La ominosa toma priista de San Lázaro

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El viernes 21 ardió la tribuna de San Lázaro durante la sesión en la que debió aprobarse el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019. Mientras que los priistas –apoyados por los panistas– increparon a los morenistas, en las inmediaciones del recinto parlamentario 26 organizaciones campesinas priistas cercaron la zona y mantuvieron como rehenes a los diputados y trabajadores durante 12 horas. Al final lograron su cometido: sabotear la discusión sobre la Guardia Nacional y arrebatar más fondos para el campo.

Por Jesusa Cervantes/ Proceso

El primer paquete económico del gobierno de Andrés Manuel López Obrador –que debe aprobarse a más tardar el lunes 24– incendió San Lázaro. El viernes 21 poco más de 17 mil campesinos cerraron todos los accesos al palacio legislativo y durante 12 horas tomaron como “rehenes” a los diputados y trabajadores en demanda de mayores recursos.

Y aun cuando el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) generó conatos de violencia entre campesinos y los integrantes de la LXIV Legislatura, el fuego político se prendió desde el martes 18, cuando entre manotazos, gritos, jaloneos y arrebatos verbales los legisladores llegaron al límite al discutir la Ley de Ingresos.

En ambos momentos, el PRI fue el protagonista: en cuanto a la Ley de Ingresos, demandó desde tribuna eliminar el impuesto a los combustibles, que incide directamente en el aumento al precio de las gasolinas, y en “la toma” de San Lázaro del viernes 21 movilizó a sus huestes campesinas.

La liberación de las 15 entradas a la Cámara de Diputados por los manifestantes coincidió con el desistimiento de aprobar, la tarde del sábado 22, la creación de la controvertida Guardia Nacional. Sin embargo, las bancadas del PRI y del PAN aseguraron que nada tuvo que ver “bajar” la Guardia Nacional con el bloqueo campesino.

Dijeron que jamás podrá sostenerse que los priistas condicionaron entregar a Morena los votos necesarios para realizar los cambios constitucionales y dar paso a la Guardia Nacional a cambio de mayores recursos para el campo. Según ellos, no hubo trueque.

“Caminan en carriles distintos”, sostuvo el diputado Ismael Hernández Deras, dirigente nacional de la Confederación Nacional Campesina. En la discusión del año pasado, fue él quien presionó y demandó apoyos adicionales por 9 mil millones de pesos para el campo.

El panista Elías Lixa también rechazó que haya habido presiones e intercambios.

Con la cámara sitiada, cerca de las seis de la tarde del viernes 21 la Junta de Coordinación Política (Jucopo) se reunió para discutir sobre la Guardia Nacional. “No es bueno aprobar la (creación de la) Guardia en medio de la discusión del presupuesto”, dijo uno de los diputados, quien pidió no mencionar su nombre.

Al final, después de 12 horas, los campesinos de filiación priista abrieron las puertas de San Lázaro y dejaron salir a los trabajadores legislativos, tranquilizaron a los integrantes de la LXIV Legislatura y se fueron “con la promesa de ajustar cifras para el campo”, comentó Jorge de la Vega, integrante del Frente Auténtico del Campo, que llevó a 16 mil afiliados al cerco de la Cámara de Diputados.

De los caballos a la “toma”

El 10 de diciembre de 2005 Alfonso Ramírez Cuéllar –quien hoy es presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública– logró entrar a la Cámara de Diputados montado en un caballo y acompañado de algunos burros. Su motivación entonces fue la demanda de más recursos para el campo. En esa época se discutía el PEF para 2006.

Ramírez Cuéllar fue detenido por elementos de vigilancia de San Lázaro a unos pasos del recinto parlamentario; 13 años después, ya como diputado federal morenista, tuvo que enfrentar a las 26 organizaciones que sitiaron la Cámara de Diputados.

Primero se le recortaron al campo cerca de 20 mil millones de pesos; ahora, Ramírez Cuéllar tuvo que negociar con los representantes de las organizaciones campesinas y prometerles una redistribución del gasto.

Desde las cinco de la mañana, las organizaciones procedentes de Hidalgo, Puebla y el Edomex se instalaron en las calles aledañas al recinto de San Lázaro: las de Zapata, Sidar, Rovirosa, Congreso de la Unión y Eduardo Molina.

Dejaron ingresar a diputados, trabajadores y reporteros, pero a las 10 de la mañana los integrantes de la Unión General de Obreros Campesinos y Acciones Populares, el Congreso Agrario Permanente, la Central Campesina Independiente, el Consejo Nacional Agropecuario, la Unión de Productores Pecuarios, la Vanguardia Juvenil Agrarista, la Unión Agrícola de Sinaloa, las Uniones Agrícolas de Sonora, la Unión Nacional Integradora de Organizaciones Solidarias y Economía Social, el Frente Revolucionario de Trabajadores Campesinos, así como mujeres campesinas, clausuraron las 15 entradas.

(Adelanto del reportaje especial publicado en Proceso 2199, ya en circulación)

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