Su carta de presentación es impactante: nieto de un ex presidente, sobrino de otro, hijo de un ex gobernador estatal. Tiene ascendencia mexicana y habla español. Aunque aún no ha trascendido públicamente cómo piensa, George Prescott Bush se perfila como la punta de lanza de la tercera generación de políticos en la dinastía de la familia Bush.
Y es una figura que podría ayudar a captar el voto hispano que tanto necesita el Partido Republicano.
Muy poco ha revelado de sus aspiraciones políticas. Por ahora sólo ha dicho que tiene interés de postularse por primera vez a un cargo electoral en Texas, el estado en el que vive.
Sin embargo, después de la derrota del candidato conservador Mitt Romney en los comicios presidenciales de noviembre, en la que los hispanos votaron abrumadoramente por el presidente demócrata Barack Obama, George P. Bush, de 36 años, aparece como una de las figuras que podrían acercar al Partido Republicano al electorado hispano. Algunos, incluso, lo ven como un potencial candidato a la presidencia para el futuro.
“No cabe duda de que George P. Bush representa no solo una nueva generación de la familia Bush sino una nueva generación de americanos (estadounidenses)”, expresó el ex secretario de Comercio Carlos Gutiérrez en una reciente entrevista con la AP.
“Tiene padre americano (estadounidense), madre mexicana, está muy interesado, muy metido en los temas de la comunidad hispana y la comunidad de inmigrantes”, dijo el ex funcionario del gobierno de George W. Bush hijo.
Si bien es evidente su conexión con la cultura hispana, George P. Bush ha hablado poco sobre la inmigración ilegal. En rasgos generales ha dicho que apoya una reforma integral, pero sin ofrecer demasiados detalles.
“Estos republicanos pueden ser realmente un partido reformista y generar algunas ideas interesantes al redactar el borrador de este proyecto de ley, en lugar de ser el partido del no”, dijo refiriéndose a los legisladores del Congreso nacional en una entrevista de enero con el diario The Texas Tribune.
“La inmigración, sí, ha sido un tema controversial, pero pienso que podemos avanzar y proponer reformas que son parte de la solución”, sostuvo.
Bush es hijo del ex gobernador republicano de la Florida Jeb Bush, nieto del ex presidente George H.W. Bush y sobrino de George W. Bush, ex presidente y ex gobernador de Texas.
El abogado y empresario comunicó en noviembre pasado su interés en postularse para el cargo de comisionado de tierras de Texas el próximo año, aunque dijo que no tomará una decisión sobre el puesto al que aspirará hasta que el gobernador texano, el republicano Rick Perry, exprese si volverá a candidatearse o dará por concluido su mandato.
Algunos analistas piensan que Bush podría postularse para gobernador si Perry da un paso al costado.
Alegando que tenía una agenda muy ocupada, George P. Bush se negó a ser entrevistado por la AP para esta nota.
Entre las potenciales ventajas de Bush para ascender políticamente se encuentran su apellido y su ascendencia mexicana, que sería clave para captar el voto hispano, además del hecho de que habla español, de acuerdo con académicos y analistas consultados por la AP.
“Tiene potencial y es un líder atractivo. Es un Bush, hispano, de origen mexicano”, destacó el analista político republicano Alfonso Aguilar. “Pero todavía no sabemos qué es lo que piensa. Tampoco sabemos cuán carismático es”.
En el campo demócrata admiten que George P. podría captar votos hispanos.
“El mero hecho de ser un latino no significa que va uno va a recibir el apoyo de la comunidad hispana”, dijo Freddy Balsera, estratega demócrata que asesoró en asuntos hispanos a la campaña a la presidencia de Obama en el 2008. Agregó, no obstante, que “una de las virtudes” de la familia Bush “es la buena relación que ha mantenido con los hispanos”.
“Por un lado son sólidamente conservadores, y por otro nunca han titubeado para defender los temas de interés para los hispanos”, expresó Balsera en comunicación telefónica con la AP.
Indicó que George P. Bush “se beneficiará de eso”, pero que “todo depende de la persona y cuán auténticas sean sus intenciones y su política con la comunidad hispana. Es muy prematuro decir que George P. Bush va a ser el próximo salvador” para los republicanos.
El apoyo del electorado hispano a los candidatos presidenciales republicanos ha caído desde que en 1980 Ronald Reagan logró el 37% de esos votos. Las únicas excepciones fueron los comicios del 2000 y el 2004, en los que George W. Bush padre obtuvo el 35% y el 44% de los sufragios latinos, respectivamente.
En los comicios de noviembre, Obama consiguió el 71% del voto hispano y Romney el 27%, el peor desempeño de un candidato republicano entre los latinos desde 1996.
En la campaña para ganar la postulación del Partido Republicano, Romney manifestó su oposición a un proyecto que abriría camino a la ciudadanía a jóvenes que viven ilegalmente en el país, y destacó su apoyo a un muro fronterizo y a las “autodeportaciones” de los inmigrantes sin papeles.
En las elecciones nacionales los latinos apoyaron a Obama a pesar de haber incumplido con su promesa de sacar adelante una reforma migratoria.
