El Gobierno británico ha dado marcha atrás en su polémico plan fiscal que ha hecho tambalear los mercados y bajado el valor de la libra. Si bien hasta ayer mismo Liz Truss defendía su estrategia a capa y espada y aseguraba a la BBC que continuaba con sus planes de bajar la tasa impositiva más alta, del 45% al 40%, a las rentas más altas, ahora el nuevo gabinete se ha desdicho, según ha anunciado el ministro de finanzas, Kwasi Kwarteng.
Esta rebaja de la tasa máxima, pagada por personas que ganan más de 150.000 libras al año, hubiera supuesto un endeudamiento adicional para el Estado británico de 45.000 millones de libras, sin que Kwarteng explicara de dónde saldría el dinero. Además, había sido muy criticada por injusta en un momento del aumento del coste de vida.
Kwarteng señaló que sus propuestas, anunciadas hace apenas 10 días en el llamado minipresupuesto del gobierno, se habían “convertido en una distracción”. “Lo entendemos y lo hemos escuchado”, escribió en un comunicado difundido la mañana de este lunes.
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Más de 100 000 manifestantes han salido a las calles diciendo 'Ya basta' para hacer campaña contra la crisis del costo de vida en el Reino Unido hoy en Glasgow, Manchester, Newcastle pic.twitter.com/PYyXLOEVTg
— Lorena (@Afroditaa1984) October 1, 2022
De acuerdo con los medios británicos y confirmado por el exministro de gabinete Grant Shapps a la BBC, la decisión del gobierno había suscitado un amplio rechazo entre las filas tories, tal y como se constató durante el primer día del Congreso del Partido Conservador, inaugurado ayer. Truss, que asumió el poder hace menos de un mes, afrontaría una gran rebelión tory si intentaban obligar a sus diputados a votar a favor del plan en la Cámara de los Comunes.
Lo entendemos y hemos escuchado
El congreso anual del gobernante Partido Conservador británico arrancó en Birmingham en medio de la creciente inquietud que predomina en el país a raíz del anuncio del plan fiscal que había hecho el Gobierno para fomentar el crecimiento el pasado 23 de septiembre. La estrategia había creado convulsiones en los mercados ante las dudas sobre la capacidad de Londres de asumir la deuda pública generada por la bajada de impuestos, ante la ausencia de previsiones de crecimiento.
En varias entrevistas a medios locales en la citada ciudad inglesa, Liz Truss había subrayado que se trataba del plan “adecuado” para hacer crecer la economía ante un contexto mundial “muy difícil”. En declaraciones a la BBC ayer, Truss sí admitió que al revelar el polémico programa de masivos recortes fiscales -sin acompañarlo de detalles sobre cómo piensan reducir la deuda acumulada- debería haber “preparado mejor el terreno” en relación a esas medidas.
Con la renuncia a rebajar el impuesto sobre la renta a los más ricos, el titular de Economía considera que podrá “enfocarse en llevar a cabo las partes principales del paquete de crecimiento”. En primer lugar, cita el plan de ayuda a hogares y empresas para pagar las facturas energéticas, que se dispararán en los próximos meses como consecuencia de la guerra en Ucrania.
Kwarteng también proseguirá con su intención de “rebajar impuestos y poner dinero en los bolsillos de 30 millones de personas”, en aparente alusión a la bajada del 20% al 19% del tramo más bajo del impuesto sobre la renta. Finalmente, señala que impulsará las “reformas de las políticas de oferta”, incluida la aceleración de “grandes proyectos de infraestructura”.
Kwarteng dará más detalles sobre este giro de 180º en su comparecencia al congreso de los conservadores, que está prevista a las 16.00 hora local, en el centro de convenciones donde los “tories” celebran hasta el miércoles su cita anual. El Gobierno de Truss afronta este congreso con las encuestas en contra, pues su mal comienzo ha otorgado al Partido Laborista de Keir Starmer su mayor ventaja en veinte años, con un 54 % del apoyo frente al 21 % de los “tories” en un sondeo reciente
Fuente: La Vanguardia