Un equipo de científicos afirma en un nuevo estudio que existe un vínculo concreto entre el masivo derrame de petróleo de la compañía BP en 2010 y una cifra récord de muertes de delfines a lo largo de la parte norte del Golfo de México.
Los científicos dijeron que la enorme cifra de delfines nariz de botella muertos que fueron encontrados en la costa desde que ocurrió el derrame sufrían de lesiones pulmonares y suprarrenales ocasionadas por nadar en aguas contaminadas por petróleo.
El documento de investigación respalda hallazgos previos que vinculan la muerte de delfines con el derrame de crudo. El estudio involucró a científicos federales de la Administración Nacional para el Océano y la Atmósfera.
BP ha refutado esta aseveración, y el miércoles dijo que el nuevo estudio no demostró el vínculo entre las muertes y la contaminación por petróleo. En lugar de ello, señaló la empresa, los delfines probablemente sufrieron de enfermedades respiratorias comunes.
El nuevo estudio fue publicado el miércoles en la revista PLOS ONE.
Con la publicación del estudio, investigadores y el gobierno federal realizaron el mayor vínculo directo hasta ahora entre el derrame y la muerte de delfines.
“No existen causas alternativas factibles que puedan explicar lógicamente el momento, ubicación y naturaleza de estas lesiones distintivas ni el incremento de muertes”, dijo Stephanie Venn-Watson, investigadora líder del estudio quien trabaja para la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos.
De 2002 a 2009, se registró un promedio de 63 delfines muertos anualmente en el Golfo de México. La cifra aumentó a 125 en los siete meses posteriores al derrame de crudo en 2010 y a 335 en total en 2011, promediando más de 200 por año desde abril de 2010.
Esa es la mayor mortandad de delfines y la más prolongada que se haya registrado en el golfo. La cifra de muertes ha comenzado a disminuir, según científicos federales.
Los investigadores dijeron que la contaminación por petróleo ocasiona problemas suprarrenales crónicos a los delfines, y esto a su vez daña sus posibilidades de sobrevivir a temperaturas frías, infecciones y neumonía bacteriana. Además, los delfines que padecieron contaminación por petróleo tuvieron problemas para gestar crías.
Venn-Watson señaló que los delfines fueron vulnerables a la contaminación por petróleo porque ellos hacen respiraciones profundas en la superficie del mar, el mismo lugar donde el crudo cubrió el golfo después del derrame.
“Los delfines estuvieron nadando en el petróleo”, dijo la especialista. “Sus pulmones son grandes, realizan respiraciones profundas en la superficie del agua y la sostiene por períodos largos”.
El estudio analizó 46 delfines muertos encontrados en Louisiana, Mississippi y Alabama entre junio de 2010 y diciembre de 2012. Los investigadores analizaron tejido pulmonar y de glándulas suprarrenales.
El estudio analizó 22 delfines muertos encontrados en Barataria Bay, un cuerpo de agua muy contaminado por petróleo al sur de Nueva Orleans, donde investigadores comenzaron a notar y rastrear muertes de delfines después del derrame.
Venn-Watson señaló que se requerirían más estudios para rastrear y monitorear los efectos a largo plazo de la contaminación en las poblaciones de delfines.
BP puso en duda la validez del estudio porque estuvo sustentado en lo que llamó “sólo una muestra pequeña” de delfines. La compañía acusó al gobierno federal de publicar a su tiempo cientos de necropsias.
“Este nuevo documento no demuestra que la enfermedad observada en algunos delfines fue causada por exposición al petróleo del pozo Macondo”, dijo Geoff Morrell, un vocero de BP.
Morrell señaló que BP “no tiene conocimiento de ningún estudio toxicológico vinculado a enfermedad pulmonar en delfines nariz de botella que indique contacto con petróleo u otros contaminantes ambientales”.
El pozo Macondo de BP explotó el 20 de abril de 2010, ocasionando a su vez explosiones mortales en la plataforma petrolera Deepwater Horizon y el mayor derrame de crudo en altamar en la nación.
El gobierno federal utilizó un equipo de científicos para calcular que aproximadamente 172 millones de galones (651 millones de litros) de petróleo se derramaron en el Golfo de México. BP colocó la cifra más abajo, en cerca de 100 millones de galones (379 millones de litros).
Fuente: AP