Con una victoria holgada en las legislativas, Alexis Tsipras recuperó el impulso político perdido con la firma del tercer rescate financiero del país, y repetirá coalición de Gobierno con la derecha soberanista.
Con el 63.5 por ciento de votos escrutados, el partido izquierdista Syriza, encabezado por el ex Primer Ministro, le llevaba una ventaja de más de siete puntos a su gran rival Nueva Democracia, de Evangelos Meimarakis (35.43 por ciento frente a 28.31 por ciento). Éste reconoció su derrota y felicitó a Tsipras.
En un discurso ante cientos de simpatizantes en el centro de Atenas, Tsipras anunció que repetirá su coalición de Gobierno con Griegos Independientes, una formación de derecha soberanista liderada por Panos Kammenos, su Ministro de Defensa entre enero y agosto.
Según los datos disponibles, tendrán juntos en el Parlamento una mayoría de 155 diputados (145 de Syriza y 10 de Griegos Independientes), de un total de 300 escaños.
“Quiero dar las gracias encarecidamente a los Griegos Independientes de Panos Kammenos, que unen sus fuerzas con nosotros (…) bajo la bandera de la honestidad y la lucha”, dijo Tsipras antes de fundirse en un abrazo con el propio Kammenos, que subió al estrado.
En su breve discurso, Tsipras aplaudió una victoria del pueblo, y la interpretó como un mandato cristalino para gobernar cuatro años, después de un 2015 muy agitado y marcado por tres citas electorales y el riesgo real de una salida del euro.
“Esta lucha la continuaremos durante cuatro años, porque hemos recibido un mandato para cuatro años”, dijo Tsipras, de 41 años de edad.
Además de repetir coalición, Tsipras se librará previsiblemente en el Parlamento de la disidencia interna que, tras oponerse al nuevo rescate, formó un partido favorable a una salida del euro, Unidad Popular.
Según los resultados parciales, esta formación, en la que milita la ex Presidenta del Parlamento Zoe Konstantopoulou, se quedaba por debajo del umbral del 3 por ciento necesario para entrar en la cámara.
El recuento parcial arroja como tercera fuerza política a los neonazis de Amanecer Dorado, con un 7.06 por ciento de los votos y 19 escaños, dos más que en el Parlamento saliente.
Por detrás se sitúan el Pasok socialista, que tenía el 6.40 por ciento de los votos (17 diputados) y los centristas de To Potami (4 por ciento, 11 diputados).
La nueva cámara tendrá ocho partidos, uno más que en la anterior, con la entrada de la Unión de Centristas (9 escaños). La abstención fue alta, en torno al 44 por ciento, según los datos disponibles, muy por encima de las legislativas de enero (36.38 por ciento).
La victoria de Tsipras era muy esperada por las fuerzas de izquierda radical de otros países de la Eurozona sometidos a políticas de austeridad como España, Portugal o Irlanda, que celebrarán elecciones en los próximos meses.
Pablo Iglesias, líder del partido izquierdista español Podemos, estuvo con Tsipras en su mitin de cierre de campaña el viernes, y espera que este triunfo lo refuerce en las legislativas españolas, previstas hacia el mes de diciembre.
“Los griegos están diciendo bien claro a quién quieren de Primer Ministro. Felicidades, @tsipras_eu Fuerza, amigo”, escribió Iglesias en su cuenta de Twitter para felicitar a Tsipras.
El presidente del Parlamento Europeo, el socialista Martin Schulz, felicitó a Tsipras y estimó que ahora era necesario un Gobierno sólido.
A dos semanas de unas elecciones legislativas en Portugal, el Primer Ministro luso de centroderecha, Pedro Passos Coelho, se desmarcó de Tsipras.
“Grecia tiene como perspectiva para los próximos años la aplicación de un programa (de rescate) difícil”, dijo.
Una apuesta exitosa
Con este triunfo, Tsipras gana la apuesta por la que optó el 20 de agosto, cuando presentó su dimisión.
Su objetivo, forzar las elecciones anticipadas de este domingo, para ganarlas y recuperar impulso político y al mismo tiempo deshacerse de la oposición interna al rescate.
Tsipras llegó al poder en las legislativas del 25 de enero con la promesa de poner fin a las políticas de austeridad aplicadas desde 2010 a cambio de dos planes de rescate internacional, y que contribuyeron a una profunda crisis económica.
El 5 de julio se anotó una victoria política al triunfar el “no” a las condiciones de los acreedores (UE y FMI) para un tercer rescate. Y ello pese a un contexto de fuerte tensión en Grecia, donde para proteger al sistema bancario se instauró días antes un control de capitales que todavía sigue vigente.
Finalmente, el 13 de julio en Bruselas, Tsipras terminó por aceptar dicho plan, en un momento en que la salida del euro era un riesgo muy real.
A cambio del nuevo rescate, de 86 mil millones de euros (97 mil millones de dólares) a lo largo de tres años, se comprometió a aplicar rápidamente nuevos ajustes fiscales, reformas y privatizaciones.
Sin embargo, prometió que en su aplicación tratará de proteger a los más vulnerables, y que luchará por que se alivie la deuda pública del país, que con el nuevo plan ascenderá al 200 por ciento del PIB.
“La salida de la crisis no vendrá de forma mágica, pero vendrá”, prometió Tsipras este viernes, gracias a la lucha de su futuro Gobierno en favor de los más frágiles, la protección social y “a redistribución de la riqueza.
Fuente: AFP