George P. Bush, que en su biografía se describe como un empresario y filántropo exitoso, enseñó historia en una escuela secundaria del sur de la Florida donde hay una numerosa comunidad de agricultores mexicanos y centroamericanos y se desempeñó como oficial del servicio secreto de la armada estadounidense durante ocho meses en Afganistán en el 2010.
Aunque recién ahora ha manifestado su interés en ocupar cargos electivos, su activismo político no es nuevo. Trabajó en las campañas presidenciales de su tío y en la de su padre, conectándose especialmente con los votantes latinos.
Los votantes latinos representan al 10% del electorado nacional y están incrementándose, especialmente en estados con voto indefinido como Florida, Nevada y Colorado. Los mexicanos son mayoría entre los latinos registrados para votar: el 53%, de acuerdo con información del 2012 del Centro Hispano Pew.
En Estados Unidos viven unos 50 millones de hispanos, el 16% de la población. Se estima que para el 2030, los latinos serán 78 millones, o el 22% de los habitantes.
En una reunión reciente realizada en Carolina del Norte, el Comité Nacional Republicano dijo que el partido debe mejorar el tono y el mensaje sobre inmigración. Algunos analistas han expresado que si quieren volver a la presidencia necesitan obtener el voto hispano.
Republicanos, analistas y académicos consultados por la AP destacaron los lazos que tiene el nuevo Bush con la comunidad hispana.
“George P. ofrece un entendimiento enorme de la comunidad hispana porque su madre, Columba, nació en Guanajuato”, en la región central de México, dijo George Antuna Jr., quien junto a Bush fundó en 2009 la organización Hispanos Republicanos por Texas para reclutar a líderes hispanos conservadores.
“El no va a ser un extraño” entre los hispanos, consideró.
Gutiérrez, un duro crítico del enfoque hacia los hispanos que tuvo la campaña de Romney y que ve ahora en Bush un potencial candidato presidencial, destacó también que George P. entiende las necesidades de los inmigrantes y sabe relacionarse con ellos, independientemente de la nacionalidad que tengan.
“Puede ser un gran líder para el partido y también una especie de experto y de maestro en el tema de la mentalidad del inmigrante y los cambios que tiene que hacer el partido para atraer a los inmigrantes”, señaló el ex secretario de Comercio.
Otra de las ventajas que tendría es la capacidad de recaudación de fondos de la familia Bush, fundamental para una campaña política.
Recientemente anunció que recaudó más de 1.3 millones de dólares en 29 estados para su campaña en tan sólo ocho semanas. Lo ayudaron su padre, su tío y algunas figuras conservadoras prominentes.
En uno de sus eventos de recaudación de fondos realizado en Washington, por ejemplo, estuvieron reconocidas figuras del partido, entre ellos el estratega republicano Karl Rove.
Varios analistas coinciden en que sus vínculos con los hispanos no le garantizan a George P. una proyección política a nivel nacional.
Bush tiene aún un camino político que recorrer, dijo Aguilar, el analista republicano, y destacó que el hecho de pertenecer a la familia Bush o de tener ascendencia hispana “no son suficientes para decir hoy por hoy si sería un buen candidato a la presidencia”.
“Tendrá algunas ventajas naturales cuando decida lanzarse a la palestra”, manifestó en entrevista telefónica con la AP Bruce Buchanan, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Texas en Austin. Pero “no ha hecho públicas sus posiciones ni se ha definido políticamente de una manera clara. Tiene mucho trabajo aún por hacer”.
La familia Bush, especialmente George W. Bush hijo, ha tenido una visión positiva de la inmigración y ha alentado medidas que allanen el camino a la legalización de millones de personas que viven sin papeles en el país.
Durante su presidencia, Bush hijo apoyó un camino a la ciudadanía de algunos inmigrantes sin papeles, aunque sus esfuerzos por una legislación migratoria fracasaron.
Jeb, el padre de George P., es un fuerte defensor de la comunidad latina. Su hijo menor, Jeb Jr., es parte de la junta directiva del Foro Nacional de Inmigración y recientemente hizo público su apoyo a una reforma migratoria que alienta alguna forma de legalización para los 11 millones de inmigrantes que están sin papeles.
Los allegados de Bush aseguran que él quiere incursionar en la política paso a paso, sin saltear etapas.
“Creo que el cielo es el límite para George P. Bush”, manifestó Antuna, su amigo, desde los suburbios de San Antonio, donde vive. “Ahora quiere competir a nivel estatal, ser elegido en Texas en el 2014, cumplir con su mandato de manera exitosa, y después veremos qué pasa”.
Jeb Bush Jr., que vive en Florida y por ahora no tiene aspiraciones de postularse para ningún cargo, destacó también que su hermano mayor “está enfocado en Texas”.
“Está comenzando con un nuevo capítulo en su vida”, expresó Jeb Jr. en una entrevista con la AP realizada en un café a las márgenes de un golf al que suelen acudir importantes figuras políticas de Miami.
“Una vez que tenga una campaña exitosa, una política sólida y buenas ideas para el estado de Texas, si es exitoso, entonces veremos qué pasa más adelante”, aseguró.
Fuente: AP