El caso de una niña rubia de ojos verdes que pedía limosna en un transitado crucero de Guadalajara, generó polémica en las redes sociales y entre la sociedad jalisciense, además de que mereció una investigación de las autoridades. “Necesitamos ver a una niña de color blanco para preocuparnos por los secuestros, el tráfico de niños y la explotación infantil”, publicó en su blog una activista por los derechos humanos.
Recientemente, un usuario de Facebook publicó una foto de la menor de cinco años, supuestamente llamada Alondra, en la que aparece parada junto a un vehículo en las avenidas Vallarta y Niño Obrero de aquella ciudad.
Al hombre le llamó la atención que la pequeña fuera rubia y sospechó que posiblemente había sido robada, ya que su madre “era morena”, por lo que decidió alertar a las autoridades.
De acuerdo con la agencia AP, el cibernauta subió la imagen a las redes sociales: “difundamos esta foto”, pidió. Posteriormente miles de personas la compartieron en Internet e hicieron comentarios sobre ella, algunos agradeciendo su difusión y otros quejándose de que la iniciativa era racista.
De no tratarse de una niña rubia, la foto podría ser la de miles de niños pobres que venden chicles o piden una moneda en las calles.
Algunos taxistas de la zona donde Alondra fue fotografiada, aseguraron que ella tenía tiempo pidiendo limosna ahí junto con sus padres y sus hermanos.
Ante la difusión de la imagen las autoridades iniciaron una investigación, ya que se consideró que esto fue como una especie de “advertencia colectiva”.
El portavoz de la Procuraduría del estado, Lino González, señaló que hubo una denuncia de presunción de que Alondra fuera robada y argumentó que se tenía que actuar “porque había una presunción del delito”.
Rápidamente la niña fue encontrada y enviada a un orfanato de Guadalajara junto con su hermano de tres años y una prima de 11; en tanto, su madre, de 23 años fue detenida durante dos días.
Según AP, las autoridades aseguraron que la mujer mintió sobre su domicilio y sobre el papá de la menor, pues primero dijo que era extranjero y luego que era mexicano.
Sin embargo, la abuela de la niña presentó el acta de nacimiento de su nieta. Y ahí surgió otro pequeño detalle: la mujer también tiene ojos verdes.
Finalmente la madre de Alondra fue liberada porque no existían indicios de que la pequeña hubiera sido secuestrada. No obstante, aún están pendientes los resultados de los exámenes de ADN que le fueron practicados a la menor y a los otros niños para confirmar el parentesco entre ellos y los adultos.
Las autoridades analizan la posibilidad de interponer cargos por explotación infantil contra la mamá de la pequeña.
A los tres menores también se les realizaron pruebas para ver si sufrían el síndrome del niño maltratado o abuso sexual, pero resultaron negativas.
“Necesitamos ver a una niña de color blanco para preocuparnos por los secuestros, el tráfico de niños y la explotación infantil. Jamás he visto fotografías de niños indígenas o simplemente morenos, indígenas o no, pidiendo que las circulemos porque debemos rescatarlos”, publicó en su blog Yali Noriega, activista por los derechos humanos.
Por su parte, la excomisionada nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas durante el gobierno de Vicente Fox, Xóchitl Gálvez, dijo que las autoridades suelen apoyarse demasiado en la opinión pública cuando abordan asuntos delicados.
Indicó que no es posible que sólo por el color de la piel se pueda decir que la pequeña no es su hija; “no hay pureza racial, hay una mezcla”, afirmó.
Consideró que este criterio representa un profundo desconocimiento por parte de las autoridades.
El procurador de Justicia de Jalisco, Tomás Coronado Olmos, aseguró que el caso no se investigó por situaciones que podrían considerarse racistas –por el color de piel de la niña– sino porque el DIF estatal les informó sobre la situación.
Gálvez consideró que el problema no es encarcelar a la mamá o quitarle la niña sino “qué hacemos en el país para ayudar a estos niños”.
Fuente: www.Proceso.com.mx