Por Carlos Puig
Tijuana— Poco antes de las seis de la tarde del domingo, Federico Berrueto, del Gabinete de Comunicación Estratégica, le entregó a Fernando Castro Trenti el último corte de la encuesta de salida de la votación para gobernador. Los datos le daban una ventaja de apenas 1.8 por ciento.
No fue el único dato que Castro conocía: había 8 por ciento de votos nulos en la encuesta de salida, lo cual aumentaba la incertidumbre sobre el resultado, y que a lo largo del día su ventaja se había hecho cada vez más pequeña.
También conocía los datos de otros encuestadores que señalaban que en la tarde del domingo se habían emparejado los resultados y, en algunos casos, daban ya como vencedor por estrecho margen al panista Kiko Vega.
También sabía que el PAN planeaba una conferencia de prensa a la misma hora en la que anunciarían su triunfo por más de 5 puntos. En reunión con el presidente nacional del PRI y sus asesores, Castro decidió salir frente a los medios. César Camacho fue quien lo declaró ganador.
Ante una elección casi empatada, los priistas optaron por forzar la mano de los panistas con un extraño chantaje. Camacho apeló a la memoria de Luis Donaldo Colosio, quien hace 24 años reconoció la derrota del PRI y pidió que pronto los panistas hicieran lo mismo.
—¿Está absolutamente convencido que ganaron? —le pregunté a Camacho.
—Absolutamente.
—¿Por encima del margen de error?
—Por encima del margen de error.
Ni Castro ni Camacho especificaron cifras ni porcentajes.
A la salida de la conferencia de prensa, candidato y asesores se encerraron para revisar los primeros números de conteos rápidos que ponían a Kiko Vega arriba del priista por dos puntos porcentuales. Los primeros resultados del PREP coincidían.
Alguien se dio cuenta que en el PREP había una división mal hecha que alteraba los porcentajes por fracciones. El escándalo duró unas horas. En la madrugada la fórmula se corrigió y el PREP terminó. Ventaja para Kiko por tres puntos.
A las doce y media del lunes, Castro Trenti denunció al instituto electoral y a la empresa del PREP. Dijo que no había certeza de nada. Que él había salido confiado en los números de GCE. Que cuando se contaran los votos el aceptaría el resultado. Ya no dijo que había ganado.
Junto a él no estaba César Camacho.
La elección se había terminado.
Twitter: @puigcarlos
Fuente: Milenio