En los cambios en el mundo árabe, en muchos casos la igualdad de la mujer se ha quedado a la vera del camino. Las organizaciones de derechos humanos hablan de un retroceso.
Estuvieron en primera línea en la Plaza Tahrir en El Cairo, en la Avenida Habib Bourghiba en Túnez, en la Plaza de los Mártires en Trípoli: mujeres y hombres lucharon, hombro con hombro, por una nueva senda democrática. Y tuvieron éxito. Sin embargo, los frutos del triunfo no han sido cosechados. “Vemos con preocupación un incremento de ataques sexuales a las mujeres en espacios públicos y mayor uso del velo islámico”, dice a DW Dagmar Schumacher, directora de la oficina de UN-Women en Bruselas.
En Egipto, el canal islámico María TV, al aire desde octubre, presenta exclusivamente a mujeres cubiertas. Ataques sexuales a mujeres se reportan tanto desde Egipto como desde Libia. Schumacher teme que se trate de un “paso atrás para las mujeres en comparación a la situación previa a la Primavera Árabe”.
En Túnez se discute si en la nueva Constitución, que sería aprobada el año entrante, debe constar que hombres y mujeres “se complementan”. La completa igualdad de sexos, que consta en la ley tunecina desde la década de 1950, estaría en peligro bajo el gobierno del islamista Ennahda, el Partido del Renacimiento.
“Las blogueras que participaron tanto en los movimientos revolucionarios de la Primavera Árabe están siendo dejadas de lado y cuando se trata de reelaborar la Constitución, de pronto, la igualdad entre hombres y mujeres ya no es tan importante. Esto conlleva una gran frustración para las mujeres”, denuncia Schumacher. Miles y miles de mujeres han salido a las calles en los últimos meses a protestar por la nueva Constitución.
¿Perdedoras en tiempo de paz?
Que las mujeres suelen salir perdiendo en las reestructuraciones sociales después de tiempos de guerra o conflictos armados no es un fenómeno árabe. “Los conflictos hacen que se quiebren ciertos patrones de conducta”, explica a DW Heide Göttner, de la organización Amica, que brinda asistencia humanitaria a mujeres en zonas conflictivas. En momentos de crisis, las mujeres entran a la vida pública y asumen los cargos que dejan los hombres que participan en los conflictos armados.
No obstante, así Göttner, tan pronto vuelven los hombres a la vida civil, las mujeres vuelven a ser condenadas a la cocina: “Como reacción a la experiencia violenta y la militarización de la sociedad, se suele echar mano de anticuados patrones de conducta y a las mujeres se las suele empujar a la dependencia”.
En Alemania, en la década de los 1950, se pudo observar muy bien el fenómeno: las Trümmerfrauen, las mujeres de los escombros, muchas de ellas viudas, se encargaron de la evacuación de los escombros de la guerra y de la reconstrucción del país. Luego, en los años del milagro económico los hombres volvieron a dominar el mundo laboral y las mujeres volvieron al trabajo doméstico y a los hijos.
Día contra la Violencia contra la mujer
En 1981 entró en vigor la Convención de Naciones Unidas contra la discriminación de la mujer. Según la convención, las mujeres deben ser protegidas de la discriminación estatal, por ejemplo en el plano judicial o laboral; también deben ser protegidas de la violencia y la violación a sus derechos en el ámbito privado.
En el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se recuerda que son muchos los países de la ONU -también los de la Primavera Árabe- los que han ratificado esa convención.
Como fuere, claro queda que para muchas mujeres, después de la Primavera Árabe ha sobrevenido el otoño. “Es imprescindible que las mujeres se sienten a la mesa de negociaciones”, exige Schumacher. Sólo así se puede asegurar que no caigan en el limbo ciertos temas que son importantes no sólo para las mujeres sino que pueden cambiar la vida de comunidades enteras.
– Mirjam Gehrke/Mirra Banchón
Fuente: Deutsche Welle