La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) puso en evidencia la actuación ilegal de la Procuraduría General de la República (PGR) en la detención de Erick Uriel Sandoval Rodríguez, a quien la dependencia presentó como “La Rana” o “El Güereque”, presunto partícipe en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014, pero que en realidad es ajeno a los hechos.
Identidad de Erick Uriel Sandoval Rodríguez, acusado por @PGR_mx de haber tomado parte en hechos de #Desaparición de normalistas de #Ayotzinapa y detenido por @PoliciaFedMx, no corresponde con la de “El Güereque” o “La Rana”, a quien autores materiales señalaron como cómplice. pic.twitter.com/HQfi9sQRCQ
— CNDH en México (@CNDH) June 18, 2018
En un amplio comunicado, la CNDH explicó que la dependencia federal estaba advertida desde octubre de 2017 de que Sandoval Rodríguez no era la persona a la que a seis imputados por el caso Ayotzinapa señalaban con los apodos mencionados, pero no lo identificaban con su nombre. No obstante, dijo, procedió a detener de manera ilegal y consignar a Sandoval Rodríguez.
Peor aún, el organismo denunció que, pese a que desde el 23 de mayo puso a disposición de la PGR “evidencias indubitables” de quién es la persona a la que apodan “La Rana” o “El Güereque”, -misma que se encuentra en California, Estados Unidos-, la PGR ha determinado continuar el proceso judicial contra Sandoval Rodríguez por los delitos de delincuencia organizada y secuestro en agravio de los normalistas de Ayotzinapa.
Según la CNDH: “En lugar de proceder a realizar las diligencias pertinentes para remediar la irregularidad que ella misma produjo y que tiene a la persona equivocada en prisión, la autoridad ministerial federal hizo uso del tiempo que con prudencia espero la CNDH para dar a conocer a la opinión pública este asunto -precisamente con la finalidad de no entorpecer las investigaciones oficiales- para buscar evidencias que hasta hoy día después de tres años, ocho meses y 23 días, no han aparecido, para inculpar al detenido Erick Uriel Sandoval Rodríguez, lo cual, desde cualquier punto de vista es inaceptable”.
Así lo dijo en su reporte, tras acusar a la PGR de exigir “al detenido que sea él quien demuestre que no es la persona a la que se refirieron los autores de la desaparición de los normalistas como su cómplice”.
En su investigación, la Comisión confirmó que en octubre de 2017 el domicilio del padre de Sandoval Rodríguez “fue allanado en su búsqueda” por policías ministeriales federales, quienes “intentaron llevarse a su padre, no sin antes retenerlo en su propia casa por espacio de tres horas, sustrayendo objetos y fotografías sin consentimiento alguno”.
Lo anterior fue denunciado por él y su familia ante la PGR, “en particular a la Oficina de Investigación responsable del ‘Caso Iguala’ y concretamente a un director General Adjunto”.
Sin coincidencias
La CNDH dijo que ya puso al tanto a la Secretaría de Gobernación (Segob) de las anomalías. Agregó que hizo una exhaustiva revisión del expediente, así como las descripciones físicas y el retrato hablado de la persona a la que mencionan los seis inculpados, sin que haya coincidencias con Sandoval Rodríguez.
Entre las características que se describen los detenidos identificados como “El Pato”, “El Jona”, “El Chereje”, “El Lucas”, “El Cepillo” y “El Duva” (edad, lunar en la cara, cicatriz en muñeca de la mano izquierda, cicatriz o marca por el uso de “piercing” en ambas orejas, tatuajes de figuras de flama en ambos brazos y una rana en el lado superior izquierdo de la espalda), “no corresponden con las de Erick Uriel Sandoval Rodríguez”.
Es más, “ante la duda del juez de que el detenido pudiera haber borrado los tatuajes, la CNDH practicó examen médico pericial al detenido y determinó que no existe indicio alguno que indique que la persona haya modificado o eliminado algún tatuaje de su cuerpo”, agregó el organismo.
La CNDH no sólo demostró que el detenido no corresponde al descrito en el expediente, sino que se abocó a buscarlo, es decir, hizo el trabajo de la PGR, logrando la identificación de la persona que responde al nombre de “Édgar”, que aparece en el retrato hablado como “La Rana” o “El Güereque”.
