En México existen 11 millones de personas que no cuentan con acceso al agua en sus hogares, se sabe que el vital líquido es esencial para los humanos y los seres vivos en general, pero ¿se han preguntado cuánta agua se necesita para la producción de los alimentos que con frecuencia consumen? Greenpeace México responde.
La organización internacional señala que desde sus inicios, la agricultura industrializada ha considerado al agua como un recurso ilimitado y de muy bajo costo por lo que la utiliza de manera indiscriminada y sin contemplar los costos ambientales de su extracción.
Daniel Bravo, chef y activista en la ONG internacional, destaca que la agricultura industrial utiliza alrededor del 70 por ciento del total del agua disponible para consumo; por lo que se drenan ríos y lagos que desvían –en algunos casos– su cauce y sobreexplotan los mantos acuíferos con la finalidad de mantener la producción de monocultivos, lo cual resulta una práctica insostenible que afecta directamente a los pequeños productores y al medio ambiente.
Por si fuera poco, señaló Bravo en el texto Cuántos litros de agua se usan en nuestros alimentos, este modelo de agricultura extrae alrededor del 90 por ciento del agua del subsuelo a una velocidad que hace casi imposible que se recupere naturalmente. Las consecuencias de la sobreexplotación han causado impactos devastadores en el medio ambiente, tales como pérdidas de suelo y hundimientos como en el estado de California en Estados Unidos, donde el terreno se ha deprimido hasta seis metros.
En diversos sitios, la escasez de agua implica una reducción en la producción alimentaria y por lo mismo un incremento en el precio final. La sequía que enfrentan muchos productores implica una amenaza en el suministro de alimentos.
Sin embargo, la ONG acusa que el problema del agua no es la insuficiencia del líquido sino su correcta distribución y utilización. En el mundo, hay millones de personas con severos problemas de acceso al agua. Alrededor del 50 por ciento son pequeños agricultores y el 20 por ciento trabajadores del campo.
“Las personas que producen nuestros alimentos, no tienen acceso al agua potable y son dependientes de las temporadas de lluvias, que, como bien sabemos, debido al cambio climático, se han alterado. Resulta pues obvio, que cada día que pasa, la realidad de millones de pequeños agricultores se vuelva más alarmante”, continuó el también chef profesional.
Quizá pudiera parecer imposible cambiar su realidad y la del planeta, sería impensable considerar que estamos conectados intrínsecamente, no obstante Bravo afirma que las acciones de cada persona podrían tener un impacto directo con ellos y el mundo. “Estas acciones son mucho más sencillas de lo que creemos”, asegura.
La mayor cantidad de la producción agrícola en el mundo es destinada para alimentar a los animales que se convertirán en comida para los seres humanos; de igual manera, la mayor cantidad del agua utilizada para la agricultura es destinada a esta obtención.
Así pues, reduciendo el consumo de carne drásticamente, se ahorraría casi la mitad del agua utilizada para la agricultura. Greenpeace comparte algunos datos sobre el agua que se gasta en producir los alimentos:
15 mil 400 litros de agua para 1 kilo de carne de res.
Mil 200 litros de agua para 1 kilo de frijoles.
214 litros de agua para 1 kilo de tomate.
37 litros de agua para 1 kilo de brócoli.
7.5 litros de agua para 1 kilo de hongos.
A través de la alimentación, de la comida que cada día se consume, es posible realizar un cambio. Con el poder de los consumidores es que se puede lograr un cambio en la forma en la que se producen los alimentos, concluyó la ONG.