Por Jenaro Villamil
En un país donde el capo “más buscado del mundo” se escapa ante las narices de policías, militares, custodios y cámaras de videovigilancia, y el principal responsable de su custodia afirma que ante ese fracaso “no es momento de renunciar”, un director técnico de la selección mexicana de futbol es despedido por los mismos que lo pusieron, con el pretexto de que en sus 15 minutos de infamia demostró que no estaba a la altura de tan digno cargo.
En la sociedad del espectáculo, Miguel El Piojo Herrera fue un buen pretexto y contexto para que los medios electrónicos y las redes sociales se concentraran en la tragedia del tele-futbol mexicano y aplaudieran la expulsión de este personaje que agredió en el aeropuerto de Filadelfia a los conductores Christian Martinoli y Luis García, de TV Azteca. El coro griego a la mexicana pide que alguien, al menos, renuncie ante sus errores. Y los directivos del tele-futbol ofrecen la cabeza del Piojo.
Ocurrió el mismo día en que la moneda mexicana continuó su caída libre frente al dólar y cerró la jornada con una devaluación acumulada de más de 25% en tres años (16.60 pesos por dólar); el mismo día en que el periódico El Universal publicó una encuesta telefónica que revela el profundo fracaso de la política de comunicación de Peña Nieto frente a la fuga de El Chapo Guzmán; y la misma semana en que el Coneval documentó que en los dos primeros años del peñismo –y con todo y Cruzada Nacional contra el Hambre– hay dos millones de pobres más que en 2012.
Sin embargo, la fábula del Piojo difícilmente hará olvidar la tragicomedia de errores del peñismo. Uno de los tuits más replicados en esta jornada fue el del periodista de Univisión, Jorge Ramos, quien así resumió la paradoja:
“Despiden al Piojo por sus errores. Pero no corren a ningún secretario o militar por los errores en la fuga del Chapo. Viva el futbol!”.
En Twitter, el hashtag #TrabajosParaElPiojo, provocado en escarnio del también promotor del gobierno de Chiapas y del Partido Verde, se transformó también en un duro balance contra el gobierno peñista y sus últimos escándalos.
La realidad es que la fábula del Piojo podrá distraer por algunas horas, pero no borrará la tendencia más dura de una opinión pública que descree de todas las versiones oficiales y televisivas que, para el caso, resultan ser lo mismo.
Tan sólo los datos de la encuesta de El Universal muestran una caída en la credibilidad del gobierno de Peña Nieto más pronunciada que la devaluación del peso:
- a) El 16 de julio, Reforma hizo un ejercicio similar. En su encuesta a mil personas vía telefónica este periódico reveló que el 54% no cree en la versión oficial de la fuga de El Chapo a través de un túnel que conectaba a su letrina. En el sondeo de El Universal (también vía telefónica a mil ciudadanos), publicado este martes, el 80% afirma que no cree en la versión del gobierno mexicano.
- b) En la encuesta de El Universal, el 58% afirmó que no denunciaría o daría información que lleve a la captura de El Chapo por temor a represalias, y 51% indicó que no lo denunciaría a pesar de que se ofrecen 60 millones de pesos de recompensa.
- c) El 29% de los encuestados en ese mismo ejercicio pide la renuncia de Miguel Ángel Osorio Chong, el titular de Gobernación, y un 28% la del mismo Peña Nieto. Sólo 8% opina que debe renunciar el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, a quien más de 70% no conoce por su nombre.
- d) En la encuesta de Reforma, 61% opinó que Peña Nieto debió cancelar su gira por Francia, pero en El Universal este porcentaje se incrementó a 63%.
- e) La falta de confianza en la línea discursiva oficial es absoluta: 65% no cree que Guzmán Loera será recapturado, y 43% señaló que la principal causa de su fuga es la corrupción, y 26% considera que “lo dejaron ir”.
En fin, la fábula del Piojo podrá durar algunas horas más, pero la fuga del sexenio quedará grabada ante la incapacidad de responder a crisis mayores que una cachetada a comentaristas deportivos.
Twitter: @JenaroVillamil
Fuente:: www.homozapping.com.mx