La percepción de la corrupción se transmite de generación en generación, independientemente del entorno institucional, según revela en un estudio Alberto Simpser, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Chicago.
Según el portal ruso de la Escuela Superior de Economía, el científico pone en duda las prácticas establecidas y afirma que la corrupción existe en sí misma, independientemente de factores tales como el orden constitucional, los procedimientos judiciales o electorales.
En el estudio el autor entrevistó a personas que son inmigrantes de al menos segunda generación, es decir, aquellos cuyos padres o abuelos se trasladaron a EE.UU. desde otros países. Para el análisis Simpser utilizó datos de GSS (Encuesta Social General de Estados Unidos), a partir de los cuales estudió la actitud individual de los norteamericanos y la correlación entre ellos ante nociones como “corrupción” y “éxito”.
Para llevar a cabo su estudio Simper preguntó a los encuestados (1.936 personas de 31 países) si estaban de acuerdo con la idea de que actualmente en EE.UU. “a fin de llegar a lo más alto, es necesario recurrir a la corrupción”. Al analizar los resultados encontró que la diferencia entre estadounidenses con raíces rusas y suecas era de un 43%.
Las percepciones de la corrupción entre las personas de diferentes culturas también queda reflejada en los proverbios y refranes, destaca autor del estudio.
Simpser también utilizó datos del ESS (Encuesta Social Europea) y trató de identificar la actitud de los individuos ante el soborno. Para ello Simpser examinó el grado de sintonía de los encuestados ante afirmación de que “un oficial debe exigir un soborno a cambio de un servicio”.
Curiosamente, todos los encuestados con antepasados de Suecia parecían estar de acuerdo la afirmación de que la corrupción es “un fenómeno falso en general”. Sin embargo, el 17% de los estadounidenses con raíces griegas se mostraban parcial o totalmente conformes con esta afirmación.
Entre los encuestados con raíces danesas y británicas el 80% opina que la corrupción es un fenómeno negativo, mientras que solo el 53% de los estadounidenses de origen español y el 54% de origen ucraniano están de acuerdo con esta declaración.
Los encuestados con mayores niveles de educación e ingresos tienen menos probabilidades de aprobar la corrupción y el soborno, reveló el estudio.
Fuente: Actualidad RT