Por Laura Castellanos
La posición antiinmigrante de Mitt Romney provocó una escisión latina en el Partido Republicano, dando origen a una agrupación política encabezada por Dee Dee García que busca aglutinar a ex demócratas, activistas gay y pro aborto e hispanos para luchar contra el Tea Party y el racismo
PHOENIX.- Militantes del Tea Party están en su misa dominical en la iglesia católica de Fountain Hills, el pueblo blanco y adinerado de Phoenix, Arizona, donde vive el sheriffJoe Arpaio, cuando en la calle la mexicanoestadounidense DeeDee García agarra aire, levanta su megáfono y se lanza contra el feligrés más célebre, ausente en la ceremonia.
“¡Excomulguen a Arpaio!” grita impetuosa en inglés contra el alguacil visto como el más discriminante y represor del país. “¡Mata y golpea a mexicanos que son católicos! ¡¿No les importa?! ¡¿Jesús lo permitiría?!”.
Los devotos se pusieron furiosos, recuerda la activista apasionada de su causa, entre carcajadas. Ahora está sentada en la sala de su casa, en un barrio acomodado al norte de Phoenix. Lo único colorido de la estancia en tonos pastel es una Adelita bien plantada en un cuadro.
Esta ejecutiva morena y esbelta destinó 20 de sus 40 años a militar en el Partido Republicano y en 2009 creó su principal plataforma latina que reunió a 6 mil militantes en la organización Somos republicans. Pero los ataques del partido, de su candidato, Mitt Romney, y del Tea Party, el ala ultraconservadora, contra la población indocumentada provocaron que la aguerrida consultora financiera rompiera con éstos.
Ha disuelto formalmente Somos republicans un día después de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre, y en su lugar emerge el National Tequila Party Movementpara combatirlos. Sin tregua.
“¡Haremos un movimiento como el del Tea Party y estará liderado por mexicanos!”, deja caer su puño sobre la mesita de cristal a su lado. “¿Ves esa pintura?”, su índice apunta a la Adelita. “¡Nosotros vamos a pelear! ¡Vamos a pelear! ¡Y no van a pasar sobre nosotros nunca más!”.
Desbandada latina
A pesar de que Tequila Party tiene sus raíces en Somos republicans, nació sin su sello conservador; muy por el contrario, es un espacio totalmente transgresor.
La hispana dejó de lado sus valores tradicionales que abogan por los matrimonios heterosexuales y están en contra del aborto y se asoció con la abogada Shirl Mora James, ex demócrata lesbiana y pro aborto radicada en Nebraska, de 60 años de edad, para crear la nueva organización.
-¿Por qué cambiaste tus valores personales?- le pregunto, extrañada.
-Porque los republicanos son unos hipócritas-, dice.
Tequila Party se fundó el 5 de mayo de 2012. Desde entonces, García y Mora han realizado eventos de registro de simpatizantes en Idaho, Michigan, Kansas, Indiana, Texas, Nueva York, Florida y Arizona.
La estructura que la promueve financieramente es una mezcla de latinos conservadores y progresistas criados o nacidos en Estados Unidos, profesionales, de clase media y alta, líderes locales o empresarios, abiertos a posiciones pro aborto y a activistas del movimiento Lésbico Gay, Transexual y Bisexual (LGTB).
Han logrado conformar una retícula estimada de 12 a 15 mil simpatizantes en el país, especialmente entre mujeres, estudiantes y jóvenes.
A la distancia quedó la plataforma de Somos republicans, que en su portal, aún en funcionamiento, hace hincapié en su defensa de los “valores familiares tradicionales”. Lejos también quedaron los deseos republicanos por nutrir su bloque de votantes hispanos.
“La comunidad latina es republicana pero no lo sabe”, solía decir Ronald Reagan para destacar el conservadurismo de ambos, de acuerdo a Elías Bermúdez, miembro delTequila Party.
Lo que Reagan no puntualizó es la razón por la que comenzaron a perder dichos adeptos: el tema migratorio.
García explica que en 2004 George W. Bush hijo obtuvo 44% del voto latino, por eso ganó la presidencia.
En 2008, John McCain no apoyó la agenda migratoria, el apoyo latino descendió a 31% y perdió. “Romney tendrá suerte si saca 12% del voto latino”, pronostica la luchadora.
El republicano no apoyó la Dream Act en beneficio de millón y medio de estudiantes indocumentados y promueve la autodeportación masiva de 12 millones de migrantes sin estadía legal.
Sin embargo, sí hay latinos que lo apoyan. Uno de ellos es el abogado Jaime Molera, socio de un despacho exclusivo de asuntos de administración pública.