Al recurrir a 13 entrevistas, entre ellas, la del tatuador de “Édgar”, el organismo obtuvo “acta de nacimiento, acta de matrimonio, CURP y fotografías”, además “realizó una diligencia de inspección en la que ubicó y fijó fotográficamente la casa en la que habitó ‘Édgar’ al día en que ocurrieron los hechos de desaparición de los estudiantes”, documentación que puso en manos de la PGR para que actuara en consecuencia.
En su comunicado, la CNDH explicó que, con la documentación necesaria para proceder a la corrección del error, adjuntó la solicitud de Medidas Cautelares para la salvaguarda de Sandoval Rodríguez, de sus familiares y testigos.
Sin embargo, añadió la CNDH, “agentes de la autoridad se negaron a emitir medidas precautorias solicitadas, aduciendo irracionalmente que dichas medidas debían ser planteadas ante el juez que sigue el caso del ilegalmente detenido Erick Uriel Sandoval Rodríguez. Es incomprensible también que la PGR haya guardado silencio respecto de la petición de implementar medidas cautelares a favor de 17 personas más que, evidentemente, no están sujetas a ningún tipo de procedimiento judicial y menos a disposición de órgano judicial alguno”.
El organismo puntualizó que en la respuesta que la PGR le turnó, “no objetó ninguna de las evidencias ni contradijo ninguno de los argumentos” presentados por este mismo e, incluso, “puede inferirse que implícitamente reconoce su desacierto en la detención” de Sandoval Rodríguez.
De éste, indicó que “estuvo en la aptitud de desvirtuar su identidad atendiendo al derecho de defensa que le asiste” y que “del año 2015 a la fecha de la detención no se recibió amparo o recurso alguno mediante el cual se acreditara alguna excluyente de responsabilidad, o se ofreciera algún tipo de prueba en contrario”.
Superficialidad y la falta de exhaustividad
El organismo adjuntó a su comunicado un documento en el que narró paso a paso el caso, desde que el 12 de marzo Sandoval Rodríguez fue presentado por el responsable de la Oficina del Caso Iguala, Alfredo Higuera Bernal, quien más tarde reconoció ante el organismo que esa persona “no fue puesta a disposición de esa autoridad”.
Al entrar en contacto con el detenido, personal de la CNDH confirmó que, desde octubre de 2017 la Oficina del Caso Iguala sabía que Sandoval Rodríguez no era la persona apodada “La Rana” o “El Güereque”, sin demeritar que no hay elementos que provoquen confusión.
Añadió que, ante la inexplicable consignación de Sandoval, el 27 de marzo la CNDH pidió a la PGR que explicara los elementos probatorios para determinar la participación de Sandoval en los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014; con qué pruebas contaba de que le apodaban “La Rana” y “El Güereque”, y en qué momento surgió su nombre, cuestionamientos a los que, en un oficio del 9 de abril, “la PGR evadió la respuesta”.
El organismo también detalló las acciones que realizó para esclarecer que Sandoval es un maestro de educación física de Cocula, Guerrero. Además, habló de a quién señalaban los seis imputados como “La Rana” o “El Güereque”.
Tras una ardua investigación, que incluyó entrevistas con los seis imputados, vecinos de Cocula y diversos testigos, la CNDH ubicó a “La Rana” en el estado de California, Estados Unidos, información que compartió con la PGR.
Sin éxito, la CNDH solicitó a la dependencia resolver la situación jurídica de Sandoval Rodríguez y repararle el daño. También le pidió determinar responsabilidades por las actuaciones de los agentes ministeriales y elementos policiales que tenían a su cargo el caso; así como de los agentes del Ministerio Público de la Federación adscritos a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) que firmaron dos pliegos de consignación contra Sandoval.
Lo mismo le requirió para el director general adjunto de la Oficina especial para el “Caso Iguala”, a quien Sandoval y su familia “le hicieron llegar las pruebas que demostraban el error en que estaban incurriendo las autoridades”. Además, pidió a la PGR que, conforme a sus atribuciones, confirmara la información sobre la identidad de la persona a la que los imputados señalan como “La Rana” o “El Güereque” y que actuara en consecuencia.
“Conforme a lo que se ha expuesto, es claro que la PGR tuvo la oportunidad de enmendar el desacierto en este caso, pero algunos de sus servidores públicos declinaron hacerlo.
“La precipitación, la superficialidad y la falta de exhaustividad en las indagaciones de la PGR y de las instancias policiales federales, particularmente de agentes del Ministerio Público de la Federación y elementos de las Policías, Federal y Federal Ministerial propiciaron la detención equívoca de Erick Uriel Sandoval Rodríguez”, puntualizó la CNDH.
Fuente: Proceso