Luego de que un gurpo de elementos de la Marina irrumpió en un templo católica durante un operativo en busca del líder de los Caballeros Templarios, el obispo de demandó de la Secretaría de Gobernación respeto a los inmuebles religiosos y residencias parroquiales
El obispo de Apatzingán, Miguel Patiño Velázquez envió una carta al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en la que le pide respeto para los templos, lugares de reuniones pastorales y residencias parroquiales, así como respeto absoluto a los derechos de los ciudadanos, sus hogares y sus pertenencias.
En la misiva, sin fecha y sin sellos de recibida aún, el jerarca católico denuncia que un grupo de marinos con agentes del Ministerio Público Federal, irrumpieron violentamente, sin orden de cateo, en el templo de San Rafael de Las Cruces, ubicado en el municipio de Tumbiscatío, el pasado 23 de julio. “Amenazaron de vejación a la catequista y secretaria de la parroquia a la querían arrancar información acerca de las armas y el escondite del individuo a quien apodan “La Tuta” y sus secuaces, que de acuerdo con una denuncia, supuestamente se encontraba en ese lugar.
Con lujo de violencia revisaron todas las instalaciones, abrieron las computadoras, intentaron levantar la mesa del altar y abrir el Sagrario, indica el obispo en la misiva.
Recuerda en su carta, de la que marca copia para el gobernador y el secretario de Gobierno, Salvador Jara Guerrero y Jaime Darío Oseguera Méndez, que lo mismo ha ocurrido en la parroquia de Las Cruces y el Templo del Perpetuo Socorro en Apatzingán, el primero de agosto de 2009 y que en aquella ocasión se dijo, a través de la prensa, que ningún templo sería refugio de criminales, en lo que, dice está totalmente de acuerdo.
“No estamos en contra de los operativos de investigación y persecución contra los delincuentes, sólo exigimos que se realicen en la debida forma, con estricto apego a la ley. La iglesia diocesana de Apatzingán está trabajando a favor del restablecimiento del restablecimiento de la confianza del pueblo en las autoridades; pero atropellos como los denunciados, no solo dificultan esta labor a favor de la unidad y la paz, sino que la desacreditan definitivamente, además de ofender y herir los sentimientos religiosos de la comunidad.
“Nada justifica este tipo de acciones, alardes de autoritarismo prepotente, violento y agresivo, y menos en este momento en que nuestro país es señalado como inseguro y violento.
Pedimos respeto para los templos, lugares de reuniones pastorales y residencias parroquiales, así como respeto absoluto a los derechos de los ciudadanos, sus hogares y sus pertenencias.
Pedimos que el gobierno respete su “compronmiso de servir y proteger a la comunidad de conformidad con las disposiciones constitucionales y con estricta observancia y respeto a los derechos fundamentales de los mexicanos”.
Fuente: El Universal