La alianza mexicana contra el fracking

0

Por Javier Corral Jurado

El próximo sábado 15 de marzo, se llevará a cabo en la Ciudad de Chihuahua un Foro sobre el impacto social y ambiental del fracking. El término le será ajeno a muchas personas, pero estoy seguro que les conmoverá su tranquilidad en cuanto conozcan la dimensión y efectos nocivos de esta tecnología en la extracción del cada vez más conocido gas “shale”. Fracking es una contracción de varias palabras, slickwater hydraulic fracturing. En efecto, es la fracturación hidráulica por agua enriquecida de rocas impermeables, tipo los esquistos, de las cuales se obtiene gas o petróleo. Es una inyección de agua, con arena, mezcladas con varios químicos a presiones muy altas. Se dice que a unas 70 atmósferas.

Hay varios estudios realizados sobre las consecuencias ambientales y sociales del uso de esta técnica; una amiga en facebook me acaba de enviar a mi portal los informes que han elaborado Inglaterra y España sobre el tema; los he colocado en mi página de Internet: www.javiercorral.org. Varios investigadores, activistas de derechos humanos y geólogos han lanzado las alertas medio ambientales. En nuestro país lo ha hecho la “Alianza Mexicana contra el fracking”, un movimiento conformado por diversas organizaciones civiles entre las que destacan Fundar, El poder del consumidor, Greenpeace, Grupo de Estudios Ambientales, Red de acción por el agua, Equipo Pueblo.

El tema asaltó mi preocupación cuando vi la ruta que tomaba la reforma energética, no sólo en términos de apertura total al capital extranjero en la exploración y explotación de los hidrocarburos mediante la figura de las concesiones, sino en la persistencia del modelo energético basado en la explotación de fuentes fósiles, lo que continuará con la manera y los elementos que se utilizan para la extracción y explotación de los yacimientos de gas shale. Altamente depredadores del ambiente y de nuestras comunidades.

Muchos yacimientos de este tipo se han encontrado en países como Estados Unidos, Argentina, China, Canadá, Rumania, Argelia y, por supuesto, México en el que Pemex ha identificado cinco provincias con potencial para producir hidrocarburos contenidos en shale, que son: Chihuahua, Sabinas-Burro-Picachos, Burgos, Tampico-Misantla y Veracruz. Las más importantes son Burgos y Sabinas, que son continuación de Eagle Ford de Estados Unidos.

Ahora bien, con la reforma energética se ha abierto el debate respecto a esta delicada técnica que se ha prohibido en diversos países y regiones como Francia, Quebec en Canadá, Bulgaria, Conco Salto en Argentina, Burgos, Cantabria y La Rioja en España; Vermont, Nueva Jersey y Nueva York en Estados Unidos. Nueva Irlanda, Rumania, Karoo en Sudáfrica, y Suiza, por su parte, han declarado moratorias nacionales.

La Alianza Mexicana contra el Fracking se ha puesto como objetivo alertar sobre los impactos socio-ambientales de la explotación del gas de esquisto que de entrada implica el uso intensivo de agua, pues se ha identificado que se requieren de 9 a 29 millones de litros para la fractura de un solo pozo, de ahí que adviertan: “la explotación de 20,000 pozos anuales que se está planteando desde diversos sectores, supondría un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo doméstico de entre 4.9 y 15.9 millones de personas en un año”.

Este dato resulta esclarecedor de las consecuencias que traería en un estado como Chihuahua, que vive en el desierto, sin el agua que al DF le sobra de la lluvia, ¿de dónde sacaríamos nosotros tanta cantidad de litros de agua para extraer el gas y el petróleo que venga con él?, lo anterior nos llevaría a lo que está pasando en Coahuila, estado en el que la disponibilidad de agua es ya limitada pues es una de las regiones donde la actividad se está realizando.

Sobre la contaminación del agua, la agrupación reporta que existen más de mil casos documentados de contaminación de fuentes de agua cerca de pozos de gas de esquisto en los Estados Unidos. “En total se han identificado más de 2,500 productos y 750 tipos diferentes de químicos en el fluido de perforación. Los expertos señalan que más del 25% de estas sustancias pueden causar cáncer y mutaciones, el 37% afectar al sistema endocrino, el 50% dañar el sistema nervioso y el 40% provocar alergias”.

Esta técnica supone también la emisión de sustancias contaminantes a la atmósfera pues implica la emisión de dióxido de azufre, óxido de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, lo cual contribuye sin lugar a dudas a la contaminación del aire.

