Momentos después de difundirse que el secuestrador del café de la conocida chocolatería Lindt de Sidney, Australia, era un iraní de unos 50 años, las fuerzas policiales ingresaron al local a los tiros y liberaron a los rehenes que se encontraban allí desde hacía ya dieciséis horas.
Las fuerzas policiales ingresaron a los tiros al café de la conocida chocolatería Lindt de Sidney, Australia, en el que un clérido iraní mantenía cautivas a al menos dos decenas de personas y liberó a los rehenes. Se informó que al menos había cuatro heridos. Las imágenes de la televisión mostraban movimientos dramáticos en la entrada del bar mientras ingresaban camillas y las ambulancias copaban la escena.
No se informó hasta el momento qué pasó con el secuestrador, identificado por medios australianos como Man Maron Monis, de 50 años, “ya conocido de las fuerzas de seguridad por haber escrito cartas amenazantes a las familias de los soldados australianos muertos” en Afganistán. También, según el Sydney Morning Herald, fue acusado en 2013 de ser cómplice en el asesinato de su ex mujer.
La toma de rehenes había comenzado más de dieciséis horas atrás y de la totalidad de los rehenes, que no se informó en ningún momento cuántos eran y se estimaban dos decenas, cinco habían logrado escapar. De acuerdo a los distintos testimonios, el secuestrador había hecho desplegar una bandera que rezaba “Alá es grande y Mahoma su único profeta”. Pese a la bandera negra con la “Shahada” -la profesión de fe islámica-, las autoridades no confirmaron en ningún momento que el secuestrador fuera un supuesto miembro de la organización yihadista Estado Islámico de Irak.
Varios edificios habían sido evacuados, pero a los trabajadores de otras oficinas se les pidió quedarse dentro y cerrar las puertas. También fueron evacuadas la embajada de Estados Unidos, situada en las inmediaciones, y la ópera de Sydney
“Aún no sabemos si esto está motivado políticamente, a pesar de que obviamente hay algunos indicios de que podría estarlo”, dijo en conferencia de prensa el primer ministro Tony Abbott. Y agregó: “Australia es una sociedad pacífica, abierta y generosa. Nada debería cambiar eso y por eso urjo a todos los australianos a seguir con su vida como siempre”. Australia señaló que en septiembre, gracias a una de las mayores redadas antiterroristas de su historia, logró desarticular varios atentados al estilo del Estado Islámico de Irak (ISIS, por sus siglas en inglés). Las autoridades quitaron incluso sus pasaportes a algunas decenas de ciudadanos sospechosos para evitar que se sumaran a la milicia terrorista en Siria o Irak.
Fuente: El Clarín