Ya sea por el extraño, húmedo y nostálgicamente intoxicante olor a libro viejo o a tinta recién impresa, todo tiene que ver con los componentes químicos.
Por Daniel García
Hace algunos ayeres, trataron de convencerme de que le entrara al mundo del Kindle porque así podía tener muchísimos libros pa’ leer, dentro en una tableta. Lo primero que hice al ver un e-book fue acercar mi nariz para olerlo y nada. Ahí me di cuenta que seguía siendo un romántico: Me encanta oler libros (algunos hasta me gusta leerlos).
Seguro a muchos de ustedes también les gusta andar por librerías enterrando su nariz en las páginas de algún libro e inhalando profundo (como si estuvieran inhalando… Vick VapoRub) Pero, ¿alguna vez se han preguntado por qué huelen como huelen?Una vez más, la ciencia, como en CSI, lo resuelve todo.
Ya sea el extraño, húmedo y nostálgicamente intoxicante olor de los libros viejos, o el intrigante olor a tinta recién impresa, todo tiene que ver con los componentes químicos.
Recién salidos del horno
Así como los famosos panqués de mi mamá cuando salen del horno, los libros nuevos también tienen un aroma delicioso (y ambos al envejecer resultan armas perfectas para descalabrar a alguien).
La variación de los productos químicos utilizados en la fabricación de libros hace un poco complicado determinar los compuestos exactos. Sin embargo, el famoso olor a libro nuevo se puede atribuir a tres fuentes principales: el papel (y los productos utilizados en su fabricación), las tintas utilizadas para imprimirlo y los adhesivos en la encuadernación del libro.
Así, una librería se puede convertir en una fiesta de aromas pues cada libro tiene aroma propio. Hay incluso expertos que pueden, con un solo olfateo, saber qué tipo de papel o tinta tiene el libro. Es quizá, por estas variaciones que ningún investigador se ha atrevido a definir un aroma específico (de ahí que aún no exista Book by Hugo Boss).
Si quieres conocer otras razones por las que amamos el olor a libro nuevo da Click Necesario aquí.