He señalado en otras ocasiones mi gran preocupación respecto a la indolencia con la que actuamos frente al fenómeno del cambio clímatico; como bien lo ha dicho el Doctor José Sarukhan, en la historia de la humanidad somos la generación que más información tiene sobre el calentamiento global y la que menos hace algo por evitar sus funestas consecuencias. De ahí que considero muy importante que la alerta lanzada por la Alianza Mexicana contra el fracking sea del conocimiento de los chihuahuenses, y por los actores inmersos en el procesamiento de las leyes secundarias en materia energética. Los ciudadanos tienen el derecho a recibir información completa y especializada sobre el impacto que esta técnica tiene frente al cambio climático, pues produce su aceleración debido a las emisiones de gas metano producidas por ineficiencias en el proceso; el metano es un gas que presenta un efecto invernadero 21 veces más potente que el dióxido de carbono.

Todo lo anterior genera, por supuesto, un impacto en las comunidades tanto en el rubro de salud, como por el deterioro ambiental, así como por la generación de residuos tóxicos mismos que deben ser tratados con los respectivos riesgos socio-ambientales.

De acuerdo a un estudio de la Agencia de Protección Medioambiental en 2011 se detectó benceno, bromuros, materiales radioactivos como uranio, radio y radón, así como filtración de metano en áreas cercanas a los pozos perforados con fracking, aseguradoras han documentado por su parte que la presión del agua ha provocado rupturas en las protecciones de los pozos que pudieron permitir la filtración de los químicos.

Sumado a lo anterior resulta conveniente realizar un análisis general, incluso económico de lo que implica la explotación del gas shale en nuestro país. ¿Resulta rentable? Fundar reporta que de los 6 pozos perforados en México sobre los que se tiene información, tres han resultado no comerciales (Emergente 1, Montañés 1 y Nómada 1), dos no comerciales por no producir condensados (Percutor 1 y Arbolero 1) y uno, aunque comercial, presenta baja productividad de gas y condensados (Habano 1); no sólo eso, la explotación de este gas no convencional resulta altamente costosa, supera por mucho los costos de Estados Unidos que van de entre los 3 a los 10 millones de dólares, mientras que en México un pozo requiere de una inversión de 20 a 25 millones y a ello hay que sumar que hay altas tasas de declinación de los pozos.

De acuerdo a un estudio de la investigadora Deborah Rogers, “la industria gasífera en EU ha reconocido que en el 80% de los pozos perforados los costos de producción superan a las ganancias esperadas”.

La Alianza Mexicana contra el Fracking lanza 5 exigencias fundamentales:

1. México debe prohibir la extracción de hidrocarburos por técnicas de fractura hidráulica, tal como lo han hecho Francia y Bulgaria, con base en el principio precautorio.

2. En la planeación e implementación de la política energética, las entidades públicas deben asegurar el respeto y garantía de los derechos humanos y, específicamente, los derechos de los pueblos indígenas y tribales.

3. En materia de agua, el Estado debe garantizar el derecho humano al agua, como lo establece el artículo 4° constitucional.

4. El Estado mexicano debe garantizar el derecho al medio ambiente sano, el cual es también reconocido por nuestra Constitución.

5. La Reforma Energética debe establecer los cambios legales e institucionales pertinentes para la prohibición del gas de esquisto y el impulso de las energías renovables, que realmente representen una alternativa para la sostenibilidad energética del país y que aseguren el respeto de los derechos humanos y el cuidado del medio ambiente.

Me parece fundamental este llamado pues contribuye a que los legisladores nos informemos y atendamos preocupaciones justo a tiempo para conducir, reformular o encauzar correctamente la reforma energética si en realidad hay voluntad política para ello. Éste es el debate que debiera asumir con toda amplitud y disposición el Senado de la República. ¿Vamos a limitar el desarrollo humano sustentable, sólo al desarrollo económico? ¿Seguiremos actuando contra la posibilidad de un mejor medio ambiente, un mundo más habitable, en aras de un modelo económico depredador? ¿Haremos de la reforma energética sólo una reforma petrolera para conseguirle más recursos fiscales al Estado?

Ojalá que mucha gente se interese por este devenir y pueda participar en el foro que se llevará acabo en el Teatro de Cámara de la Ciudad de Chihuahua, a partir de las 10 de la mañana. Expondrán expertos de la UNAM y de FUNDAR: abriremos con la conferencia magistral de Luca Ferrari Pedraglio; luego una mesa de ponentes con Aroa de la Fuente, Jorge Villarreal Padilla, Francisco Cravioto y Javier Valdés Villarreal.

Fuente: JavierCorral.org

Comments are closed.