Al final del periodo de precampañas el equipo del candidato del PRI y la coalición Todos con México, José Antonio Meade, admitió que la suya no crecía como lo planearon y le dio un viraje: hizo el discurso menos beligerante y trató de colocar propuestas, entre ellas una contra la corrupción. Sin embargo, a decir de Roy Campos, presidente de la encuestadora Consulta Mitofsky, el problema fundamental de esa primera fase fue que Meade pidió a los priistas que lo hicieran suyo y trató de convencer al resto de los votantes de que no representa al PRI corrupto.
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Por Jose Gil Olmos/ Proceso
Después de un mes de problemas en su precampaña, en el que no logró remontar el tercer lugar ni identificarse plenamente con la ciudadanía ni con la militancia del PRI, José Antonio Meade Kuribreña dio un golpe de timón en su estrategia mostrándose conciliador y propositivo, antes que confrontarse a su principal adversario, Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, Roy Campos, presidente de la encuestadora Consulta Mitofsky, precisa que dicho cambio de estrategia es relativo, pues si bien es cierto que en los espots que hace circular en las redes sociales se expresa menos rijoso, Meade no deja de confrontar a sus adversarios al remarcar que López Obrador es un peligro y Ricardo Anaya un traidor, además de poner en duda a los candidatos independientes.
“Tiene un tono conciliador y un contenido no tan suave. Es válido porque en una campaña electoral, aunque no queramos tiene dos componentes: tienes que decir por qué votes por mí y por qué no votes por los otros. Es válido, no hay que espantarse”, explica.
Durante varios meses el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, y de manera más reciente José Antonio Meade y sus voceros Javier Lozano y Eruviel Ávila, mantuvieron un discurso agresivo, principalmente en contra de López Obrador, a quien acusaron de populista, autoritario, loco, intransigente, demagogo y una amenaza para la economía.
En las redes sociales Ochoa Reza ha difundido un buen número de videos en los que acusa de corrupción al líder de Morena y lo reta a debatir. Incluso lo inculpó de haber recibido dinero del exgobernador veracruzano Javier Duarte, tener vínculos con el presidente venezolano Nicolás Maduro y, en últimas fechas, de tener apoyo de Rusia.
No obstante, a partir de que en días pasados se registró un estancamiento en la precampaña de Meade y la falta de impacto de su discurso, su equipo decidió darle vuelta a la estrategia de confrontación, lanzando mensajes de conciliación y propuestas, como el de la lucha contra la corrupción.
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Este viraje en la estrategia se hizo evidente la noche del lunes 22, cuando difundió en redes sociales un promocional de 30 segundos en el que deja atrás el discurso agresivo y habla de manera comedida, moderada y prudente.
Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso 2152, ya en circulación