Por Fernanda de la Torre
La ley ha sido siempre mi espada y mi escudo.
– Benito Juárez
Que un río cambie de curso no tendría nada de particular. Después de todo la naturaleza es cambiante y los ríos pueden cambiar de curso, a no ser porque este evento daría lugar a una de las victorias de la diplomacia y la solución pacífica de conflictos en la que intervinieron ilustres personajes de la talla de Benito Juárez, Matías Romero y Manuel Tello. El triunfo del derecho sobre la fuerza. Desde luego que me refiero al río Bravo y El Chamizal.
El conflicto comenzó hace 150 años, cuando en 1864, al cambiar el cauce del río Bravo, una porción de terreno conocida como El Chamizal, ubicada en Villa del Paso Norte (hoy Ciudad Juárez), pasó a formar parte del territorio estadunidense. Ese mismo año, el presidente de México, Benito Juárez, giró instrucciones precisas al canciller Sebastián Lerdo de Tejada y al ministro en Washington, Matías Romero, para que iniciaran las reclamaciones correspondientes. Muchos años habrían de pasar para que esa gestión rindiera frutos.
Porfirio Díaz no quitó el dedo del renglón y continuó con el reclamo de Juárez. Se dio inició a un arbitraje cuya resolución emitida en 1911 sería favorable para México. Fue tan importante en su momento este fallo, que el presidente Francisco I. Madero mencionó el éxito del arbitraje en su primer Informe de gobierno; sin embargo, las cosas no se resolverían tan fácilmente. El comisionado estadunidense impugnó el laudo dejando el problema sin resolver.
Pasaron los años y no se veía una pronta solución hasta 1962, cuando el presidente John F. Kennedy visitó el país. Entre las diversas reuniones que sostuvo en su visita, una de ellas fue para hablar con el presidente de México, Adolfo López Mateos, sobe el problema de El Chamizal. Durante casi dos horas el presidente mexicano explicó el problema a su homólogo estadunidense, quien lo escuchó con atención. La semilla se había sembrado, pero se requirió del paciente trabajo de dos años del canciller Manuel Tello y de Thomas Mann, embajador de Estados Unidos en México, entre otros, para que germinara y diera fruto.
Finalmente, el 25 de septiembre de 1964 los presidentes Adolfo López Mateos y Lyndon B. Johnson se reunieron en la frontera para le entrega simbólica de El Chamizal, con lo que terminaron 100 años de disputas por ese territorio. Ambos gobiernos, en un esfuerzo conjunto, realizaron las obras para devolver al río a su cauce original y en 1967 la entrega fue física. En 1970 se destinaron 124 hectáreas de los terrenos devueltos a la construcción del Parque Público Federal El Chamizal, el cual sería destinado al ámbito educativo, cultural y deportivo.
En unos pocos días se cumplirán 50 años de aquella devolución simbólica. ¿Por qué recordar la obtención de un pequeño pedazo de tierra? Hablé con un especialista en el tema, Ismael Reyes Retana Tello, nieto de Manuel Tello. Ismael ha estudiado a fondo el conflicto y me explicó la importancia de esta esta resolución.
Es la única ocasión que el territorio mexicano ha aumentado. (Para quienes digan que 243 hectáreas no son mucho, les digo que hay países de menor tamaño, como Mónaco o el Vaticano.)
•Implica el cumplimiento cabal de los principios constitucionales que rigen la política exterior (artículo 89, fracción X), especialmente en la solución pacífica de controversias y la igualdad jurídica de los Estados.
•Es un ejemplo de tesón: durante 100 años México sostuvo la postura, que consideró justa, hasta lograr su objetivo.
•Única ocasión en que México ha tenido una resolución favorable en un conflicto limítrofe.
•Ejemplo de cooperación binacional, ya que ambos países costearon la construcción para encausar al río Bravo.
Las historias de éxito deben contarse. Finalmente, El Chamizal es el único territorio que Estados Unidos ha cedido a México. Suceden tantas cosas negativas, hay tantos conflictos por territorio en todo el mundo que es importante hacer hincapié en un triunfo del derecho y la diplomacia.
¿Cómo vamos a conmemorar el 50 aniversario de este triunfo? El presidente municipal de Ciudad Juárez, Enrique Serrano Escobar, invitó, el 28 de octubre, a la remodelación del Monumento Conmemorativo de la Devolución de El Chamizal a los gobernadores para que los estandartes de cada uno de los estados vuelvan a estar en el monumento.
Más allá de los festejos, creo que hay mucho que aprender de la historia de El Chamizal, como que hay que pelear por lo que creemos justo con las armas del derecho y la razón; que los Estados y las personas son iguales y que nadie debe estar por encima de ley. Y recordar, además, a esos personajes que durante un siglo lucharon por ese pedacito de México.
Fuente: Milenio