Los candidatos a la presidencia de Ecuador cerraron sus campañas electorales marcadas por la pandemia del Covid-19 y las limitaciones a los actos multitudinarios. Tres de los 16 candidatos, el izquierdista Andrés Arauz, auspiciado por Rafael Correa, el exbanquero de derecha Guillermo Lasso, y el postulante del partido de los indígenas Yaku Pérez, encabezan la intención de voto para el domingo 7 de febrero.
Andrés Arauz, candidato apoyado por Rafael Correa, podría ser el presidente más joven de la historia de Ecuador; Guillermo Lasso, un banquero cercano al Opus Dei, se opone al derecho al aborto y a la desdolarización, y Yaku Pérez, líder indígena, quiere extender su experiencia en la prefectura de Azuay a todo el territorio.
El domingo 7 de febrero más de 13 millones de ecuatorianos votarán para elegir a su próximo presidente. Sin embargo, los últimos sondeos presagian que hará falta una segunda vuelta ante la cercanía del favoritismo entre los dos principales candidatos. Para evitar este escenario, uno de los aspirantes tendría que obtener al menos un 40 % de los votos y, a la vez, sacar una diferencia de un 10 % al segundo.
En los actuales comicios concurren 16 candidatos (15 hombres y una mujer), aunque por el momento destaca la indecisión. Según las dos principales encuestadoras, entre el 23 % y el 37 % de los ecuatorianos todavía no sabe por quién va a votar.
Se trata de un sufragio que en Ecuador es obligatorio pero que se espera registre altos datos de voto en blanco y nulo. Entre los ecuatorianos existe una cierta desidia ante la crisis económica, el gran endeudamiento, la falta de empleos, la corrupción y la mala gestión de la crisis del Covid-19.
Andrés Arauz, candidato del correísmo, registra en las encuestas entre un 28,64 % y un 15 %; el conservador Guillermo Lasso está entre un 26 % y un 20,85 %, mientras que el candidato indígena Yaku Pérez ronda el 13 %. A continuación, el perfil de los tres principales candidatos a ocupar el Palacio de Carondelet.
Andrés Arauz: “el perfecto desconocido” apadrinado por el expresidente Correa
“Patriota. Demócrata. Progresista. Candidato a la Presidencia del Ecuador. Nunca me niego a un ceviche Jipijapa”, así se define Andrés Arauz, candidato del movimiento Unión por la Esperanza (UNIES), en su biografía de Twitter.
A sus 35 años, 36 el día de la elección, podría convertirse en el presidente más joven de la historia de Ecuador. Una juventud que no está exenta de experiencia: con 26 años fue director del Banco Central de Ecuador y con 30 años se convirtió en ministro de Conocimiento y Talento Humano, cargo que ocupó entre 2015 y 2017. También en 2017 fue, durante unos meses, ministro de Cultura y Patrimonio.
Este economista se graduó en la Universidad de Michigan en Estados Unidos, una formación que completa con el dominio de idiomas como inglés, francés y ruso. Pertenece al movimiento Revolución Ciudadana, creado por el expresidente Rafael Correa cuando este último rompió con Alianza País por disputas con el actual presidente, Lenín Moreno.
De hecho, Correa apadrina la candidatura de Arauz, en la que iba a ser vicepresidente. Sin embargo, la condena a ocho años de prisión e inhabilitación política para el exmandatario obligaron a cambiar de opción y el candidato vicepresidencial es Carlos Rabascall, una fórmula electoral que denominan como “binomio por la esperanza”.
Andrés Arauz es un latinoamericanista convencido, por lo que ha tejido lazos con otros presidentes izquierdistas de la región como Alberto Fernández, en Argentina, y Luis Arce, en Bolivia.
Entre sus promesas electorales destaca la entrega de 1.000 dólares en la primera semana de Gobierno para un millón de familias. La oposición teme que Arauz pudiera avanzar en la desdolarización del país, mientras que los partidarios confían en que enfrentaría las imposiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) a la hora de tratar el sobreendeudamiento que tiene el país. Los detractores hablan de Arauz como un candidato del que se sabe muy poco. Un factor que ha aprovechado para autodenominarse como “el perfecto desconocido”.
Arauz forma parte del Consejo Ejecutivo de la Internacional Progresista, fundada en 2020, y de la que forman parte el senador demócrata estadounidense Bernie Sanders, el exministro griego de Finanzas, Yannis Varoufakis y el vicepresidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias, quién afirmó lo siguiente sobre el candidato correísta: “Andrés es un fuera de serie, ahí está su currículo, y creo que va a ser un gran presidente de Ecuador”.
Un progresismo que, desde la candidatura de Guillermo Lasso, aseguran que, de ganar Arauz, significará que Ecuador se convierta en “una nueva Venezuela”. Además, la revista ‘Semana’ de Colombia publicó que la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) habría financiado la campaña electoral de Arauz. Unas acusaciones que desde la candidatura aseguran que son falsas y las consideran injerencias de los servicios de inteligencia colombianos en el país vecino.
