La larga pesadilla de Israel Vallarta tras el montaje de Florence Cassez

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La historia de la acusación contra Israel Vallarta y la francesa Florence Cassez (en un proceso que está lejos de acabar) tuvo consecuencias mayores que el engaño mediático orquestado por Genaro García Luna: varios familiares de aquél fueron torturados por personal de la AFI, incriminados con falsos testimonios y pruebas sembradas, presionados por agentes del Ministerio Público en complicidad con mandos policiacos y empresarios. Incluso un comerciante falsamente implicado murió en prisión a consecuencia de esos ataques implacables. Y a pesar de que la mayoría de los casos se cayeron en los tribunales, los principales afectados siguen en prisiones de alta seguridad… y sin sentencia.

Foto: Germán Canseco

Por Marta Durán de la Huerta/ Proceso

“Me acostaron sobre una plancha de metal caliente en el piso de una camioneta y se sentó sobre mí un policía muy gordo. Grité que me estaba quemando. ‘¡Me vale madres!’, respondió el tipo. Cuando me levanté, dejé la piel pegada”, dice René Vallarta a la reportera al tiempo que muestra sus cicatrices.

Agrega con la voz quebrada: “Esta es la primera vez que doy una entrevista porque siempre que se publica algo en los medios es para atacarme a mí y a mi familia. Somos objeto de una campaña de odio, de infames mentiras y de todo tipo de falsedades. A mis sobrinos Juan Carlos y Alejandro también los quemaron”.

El 8 de diciembre de 2005 efectivos de la entonces Agencia Federal de Investigación (AFI), por órdenes de su jefe Genaro García Luna, efectuaron un secuestro disfrazado de arresto contra Israel Vallarta y Florence Cassez. A la francesa la tuvieron incomunicada en una camioneta mientras que a Israel lo torturaron brutalmente todo el día y toda la noche. Horas después presentaron a ambos como peligrosos secuestradores capturados infraganti, en un montaje ante las cámaras de Televisa y TV Azteca.

Encarcelar a Israel fue un favor que García Luna le hizo a su amigo Eduardo Margolis Sobol; éste había peleado con Vallarta y quería darle una lección.

Liberada en enero de 2013 por fallas en su debido proceso y ya en su país natal, Florence Cassez escribió en su libro A la sombra de mi vida que Margolis la contactó para disculparse y decirle que no quiso hacerle daño, que el problema era con Israel y que él no planeó ni pidió el montaje de García Luna con las televisoras, sino al contrario, éste le trajo mala reputación y afectó sus negocios. En entrevista con la periodista belga Emmanuelle Steels, Margolis confirmó lo escrito por Cassez.

La francesa tuvo el apoyo de su gobierno; Vallarta no. El montaje de García Luna confrontó al gobierno de Felipe Calderón con el de Nicolas Sarkozy hasta el borde de la ruptura de relaciones diplomáticas. El año de México en Francia fue cancelado.

Cada vez que se vislumbraba la libertad de Florence, García Luna y su ­equipo buscaban la manera de incriminarla por otros secuestros, sostiene Guadalupe Vallarta, hermana de Israel, en entrevista con Proceso. Como no era posible presentar una banda de dos personas, los ­agentes de la AFI arrestaron arbitrariamente a dos hermanos de Israel (Mario y René) y a tres sobrinos (Juan Carlos, Alejandro y Sergio Cortez Vallarta). La autoridad los bautizó además como la banda de Los
 Zodiaco.

“Todos son inocentes. Los Zodiacos es un invento. Mi familia es víctima de un montaje y de un linchamiento mediático por periodistas que sólo hicieron eco a la versión oficial y ni siquiera nos entrevistaron –subraya Guadalupe, quien ha defendido a sus parientes durante más de una década–. Varias personas inocentes fueron arrestadas, torturadas de una manera infame para que señalaran a Cassez como la jefa de la banda y evitar su liberación.”

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El 8 de diciembre de 2005, mientras Israel era torturado, la policía montó en su casa la escenografía para trasmitir el supuesto “rescate en vivo” de tres personas. El cuarto de tiliches fue acondicionado para ello. Policías sembraron las “evidencias” y obtuvieron falsos testimonios mediante torturas. Todo eso alegó la defensa jurídica de Vallarta, pero sus pruebas fueron ignoradas en el juicio.

