La caída del Z-40 cambia todo el Golfo

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La detención de Miguel Ángel Treviño Martínez, El Z-40 (el pasado 16 de julio), derivó en una recomposición del cártel del Golfo y su expansión hacia territorios que estaban en poder de Los Zetas.

Además, el grupo delictivo busca penetrar los mercados de producción de drogas sintéticas que se encuentran en poder de Los caballeros templarios y el cártel de Sinaloa, revelaron funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional.

Los cambios en el consumo también han generado que los grupos criminales que operan en México se reorganicen; desde 2012, la Procuraduría General de la República “se encontró con organizaciones que era difícil penetrar para conocer a sus dirigentes, sus formas de operación, ámbitos de actuación, redes de comunicación y vinculación con otras bandas delictivas internacionales”, señala un informe elaborado por el ex titular de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) José Cuitláhuac Salinas Martínez.

Desde los años 90 y hasta 2000, el mercado de la producción, comercialización y tráfico de drogas sintéticas estuvo en manos de los hermanos Amezcua Contreras, conocidos como los jefes del cártel de Colima; posteriormente lo tuvo el cártel del Milenio, encabezado por integrantes de la familia Valencia, grupo que en 2005 participó en la creación de La familia michoacana y desde enero de 2011 fundó la organización conocida como Los caballeros templarios.

Funcionarios de la Seido señalaron que reportes que se hacen llegar a una base de información que integra el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) refieren que se han reducido los cultivos de mariguana y amapola, pero ha crecido el número de laboratorios clandestinos descubiertos y desmantelados.

Entre 2006 y 2012, el gobierno federal había considerado que los grupos criminales habían disminuido su interés en cultivos ilícitos y el comercio de drogas sintéticas se incrementó en 120 por ciento, calculado con base en el número de laboratorios clandestinos que se desmantelaron en ese periodo: Michoacán 340, Sinaloa 194 y Jalisco 162, con lo cual la zona se considera “la principal productora de metanfetamina en el país”.

El primer Informe de gobierno de Enrique Peña Nieto refiere que en 2011 la administración federal destruyó 13 mil 430 hectáreas de cultivos de mariguana y 16 mil 389 hectáreas de amapola; en el primer semestre de 2012 fueron 9 mil 164 de canabis y 15 mil 786 de adormidera; en los primeros siete meses de este año fueron 3 mil 96 hectáreas de la primera y 10 mil 719 de la segunda.

De acuerdo con la información obtenida de los funcionarios federales, el cártel de Sinaloa tiene presencia en todo el Pacífico, y tras haber desplazado al de Tijuana, ahora cubre la rutas que parten de Colima y Jalisco a Sonora y Baja California, para luego enviar sus cargamentos a Estados Unidos por medio de San Diego, California; asimismo, controla una parte de Ciudad Juárez y ahora comparte el territorio con el cártel de Juárez, que dirige Vicente Carrillo Leyva (hermano de Amado Carrillo, el extinto Señor de los cielos).

Asimismo, apuntaron las fuentes, en Michoacán está en disputa el control del centro de recepción de precursores químicos, ya que Los caballeros templarios mantienen una sociedad con el cártel de Sinaloa, pero ambos enfrentan a la organización de los hermanos Beltrán Leyva.

El cártel del Golfo, con Homero Cárdenas Guillén y Juan Mejía González, El Kike o El R-1 (era líder del brazo armado de la familia Cárdenas Guillén, grupo conocido como Los Rojos), ha recuperado territorios como los municipios de Matamoros y Nuevo Laredo, y disputa Reynosa a algunas células de Los Zetas en Coahuila, Quintana Roo, Veracruz, Tabasco, Guerrero y Nuevo León.

Fuente: La Jornada

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