Guillermo Lasso: el eterno candidato busca que la tercera sea la vencida
“Emprendimiento, innovación y futuro. Con el Gobierno del cambio vamos a crear un Ecuador de oportunidades para todos”, esa es la biografía de Twitter del candidato conservador, Guillermo Lasso, del Movimiento Político Creando Oportunidades (CREO).
Lasso es un conocido banquero ecuatoriano que encabeza distintos holdings financieros, entre los que destaca, por ejemplo, el Banco de Guayaquil. Sin embargo, el candidato siempre ha hablado de unos orígenes humildes, teniendo que empezar a trabajar con 15 años en la Bolsa de Valores de Guayaquil.
Conservador, y cercano al Opus Dei, sorprendió en campaña electoral al proponer que la escultura de Quito de la popular Virgen del Panecillo pueda rotar para que no dé la espalda a los ciudadanos del sur. Precisamente es en las zonas más pobres donde Lasso trata de llegar con promesas electorales como la de acabar con el hambre de más de un millón de ecuatorianos. Cabe destacar que siempre ha sido un contundente oponente a cualquier legislación por el derecho a decidir en el aborto, incluso en casos de violación.
Lasso, conocido como el ‘eterno candidato’, se presenta a sus terceros comicios tras haber perdido contra Rafael Correa, en 2013, y contra Lenín Moreno, en 2017. Precisamente, en esas últimas elecciones, en un primer momento se negó a aceptar los resultados con acusaciones de fraude. Sin embargo, el viraje conservador de Moreno llevó a Lasso a acercarse, firmando incluso un acuerdo legislativo en la Asamblea Nacional.
Fue “superministro” de Economía en 1999 durante el Gobierno de Jamil Mahuad. Detractores le vinculan ese mismo año a la peor crisis financiera de la historia del país. Es por eso que en campaña electoral se suele usar, en su contra, el argumento de su profesión de banquero, hacia la que existe un gran estigma entre la sociedad ecuatoriana. Se acusa a los bancos de causar la crisis por la contracción del crédito y la escasez de liquidez del sistema financiero, que obligó al país a adoptar el dólar en el año 2000.
Una dolarización que Lasso defiende, ya que considera que la desdolarización que podría impulsar su oponente, Andrés Arauz, podría llevar a Ecuador “a convertirse en Venezuela”. Sin embargo, también ha criticado los acuerdos con el FMI, y asegura que no aumentará los impuestos al valor agregado. Entre sus otras propuestas destaca generar empleo, atraer inversión extranjera y aumentar la producción de petróleo.
Yaku Pérez, el líder indígena que prefiere un banquero que a Correa
“Kañari kichwa, músico, Defensor del agua, Dr en jurisprudencia, escritor, Presidente @CAOIandina. ExPrefecto del Azuay. Candidato a la presidencia del Ecuador”, así se describe Yaku Pérez, del movimiento Pachakutik, en su biografía de Twitter.
En bicicleta, tocando el saxofón, sin traje…. Desde una actitud humilde y comprometida, Yaku Pérez representa a los sectores indígenas y ecologistas del país. Cuenta con la legitimidad de haber sido prefecto de Azuay, provincia ecuatoriana en la que el 90 % de la población es mestiza y el 5 % blanca. Una conexión con lo ancestral, que quedó demostrada en su posesión, cuando pronunció las palabras “a sus plantas”.
Durante su etapa como prefecto dejó muestras de cuál es su visión política. Su primer acto: bajarse a la mitad el sueldo. Después, luchar a favor de preservar el agua, pero también contra la minería.
Yaku Sacha es su nombre tras renunciar al original Carlos. Yaku significa agua, mientras que Sacha significa selva. Un amor por lo originario que culmina llevando siempre en el cuello una chakana (cruz andina) y una wiphala (la bandera de los pueblos andinos).
Opositor del Gobierno de Lenín Moreno, pero también del de Rafael Correa. Durante el Gobierno de Correa fue detenido cinco veces tras la fuerte oposición del líder indígena a la Ley de Minería aprobada en 2009. Tal ha sido su oposición al correísmo que dio apoyo a Guillermo Lasso frente a Moreno en las elecciones de 2017. “Es preferible un banquero que una dictadura”, fue su justificación.
Sin embargo, Pérez se considera de una izquierda flexible y abierta, basada en el comunitarismo; ideología que llevó a su máxima expresión como prefecto. Por ejemplo, fue protagonista de un trueque entre comunidades agrícolas. Azuay hizo un intercambio con Chimborazo: llevaron dos camiones con plátanos, arroz, manzanas, sal, azúcar y mascarillas… Y a cambio recibieron papas, habas, machica y maíz. Se beneficiaron 2.000 familias.
Su estrategia electoral es una “4E” en la que se incluyan la Ecología, la Economía, la Educación y la Ética. Unas propuestas entre las que destacan prohibir toda actividad minera y limitar las concesiones para la producción de petróleo.
Tercero en las encuestas, con cerca del 13 % de votos, será clave en una probable segunda vuelta. Sin embargo, no está claro por quién va a pedir el voto. Pese a la aparente cercanía ideológica con Arauz, su fuerte oposición a Rafael Correa podría volver a llevarle a apoyar a Lasso.
(Con EFE, Reuters, AP y medios locales)