Juárez ha pagado un precio muy alto

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En los últimos dos años se ha reducido un 75% el índice de homicidios en Ciudad Juárez, el principal escenario de la llamada guerra de Felipe Calderón contra el crimen organizado.

Ciudad Juárez, una de las más violentas urbes del mundo hasta hace poco, ha reducido en un 75 por ciento el índice de homicidios en los últimos dos años, algo que ha tenido que pagar con vidas inocentes y el abuso de sus derechos humanos.

Situada en la frontera con Estados Unidos, en el estado de Chihuahua, y escenario frecuente de las acciones del crimen organizado, Ciudad Juárez, con 1.3 millones de habitantes, cierra este año con 784 homicidios, según la cifra oficial más reciente.

Ese número de muertos, que incluye las víctimas hasta el pasado jueves, según el saldo dado a conocer hoy por la Procuraduría General de Chihuahua, está lejos de los 3,115 asesinatos cometidos en el año 2010 y los 2,086 de 2011.

“La ciudadanía fue quien pagó el gasto más alto”, afirmó a Efe el visitador de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Ciudad Juárez, Gustavo de la Rosa Hickerson, al explicar las repercusiones de las acciones oficiales para reducir la violencia.

Las autoridades han tenido que usar mano dura para controlar los descomunales índices de violencia. Han muerto inocentes y algunos más están en la cárcel cumpliendo largas condenas.

“Tuvimos que soportar retenes, detenciones arbitrarias, movernos de nuestros domicilios, abandonar nuestras casas…”, agregó De la Rosa. “Tuvimos que pagar el altísimo costo de que los policías detuvieran solo por el aspecto. Al ojo del policía, cualquier persona con cabello largo es delincuente”, añadió.

Hace dos años, en el peor momento que vivió Ciudad Juárez por la lucha entre los distintos cárteles de la droga, en esta localidad había más muertos que en zonas de guerra como en Afganistán, según expertos locales.

Ahora, una buena parte de los negocios que cerraron sus puertas las han reabierto y la ciudad va recuperando poco a poco su normalidad, incluyendo su vida nocturna, algo importante para ciudades fronterizas como ésta.

Pero para Arturo Valenzuela, presidente de la Mesa de Seguridad de Ciudad Juárez, creada a raíz del asesinato de 15 adolescentes en una fiesta en enero de 2010 y conformada por funcionarios y ciudadanos sin cargos públicos, la alarmante situación requería medidas desesperadas.

“Es una tarea muy difícil luchar contra una delincuencia como con la que nos enfrentamos y ser demasiado pulcro en cuanto a derechos humanos. Fue una etapa en que tuvo que ser así, pero no va a ser así siempre”, dijo Valenzuela a Efe.

“Este esfuerzo se ha logrado en base al trabajo conjunto en el encuentro con autoridades y Gobierno, que no existía. No había trabajo en equipo, ni entre el mismo Gobierno”, agregó Valenzuela.

No obstante, las fuentes consultadas ven que aún queda mucho trabajo por hacer para que Ciudad Juárez tenga niveles regulares, incluso para una urbe considerada “problemática”.

“Todavía estamos al doble de lo que pudieran entenderse como cifras normales en una ciudad de alta violencia. Ciudad Juárez siempre ha sido calificada como una urbe de alta violencia, registrando el doble de las cifras nacionales”, explica De la Rosa.

“Aún ahora estamos por encima un 200 por ciento comparado con los niveles de violencia de 2006, que habían sido normales en Ciudad Juárez en los últimos 10 años”, agrega.

El visitador de los Derechos Humanos considera que el reto para 2013 es conseguir que la Policía de Ciudad Juárez “abandone la tortura como método de investigación”. Valenzuela cree, no obstante, que los abusos a los derechos humanos y el uso de la tortura por parte de las autoridades han sido menos frecuentes, según investigaciones de la Mesa de Seguridad.

“En Ciudad Juárez ya no se necesita mano dura, sino un modelo de policía comunitaria”, consideró Valenzuela.

Fuente: EFE

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