Molera critica al presidente Barack Obama por su récord de deportaciones: millón y medio de personas y por no lograr la reforma migratoria y la Dream Act “a pesar de que en los dos primeros años de su administración tuvo un Congreso con mayoría demócrata”.
Otro caso es el de Martín Sepúlveda, quien es dueño de un negocio próspero de bienes raíces. Su voto también será para Romney. “Es un gran político, su padre nació en México, démosle una oportunidad”, señala.
Un shot mexicano
Si la extrema derecha se inspiró en el té, la bebida emblemática del movimiento independentista estadounidense para hacer el Tea Party, la organización mexicano-estadounidense reivindica al tequila como símbolo de identidad.
García, oriunda de Nuevo México, asume con orgullo sus raíces mexicanas, aunque nunca haya puesto un pie en México ni sepa hablar español.
-Abue, ¿De qué lugar migraron nuestros antepasados?- dice que un día preguntó a su abuela.
-Mijita- respondió la abuelita -nosotros nacimos de este lado-.
Aun así, García desarrolló una mezcla de orgullo mexicano con el de la defensa patriótica estadounidense. Esta Adelita binacional es, como se dice, de armas tomar. Tenía 18 años cuando en 1990 estalló la guerra del golfo Pérsico y no dudó en enlistarse voluntariamente en la Fuerza Aérea.
“Mi mamá me dejó de hablar un año”, rememora entre risas.
Recibió entrenamiento en detección de explosivos y aunque su incursión en Medio Oriente fue fugaz, su paso por la institución castrense la marcó en su posterior activismo republicano, pues la mayoría de los militares son conservadores.
Se casó con un abogado de Kansas, tuvo dos hijos, y con los años se movió a Phoenix, donde junto con una docena de integrantes fundó Somos republicans, en 2009.
La organización multiplicó su red de simpatizantes de 12 a 6 mil en un año, pero de igual forma empezó a desquebrajarse ante los embates republicanos contra la población indocumentada.
Primero fue la gobernadora republicana de Arizona, Jan Brewer, quien al firmar la ley SB1070 criminalizó a migrantes indocumentados por su apariencia.
García criticó la ley frontalmente: “Fuimos la única organización republicana que dijo: ‘¡No! Están en el error, esto no es capitalismo, es una medida restrictiva, aislacionista y que dañará nuestra economía'”.
Luego, a finales de 2010, el Partido Republicano vetó la Dream Act en el Senado, que ayudaría a millones de estudiantes indocumentados a legalizar su situación.
Otra embestida la propinó el latino conservador más famoso, el cubano-estadounidense Mario Rubio de Miami, que se manifestó a favor de la ley SB1070 y en contra de laDream Act.
“Fue demasiado para mí; en junio de 2011 dejé el partido”, narra la activista. Entonces se quedó sólo como consultora de la asociación.
Faltaba el golpe final, demoledor. En agosto de 2012, durante la Convención Republicana realizada en Florida, se fijó una posición antiinmigrante en la plataforma general del partido.
“Líderes de todo el país me dijeron: ¿Cómo vamos a ser republicanos si están aceptando esa posición antiinmigrante?”. La ruptura fue total.
Somos independientes
La animadversión que manifiesta García por los republicanos racistas quedó simbolizada en la piñata de un muñeco regordete y canoso de papel crepé que representa a Russell Pearce, el legislador creador de dos leyes antiinmigrantes: la propuesta 300 y la SB1070.
“Vamos a romper la piñata después de las elecciones”, dice García, con una mirada malosa.
En la víspera de los comicios electorales, la cofundadora del Tequila Party enfrenta una encrucijada, pues como forma de protesta sufragará por Obama.
“Nunca he votado por un demócrata, nunca, nunca, nunca, pero lo haré por el tema migratorio”, enfatiza.
Más allá de cuál sea el resultado electoral, proseguirá empoderando su propuesta política que tiene como nueva consigna la de “Somos independents”.
Esta expresión refleja un fenómeno emergente electoral poco estudiado aún pero que gana presencia en Arizona y en el país: el de candidatos y votantes que, descontentos con republicanos y demócratas, eligen una vía alterna.
En Arizona, los independientes representan ya la segunda fuerza electoral, por detrás de los republicanos.
Tequila Party, al ser independiente, podrá condicionar su apoyo a candidatos demócratas, republicanos o sin partido que sean pro derechos migrantes.
“Así es como ganas el juego”, asienta la activista latina.
No obstante, advierte que en su mira siempre estará el Tea Party: “¡Tequila Party va a crecer! ¡Y en donde el Tea Party se asome, ahí le daremos pelea para derribarlo!”, enfatiza. Un silencio. Más carcajadas.
Fuente: http://alainet.org/active/59380&lang=es