La izquierda (ir)responsable

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Por: Salvador Camarena

En estos días los medios electrónicos de comunicación emiten spots que hablan de lo que la “izquierda responsable” ha logrado para los mexicanos en los últimos meses. Los mensajes publicitarios hablan de reformas nacidas en el seno del Pacto por México y, se intuye, lo que promocionan es una idea que busca enfatizar que es al partido de la Revolución Democrática (PRD) al que hay que acreditar parte de los cambios legislativos ocurridos en los nueve meses del gobierno del Enrique Peña Nieto.

El PRD, y sus principales líderes, conocidos como Los Chuchos, buscan convencer a las audiencias de que la arriesgada apuesta que asumieron –aliarse con un gobierno priista– es no sólo democrática sino fructífera. Hasta ahí todo bien. Se puede o no estar de acuerdo con la estrategia seguida con la dirigencia del partido del sol azteca, pero lo que es preocupante es el discurso que han elegido para justificar una operación política.

La dirigencia nacional del PRD optó por la descalificación como un argumento. Extraña posición de la dirigencia de un partido de izquierda que cuando precisamente tiene razones para demostrar que en parte, y esencialmente, gracias al PRD existe el Pacto por México, siente la necesidad de desacreditar antes que presumir sin más los avances legislativos.

Qué extraño resulta que a pesar de tener cosas presumibles el PRD se escude en la justificación. No les basta con decir hicimos esto o lo otro. Han ido más allá. Etiquetan sus logros como producto de una “izquierda responsable”. No de una izquierda sin adjetivos, sino de una que ellos mismos bautizaron como “responsable”. Con esta decisión, obligan a la ciudadanía a considerar que si ellos son los “responsables”, entonces hay una izquierda que es “irresponsable”.

Al llegar a este punto es necesario, por ocioso que parezca, recordar que el PRD no es el partido comunista. Es decir, ni siquiera puede presumir una “pureza virginal” (si tal cosa valiera de algo, pero en fin). Son en parte lo que fue el partido comunista, pero surgieron de la mezcla de muchas expresiones de la izquierda mexicana.

Qué revelador que hoy sean algunos de los herederos de las luchas de las izquierdas de México los que sin rubor descalifiquen a otras expresiones izquierdistas de nuestro país.

Uno puede esperar de la alicaída derecha panista que en sus estertores acuse a este o a aquel de ser un izquierdista “irresponsable”. Uno puede entender que un gobierno priista busque el mayor beneficio al desacreditar a algunas expresiones de la izquierda que le hacen la vida difícil. Pero lo que resulta extraño es que el liderazgo del PRD sea el que promueve la idea de que hay una izquierda “responsable” (ellos) y que por ende una que no lo es.

Que sea el mayor partido de izquierda el que quiera pontificar sobre quién es o o quién no es responsable suena para empezar a estalinismo: “es por nuestra ruta o no es ninguna”.

La dirigencia nacional del PRD debería recordar con quién se ha hermanado. El PRI es el gran experto en cooptación. Si Los Chuchos creen que ellos están vacunados ante el peligro de terminar siendo más que una oposición “responsable” una colaboracionista, ¿entonces de dónde surge la necesidad de descalificar a otros en la izquierda?

El PRD se mete autogol al dividir su universo entre “responsables” y los que según ese partido no lo son. Hace un cuarto de siglo, ellos, los que luego fundaron al PRD eran los “irresponsables”… los “irresponsables” que lanzaron a Cuauhtémoc Cárdenas como candidato, los “irresponsables” que desafiaron al sistema tras el fraude de 1988, los que apelaron para que Salinas no arrasara al EZLN en enero de 1994, los que tomaron pozos petroleros luego del fraude en Tabasco de Roberto Madrazo, los “irresponsables” que tendieron la mano a Luis H. Álvarez o al doctor Salvador Nava en varias revueltas democráticas, los “irresponsables” que le dieron esperanza a México antes de que Fox ilusionara con un cambio que nunca se materializó.

¿Que México ya cambió y que ahora hay una sola vía para ser consecuente y “responsable”? Pues qué padre su certidumbre. ¿Si tan convencidos están, por qué no se aferran a sus logros y dejan de hacer el trabajo sucio de descalificar a otros en la izquierda, que ni más ni menos han sido sus compañeros de lucha en varias batallas? Al fin y al cabo, está la historia, que pondrá a cada cual en su lugar sobre quién estuvo, y quién no, a la altura de sus responsabilidades.

Fuente: Sin Embargo

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