Por Luis Javier Valero Flores
Las tentaciones y añoranzas por el pasado parecieran irrefrenables en el partido que lo fue casi todo durante toda la segunda mitad del siglo pasado. Por lo menos así lo evidenció una inexplicable convocatoria de los comités estatales priistas en todos el país a una conferencia de prensa, el día de las elecciones a media hora del cierre de las casillas electorales.
Sorprendió aún más que el motivo fuera el declararse triunfador ¡En carro completo! Muchos creíamos que, fruto de las bajas cifras de participación electoral, tal escenario era el real, pero la pregunta estaba en el aire ¿Cómo creerle a lo que decían a voz en cuello, que habían ganado todo, que lo sabían gracias a sus encuestas de salida, pero sin dar a conocer cifras ni el nombre de las empresas hacedoras de tal ejercicio?
¿Cómo creerles si apenas un año atrás, durante toda una campaña habían cifrado sus esperanzas de victoria a través de la manipulación de ventajas inalcanzables para su candidato, Enrique Peña Nieto?
Más aún ¿Cómo esperar que tuviesen cifras certeras si cuando celebraron las conferencias de prensa, ni siquiera ellos tenían una sola copia de las actas de alguna casilla?
No podía, ni puede, recibir otra denominación tal evento: Madruguete.
O por lo menos, intento.
Eso se podía hacer antes, en el México que gobernaron con mano de hierro cuando surgían protestas opositoras, ya fuera en el ámbito social, o cuando, casi de casualidad, alguna fórmula electoral opositora obtenía más votos que el PRI.
Eso era antes, en el México previo al del inicio de la larga y suspendida transición democrática.
Si bien los objetivos eran los mismos en todo el país, y en Chihuahua no lo eran, ni menos, ni menores, tal postura fue lanzada sin sustento alguno en la antigua “cachanilla”, ni más ni menos que en Mexicali, en donde el candidato Fausto Castro Trenti, dirigido por el presidente del CEN priista, el veterano, héroe de aquellas épocas, César Camacho, declararon, sin sustento alguno, el triunfo del PRI a la gubernatura de Baja California.
Durante días insistieron en tal postura, aprovechando la enorme e inexplicable pifia del órgano electoral local -el más antiguo en el país- de dejar en manos de una empresa privada la instalación y manejo del PREP, que colapsó a minutos de ponerse en funcionamiento.
Bueno, llegaron hasta el extremo de recordar la vieja consigna lopezobradorista del voto por voto, casilla por casilla y de pronto, al ver que los hechos eran muy diferentes a sus pretensiones, y seguramente también por la presión ejercida por los dirigentes nacionales del PRD y el PAN, reconocieron su derrota a manos del panista Francisco de la Vega, quien gobernará esa entidad los próximos 6 años, para que este partido llegue a la friolera de gobernar 30 años sin alternancia.
Pero eso fue allá ¿En qué se basaron los controles locales del PRI para salir a cantar el “carro completo”
En nada, acaso en la plena obediencia a los mandos nacionales, en detrimento de la certidumbre del proceso electoral, al que están obligados a proporcionar, no solamente los órganos electorales, sino también los partidos políticos, y fundamentalmente los partidos en el gobierno.
Tal elemento es esencial para la mayor gobernabilidad democrática, no se puede aparecer como fuerza política al mando del gobierno local y al mismo tiempo intentar efectuar madruguetes electorales, tal actitud no abona a la percepción ciudadana de limpieza en los procesos electorales.
A eso están obligados quienes gobiernan en el México contemporáneo, al que deberá concedérseles que también contribuyeron los priistas -y no con las aportaciones necesarias para darle continuidad a los procesos democráticos, aunque no son los únicos que se quedaron debiendo tal materia-; no se puede actuar, bajo los procesos electorales actuales, ni con los instrumentos de comunicación de ahora, como en el pasado, todos hemos construido los instrumentos que hacen posible la emisión del voto, si bien, en muchos aspectos condicionado y no siempre bajo los mejores parámetros democráticos, con márgenes que nos hacen confiar en los resultados y en los órganos electorales.
Condolencias. Vaya un abrazo solidario a Enrique Medina Reyes, Consejero Presidente del Instituto Chihuahuense de Acceso a la Información y la Transparencia (Ichitaip) con motivo del deceso de su señora madre, Doña Águeda Reyes de Medina.
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