El papa Francisco tomará el camino rudo durante su visita a México en febrero próximo: su gira incluye a cinco de los estados más emblemáticos de la problemática nacional: los ángeles y demonios del país representados en el Distrito Federal, Estado de México, Chihuahua, Chiapas y Michoacán, donde se esperan discursos contundentes.
“Los mexicanos queremos un mensaje de aliento que nos lleve a la paz y a la reconciliación del tejido social con el combate a la corrupción y el narcotráfico”, dijo a este diario el sacerdote José de Jesús Aguilar, director de radio y televisión del Arzobispado de México.
Desde sus respectivas trincheras, los gobernadores y el clero de los estados elegidos confirmaron acercamientos desde la coordinación de viajes papales –encabezada por Alberto Gasbarri- para detallar los sitios exactos donde el máximo jerarca católicorealizaría las misas, paseos y visitas.
La agenda oficial será dada a conocer el próximo 12 de diciembre, en el marco del aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe, máxima representante del pueblo católico mexicano, aunque ya se saben algunos detalles.
Por la boca del gobernador de Chihuahua, César Duarte, se tiene conocimiento que visitará el día 17 de febrero el penal Cereso 3 de Ciudad Juárez que fue durante años la cárcel más peligrosa de México y logró renovarse en los últimos cinco años; en esta ciudad fronteriza, se prevé también el prometido discurso sobre la migración.
“Será un mensaje favorable y representativo para todas las personas que sufren por los diversos tipos de migración: la económica, la de seguridad, la de violencia”, dijo el cura Aguilar.
Previo a su arribo a Chihuahua, Mario Bergoglio pisará el día 16 suelo michoacano, según la información revelada por el gobernador, Silvano Aureoles. Michoacán ha sido en los últimos años uno de los estados más golpeados por el crimen organizado que empujó a la población a crear grupos de autodefensas en contra de secuestros, extorsiones y cobro de piso.
El día 15, el foco estaría centrado en los indígenas desde el estado de Chiapas, donde se ha visibilizado el rezago de las etnias en México a través de la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional que se levantó en armas en 1994.
El obispo de San Cristóbal de las casas, Felipe Arizmendi, confirmó la visita a esta ciudad y el obispo de Tuxtla Gutiérrez hizo lo mismo para su sede.
En la capital mexicana se espera el arribo para el arranque de las actividades el día 12 en esta entidad y el vecino Estado de México que se ha convertido en la entidad más insegura del país, donde ocurren uno de cada ocho asesinatos del país y el mayor número de delitos de alto impacto como secuestro, extorsión y feminicidios.