El periodista José Reveles, autor del libro El affair Cassez, señala en entrevista: “En aquel cuarto no había energía eléctrica y la policía la instaló antes de llevar a Cassez y Vallarta. Hasta construyeron muros de tablarroca”. Al respecto afirma René Vallarta: “Yo acompañé a los peritos al rancho Las Chinitas (casa de Israel) junto con mi hermano Mario; ahí ellos detectaron restos del material de construcción abandonado que fue usado para el montaje.”

En las primeras declaraciones ministeriales, ninguno de los presuntos secuestrados reconoció ni a Israel ni a Florence; posteriormente cambiaron sus versiones de manera incoherente y contradictoria.

Por esas razones Israel Vallarta solicitó oficialmente que se investigara a dos personas clave en su captura y en las torturas que padeció: Luis Cárdenas Palomino, entonces director general de Investigación Policial de la AFI y posteriormente director general de Seguridad Privada de la Secretaría de Seguridad Pública, y Javier Garza Palacios, otrora jefe de la Dirección de Operaciones Especiales de la AFI.

Por cierto, ambos mandos policiacos fueron mencionados en la Corte de Distrito del Norte de Chicago como cómplices del Cártel de Sinaloa el 8 de noviembre de 2018. Los señaló el narcotraficante Sergio Villarreal Barragán, El Grande, según lo dio a conocer la periodista Anabel Hernández en Aristegui Noticias el 17 de diciembre pasado.

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“Podemos hacerte todo”

El 20 de abril de 2012 un expolicía federal cercano a Luis Cárdenas Palomino y Javier Garza Palacios se acercó a Israel Vallarta para amenazarlo: “Me mandan decir que retires la demanda. Y no se te vuelva a ocurrir pedir que comparezca Garza Palacios. Tú ya sabes que con testigos falsos podemos hacerte todo y podemos involucrar a tu familia”.

La amenaza se cumplió: cinco miembros de la familia Vallarta fueron encarcelados con acusaciones de secuestro. Su proceso no se apegó a derecho y padecieron tratos brutales. Todos ellos dieron positivo en el Protocolo de Estambul, es decir, se comprobó científicamente que fueron torturados.

En la declaración ministerial del 9 de marzo de 2006, Israel Vallarta asentó: “En el centro de arraigo (Margolis) me mandó un aviso: que si yo abría la boca y lo involucraba, toda mi familia desaparecería. Por eso pido protección para mi familia y para mí. Pido que tanto Ezequiel Elizalde como Eduardo Cuauhtémoc Margolis Sobol sean presentados y se les investigue, como a otras personas que colaboran con él”.

También narró que en la cárcel un hombre se le fue a golpes y le dijo: “Te manda los buenos días tu judío favorito, que ya sabes que si hablas te mueres tú y toda tu familia”.

A su vez, Alejandro Cortés Vallarta se arma de valor y narra: “Los aprehensores traían una línea desde el Ministerio Público para involucrar a más personas. Jamás me enseñaron la orden de aprehensión. Nos detuvieron a mí y a mi hermano Juan Carlos a las 2:30 de la tarde y nos presentaron en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada a las 5 de la mañana siguiente. Yo debía declarar que Florence e Israel se dedicaban al secuestro. Siempre lo negué. Me vendaron los ojos, me desnudaron, me tiraron al piso, me amarraron las manos a la espalda y ahí empezaron cinco horas de tortura antes de presentarnos al MP.

“David Bernal, agente federal, el que ahí daba órdenes, me quitó la venda y me dijo: ‘Mírame, hijo de la chingada, yo te voy a matar y voy a matar a toda tu familia si cuentas lo que aquí pasó’. Y me lo dijo delante del médico legista. Me pasaron con el MP, le conté todo lo que había pasado y éste me ordenó: ‘Cállate, eso no lo digas, no te va ayudar, ni lo menciones’. Llegó un defensor de oficio, le conté todo y también me ordenó: ‘Cállate, no cuentes nada o te irá peor’. Todos estaban de acuerdo, son una mafia.”

