que pidió a los asistentes comportarse con la misma altura y conformar un gran movimiento nacional de disidencia que se una en el repudio a las reformas.
Por último, los asistentes y congresistas cantaron el Himno Nacional y prometieron realizar acciones conjuntas para el 18 de marzo, día en el que se conmemora la Expropiación Petrolera, hoy en “grave riesgo por la ambición neoliberal”.
Fuente: Revolución 3.0