De ellas se han ocupado desde Anaxágoras, hasta Aristóteles, pasando por Engels y hasta nuestra muy norteña Nelly Campobello. Las manos, como prolongación del cerebro, han jugado en papel importantísimo en la historia de la humanidad. Lo mismo se las relaciona a la creatividad como lo es en la escritura, la escultura, la pintura o la artesanía, que con la política y el humor al asociarlas con la corrupción: castigar, nos dicen nuestros políticos a quien se atreva a “meter la mano al cajón” de los dineros del pueblo, aunque luego sea a ellos mismos a los que desesperadamente buscamos para meter a la cárcel.
En un estupendo ensayo, el Dr. Ricardo J. Monreal [1], especialista en Ortopedia y Traumatología del Hospital “Manuel Fajardo” de La Habana, Cuba, nos aclara que bien a bien no queda claro el origen de la palabra. Para algunos deviene del gótico handus, nos dice el doctor Monreal o bien del danés haand o del alemán hand. Lo cierto es que para nosotros, su origen lo encontramos en el latín: manipulus, que sería algo así como “aquel que tiene manos para manipular”, siempre en voz del doctor Monreal, quien nos dice que después del cerebro, la mano es el tesoro más grande el hombre.
En ese sentido, la mano se convierte en un símbolo de expresión. Hablan sin emitir una sola palabra. Nos dicen cosas, transmiten, señalan, indican, juzgan, alaban. Significan amor, pero también crueldad. Son capaces de transmitir sentimientos.
De ahí que el fotoperiodista fronterizo, Arturo del Hierro se haya propuesto elaborar este ensayo fotográfico donde las manos son el principal protagonista de la historia. Con la paciencia que solo un explorador puede tener, Del Hierro construyó este trabajo fotográfico a lo largo de muchas sesiones, muchos años y una infinita paciencia. Lo mismo ha retratado las manos de connotados escritores, que de escultores o pintores, políticos y periodistas. Su trabajo va de la gente del poder a la gente que le exige al poder. Como un homenaje póstumo a esa gran figura que fue José Luis Cuevas, Arturo del Hierro nos entrega este estupendo trabajo fotográfico –que forma parte de uno más amplio que abarca a otras figuras- dedicado a Cuevas, bajo la técnica de blanco y negro y siempre con el argumento de que las manos, son también una extensión del alma y que bajo ellas, podemos ver el rostro de sus dueños. (SPineda.)
La mano, origen, evolución y su papel en la sociedad.