La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dio luz verde al aeropuerto de Santa Lucía, a condición de que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tome medidas para mitigar el impacto ambiental del proyecto.
El documento, publicado este jueves por esa dependencia, destaca que la autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) tendrá una vigencia de 33 años para la preparación del sitio y construcción de las obras, y una vigencia de 50 años para la operación y mantenimiento del proyecto.
Tres meses después de que la Escuela Militar de Ingenieros y el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entregaron la MIA de Santa Lucía, la Semarnat determinó que “es ambientalmente viable”, pero ya que se trata de un proyecto que “implica la realización de actividades consideradas altamente riesgosas”, resolvió autorizarla “de manera condicionada”.
“Deberá garantizar ante la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA), al inicio de cualquier obra, la realización de las estrategias de control, mitigación y compensación ambiental establecidas para el proyecto”, recalca el oficio.
Entre las afectaciones del proyecto que describe la Semarnat destacan la alteración de los niveles normados de ruido, la cantidad y calidad de agua en la zona, la disminución de la recarga del acuífero, la modificación del hábitat y la erosión del suelo, además de la contaminación atmosférica, entre otras.
Por ello, abundó, la Sedena tendrá que realizar un programa de rescate y reubicación de flora y uno de conservación y manejo de fauna silvestre, así como un programa de mantenimiento de vehículos y maquinaria; el desarrollo de nuevas tecnologías en aeronaves; la obtención de materiales, sólo de bancos que cuenten con autorizaciones vigentes, y la implementación de un sistema de atenuación de los niveles de ruido en el aeropuerto.
También tendrá que llevar un monitoreo de emisiones a la atmósfera, un programa de residuos sólidos y líquidos para evitar la contaminación del agua, uno más de prevención y respuesta a contingencias ambientales derivadas de eventos meteorológicos extraordinarios y de riesgo, como sismos e inundaciones por lluvia, y contratar un seguro de riesgo ambiental.
Fuente: Apro