Aún ahora tiembla al hablar de esto: “Me enviaron al Cefereso 4 en Nayarit. Estuve preso seis años y nueve meses. Apenas allá me enteré de qué me acusaban: de pertenecer a una banda de secuestradores, Los Zodiaco.”

Prosigue: “El Ministerio Público me mostró un rifle y preguntó: ‘¿Lo conoces?’ ‘Con ese me apuntó uno de los federales’, respondí. Ese rifle me lo sembraron en el coche”.

A final de cuentas, añade, “llegó el día en que nos dieron la libertad absolutoria porque la PGR no tuvo los elementos suficientes para comprobar que éramos culpables de delincuencia organizada y secuestro. Sólo falta demostrar que el arma nos la sembraron a mis hermanos, a mis tíos y a mí: un rifle para los cinco. Tuvimos un abogado particular que nos estafó; nos abandonó y nos dejó en pleno juicio”.

El relato de René Vallarta confirma la actitud policiaca: “A mi sobrino los policías le dijeron que debía declarar que se quemó jugando futbol en pasto sintético, y a mí, que me quemé reparando el escape de un coche. Los policías me advirtieron que, si revelábamos lo que en verdad sucedió, matarían a mi familia.

“Al día siguiente de nuestro arresto nos presentaron ante el Ministerio Público. Yo declaré la pura verdad. Soy inocente, nunca acepté los cargos. Estoy seguro de que la mujer que estuvo en nuestra tortura es la misma MP que me tomó la declaración. Yo levanté la denuncia por tortura: ellos me quemaron. Ella se enojó muchísimo de que contara la verdad y denunciara. Querían que involucrara a Florence. La MP, bien enojada, sacó un rifle y me dijo: ‘Tú traías esta arma’, y nos la sembró. Dijeron que nos habían detenido en flagrancia con él”.

La mañana del 27 de abril de 2012 fueron detenidos Mario Vallarta Cisneros y Sergio Cortez Vallarta, respectivamente hermano y sobrino de Israel. Al primero le quemaron la espalda y se convulsionó frente a los ojos de su hermana Guadalupe. Además de causarle quemaduras y contusiones, le reventaron a golpes un oído.

A David Orozco, comerciante de ropa en un tianguis, lo detuvieron arbitrariamente el 5 de mayo de 2009. Fue obligado a leer, frente a unas cámaras de la policía, un texto en el que se declaraba culpable de crímenes que no había cometido y afirmaba que Cassez era la jefa de su banda de secuestradores.

El 13 de mayo de 2009 se presentó el video. El 29 de julio siguiente Orozco lo desmintió todo en una declaración ministerial: denunció que lo dijo bajo tortura y se deslindó del video.

David recibió tormentos desde que fue detenido. Cuando orinó sangre, en lugar de darle atención médica lo torturaron aún más. Murió en enero de 2015 en el penal de alta seguridad de Tepic.

René Vallarta sostiene: “Hay una estrategia contra nosotros. Por cada prueba que presentábamos de nuestra inocencia, aparecía un nuevo cargo. Yo iba a las audiencias de Israel; todos me vieron ahí y nunca nadie me señaló como culpable de algo. En cada momento clave del caso, arreciaban los ataques en nuestra contra; por ejemplo, cuando liberaron a Florence nos acosaron intensamente. A cada prueba de inocencia nos caían más acusaciones falsas”.

Emmanuelle Steels, autora del libro El teatro del engaño, enlistó las torturas contra Israel Vallarta: lo quemaron en un hombro y los testículos, lo penetraron analmente con un palo de escoba, Cárdenas Palomino lo golpeó severamente en la cara con su anillo.

Además lo desnudaron para que un perro lo atacara; el animal le desgarró el muslo y la herida se infectó, pero a Israel se le negó la atención médica. Dentro de la prisión también fue herido con arma punzocortante y él mismo tuvo que coser su herida.

Juan Carlos y Alejandro Cortez Vallarta recobraron su libertad en 2016, al ser absueltos de los cargos de secuestro y delincuencia organizada. René Vallarta fue liberado en 2017 por idéntico motivo. Mario e Israel Vallarta Cisneros, así como Sergio Cortez Vallarta, siguen internados en prisiones de alta seguridad y hasta la fecha no se les ha dictado sentencia.

Fuente: Proceso

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