La versión más conocida sobre el origen del Día del Estudiante muestra que el movimiento de 1929 fue reprimido tras manifestarse a favor de la libertad de cátedra y la autonomía universitaria
Por Laura Islas
Con esta conmemoración se busca recordar al movimiento estudiantil de 1929, el cual consiguió la autonomía de la Universidad Nacional.
Aunque la versión más conocida sobre el origen del Día del Estudiante señala que el movimiento de 1929 fue reprimido tras manifestarse a favor de la libertad de cátedra y la autonomía universitaria, en realidad, la historia es mucho más compleja.
El contexto de un México dejando atrás la Revolución y enfrentando otros problemas, alcanzó a la Universidad Nacional.
“La Universidad Nacional de México, había pasado desde su fundación, en septiembre de 1910, por toda clase de peripecias a causa de la inestabilidad política y de la penuria económica del país. Hasta 1929 fue regida por su Ley Constitutiva que había instituido como jefe de la Universidad al Ministro de Instrucción Pública y como gobierno de esta nueva Institución al Consejo Universitario y al Rector, quien sería nombrado por el Presidente de la República para uno o más trienios”, señala Marsiske en su artículo.
La Universidad Nacional estaba formada entonces por 14 dependencias: las facultades de Odontología, Derecho y Ciencias Sociales, Ingeniería, Filosofía y Letras
Facultad para Graduados Escuela Normal Superior, Química y Farmacia; además de la Escuela Nacional Preparatoria, la Escuela Nacional de Bellas Artes, el Conservatorio Nacional, la Escuela Superior de Administración Pública, la Escuela de Escultura y Talla Directa, la Escuela de Educación Física y la de Experimentación Pedagógica “Gelación Gómez”.
En aquellos años la Universidad Nacional tenía 8,154 alumnos inscritos, de los cuales 2,640 eran mujeres. La facultad con más alumnos era la de medicina.
El origen del movimiento estudiantil se gestó tiempo antes; los alumnos comenzaron a organizarse dentro de una federación, la cual organizó congresos estudiantiles con regularidad. Todo esto creó una conciencia de grupo entre los alumnos.
Fue en este contexto que las autoridades universitarias decidieron hacer dos cambios: aumentar un año a la educación preparatoria y cambiar los exámenes profesionales en la Facultad de Derecho.
Los alumnos de dicha facultad se inconformaron, e intentaron negociar con las autoridades quienes se negaron a ello. Posteriormente colocaron la bandera rojinegra en la facultad.
Los estudiantes pidieron que su conflicto se tratara en el Consejo Universitario; sin embargo tuvieron otra negativa como respuesta.
“El día 23 de mayo culminó el conflicto universitario con enfrentamientos violentos entre estudiantes y fuerzas del orden público. Los estudiantes de las secundarias armados con gruesos garrotes recorrieron desde la mañana las calles del centro de la ciudad y celebraron después un mitin frente a los edificios de la Universidad Nacional”.
Los estudiantes de la Facultad de Derecho consiguieron el respaldo de los alumnos de Medicina y de la Escuela Nacional Preparatoria.
La noche del 23 de mayo, uno de los líderes estudiantiles de Derecho fue detenido.
Un día después el presidente Emilio Portes Gil ordenó la retirada de la policía de las inmediaciones de la universidad y ofreció diálogo a los estudiantes, además ordenó liberar a los detenidos.
Los alumnos aceptaron la tregua del Presidente.
El 25 de mayo, Manuel Puig Casauranc, entonces jefe del Departamento del Distrito Federal, envió “un memorándum al presidente Emilio Portes Gil, aconsejando la concesión de la autonomía universitaria, ya que una universidad autónoma tendría que resolver en un futuro sus problemas sola y además de este modo no tendría que atender las diferentes demandas de los estudiantes de tipo disciplinario”.
Los estudiantes se reorganizaron y el 27 de mayo en una marcha que congregó a más de 15 mil alumnos, le hicieron saber al presidente Portes Gil sus demandas. “Sólo uno de los oradores, un alumno de la Escuela Libre de Derecho, mencionó la Autonomía Universitaria como un anhelo estudiantil”.
El 29 de mayo, el presidente Portes Gil les dio respuesta a los estudiantes, diciéndoles que no accedía a sus demandas, pero en cambio les concedía la autonomía universitaria. Y les prometió que en los próximos días se aprobaría una ley al respecto, la cual se aprobó en junio de ese año.
Finalmente, el 10 de julio de 1929, fue promulgada dicha ley Orgánica, con la que nació la Universidad Nacional de México, Autónoma, que años más tarde se conocería como la UNAM.
Fuente: Unioncdmx.mx
* En un artículo publicado en la Revista de la Historia de la Educación Latinoamericana, Renate Marsiske realiza una crónica del movimiento estudiantil de 1929.