El Departamento de Estado accedió a la petición de un grupo legal conservador de interrogar a varios funcionarios y ex funcionarios de la agencia sobre la creación del sistema de correo electrónico privado de Hillary Clinton.
El acuerdo presentado el viernes por la noche en una corte federal de distrito en Washington se produce después que un juez consintió permitir al grupo Judicial Watch investigar por qué Clinton usó un servidor de correo electrónico en su casa en Nueva York cuando era secretaria de Estado.
Los cuestionamientos sobre el uso de ese sistema privado para mensajes oficiales han acosado a Clinton en su campaña electoral por la candidatura demócrata a la presidencia.
Si el juez Emmet G. Sullivan aprueba el acuerdo del viernes, los abogados de Judicial Watch podrán interrogar a los máximos colaboradores de Clinton, incluyendo a la entonces jefa de personal Cheryl D. Mills, la subjefa Huma Abedin y el subsecretario Patrick F. Kennedy.
También en la lista está Bryan Pagliano, el empleado del departamento que instaló y mantuvo el sistema privado en la casa de Clinton. Pagliano invocó previamente su derecho constitucional a negarse a responder a preguntas de un panel congresual. La Constitución protege a un individuo de ser forzado a incriminarse.
El FBI investiga si la información delicada que circuló a través del servidor de correo electrónico de Clinton fue mal manejada. Las oficinas del inspector general en el Departamento de Estado y agencias de inteligencia investigan independientemente si se violaron leyes o regulaciones.
Hay además al menos 38 demandas civiles, incluyendo una presentada por The Associated Press, que solicitan copias de documentos del gobierno relacionados con el tiempo de Clinton como secretaria de Estado de 2009 a 2013.
Quienes critican la decisión de Clinton de usar el servidor privado han sugerido que eso pudo haber hecho sus comunicaciones más vulnerables a hackers, incluyendo aquellos que trabajan para agencias extranjeras de espionaje.
En respuesta a los pedidos de acceso a documentos públicos, el Departamento de Estado ha entregado más de 52.000 páginas de sus mensajes electrónicos de trabajo. Miles de mensajes adicionales han sido retenidos por Clinton, cuyos abogados afirman que contienen información personal no relacionada con su trabajo.
Clinton ha admitido en la campaña que fue un error usar el servidor privado para trabajo, pero ha recalcado que nunca recibió mensajes clasificados en el momento.