La cultura de los terratenientes

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Por José Pérez-Espino

Los terratenientes dueños de Ciudad Juárez no le apuestan al desarrollo humano de la frontera. Los juarenses son una lucrativa fábrica de dinero y al mismo tiempo sus víctimas. La mayoría de los fronterizos son explotados al máximo, pero no se les recompensa por su entrega.

Las familias dueñas de Juárez le deben mucho a la ciudad. Tal como los poderes centrales, del estado y del país, mantienen una deuda histórica con el Paso del Norte, por el abandono a la frontera.

Eso explica que el arte y la cultura no sean temas fundamentales en la agenda de los candidatos a la Presidencia Municipal de Juárez.

Los temas de la inseguridad y la economía son de cajón. Los aspirantes tocan los asuntos de la agenda de los medios y ofrecen respuestas políticamente correctas, pero no aportan un plus.

El rezago en la infraestructura urbana es de siglos y de ese tamaño tendría que ser el compromiso y la visión de los candidatos. Sin una visión que apueste por el desarrollo humano jamás habrá un presupuesto para abatir el déficit.

De entrada, la persona que ocupe el sillón principal de la alcaldía tiene desde ahora las manos atadas. La mayor parte del presupuesto está comprometido y queda muy poco dinero disponible. Hasta la fecha, nadie ha presentado un plan de corto y largo plazo para abatir el rezago.

Si los candidatos no tienen un plan para conseguir 62 mil 500 millones de pesos, su paso por la Presidencia Municipal será tan gris como el de los anteriores alcaldes y el actual.

Hablamos de 5 mil millones de dólares, según los cálculos de Desarrollo Económico de Ciudad Juárez. Es el dinero que hace falta para pavimentar lo que falta en la ciudad, dotar de servicios básicos como agua entubada y drenaje a todas las casas, camas de hospitales, espacios de esparcimiento, parques públicos, bibliotecas, entre otras necesidades.

Sólo basta mirar alrededor para observar lo que hace falta.

La cosa llamada X no puede ser considerada como inversión en infraestructura cultural porque no abre ninguna oportunidad para el desarrollo personal. Es un adorno muy vistoso y caro, pero ¿en qué beneficia al casi medio millón de personas que viven en condición de pobreza en Ciudad Juárez?

Los millonarios que son dueños de la ciudad no han dejado una huella para la posteridad, a pesar de que, en realidad, son quienes gobiernan la frontera y dictan su rumbo cada tres años.

Unas cuantas familias (Zaragoza, Fuentes, Bermúdez, Cantú, De la Vega, Urías) controlan la frontera pero no le han retribuido lo suficiente en infraestructura cultural y deportiva, al menos.

¿Cuál es la huella cultural que han dejado esas familias? ¿Por qué habremos de recordarlas en el futuro?

Sea cual sea el resultado el día de los comicios, los juarenses seguirán perdiendo y los terratenientes ganando.

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