El secretario general de la SNTE, Juan Díaz de la Torre, es pieza fundamental del complicado engranaje que exprimió económicamente a los maestros durante la gestión de la profesora Elba Esther Gordillo y, por lo tanto, debe ir también a la cárcel. La sentencia es de Mauricio Urtaza Martínez, socio de la empresa Servicios Financieros DC. El otrora encargado de dispersar las comisiones que el sindicato magisterial cobraba a las empresas que prestaban dinero a los agremiados revela en entrevista el modus operandi de ese entramado.
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Por Jesusa Cervantes/ Proceso
En agosto de 2012, en la Iglesia de San Martín de Porres, en Guadalajara, la familia de Elba Esther Gordillo Morales emparentó con la de Juan Díaz de la Torre. Ese día, Mónica Arriola Gordillo, hija de La Maestra, fue madrina de bautizo de una hija de Juan Óscar Díaz Medina. Ese compadrazgo reafirmó la relación de la entonces dirigente sindical y su futuro relevo.
Originario de Jalisco, Díaz de la Torre, inició su vida gremial a la sombra de Juan Alcalá Espitia, dirigente de la sección 16 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en Jalisco y cercano al creador de Vanguardia Revolucionaria, Carlos Jonguitud Barrios y posterior líder de ese gremio.
Cuando Gordillo Morales hizo a un lado a Jonguitud, Díaz de la Torre se plegó a ella. Y ella le correspondió al convertirlo en líder de la sección 16 de 2000 a 2003; dos años después lo ungió como líder de su recién creado partido político: Nueva Alianza.
La habilidad con la que Díaz de la Torre manejó el Fideicomiso Global del Magisterio en Jalisco, fue vista por La Maestra como una virtud, por lo que lo hizo hombre de sus confianzas en materia financiera. Decidió que fuera él quien determinara qué dirigentes seccionales de la SNTE se habían ganado, a costa de embaucar a maestros con créditos de nómina, su 2% de comisión.
Mauricio Urtaza Martínez –socio de la empresa Servicios Financieros DC y encargado de dispersar las comisiones que el SNTE cobraba a las empresas autorizada como únicas para prestar dinero a sus agremiados– relata cómo participó Díaz de la Torre en esa estrategia y terminó por traicionar a Gordillo.
Entrevistado en el Reclusorio Sur Varonil, Urtaza Martínez ubica a Díaz de la Torre como pieza del complicado engranaje que exprimió económicamente a los maestros durante la gestión de Gordillo.
Dice que, al igual que otros operadores como Javier Moreno Valle, Pedro Ramírez Campuzano, Enrique Martínez Ríos y Alejandro Rueda, el actual secretario general de la SNTE debe estar encarcelado, como su predecesora.
En sus ediciones 2066 y 2069, Proceso informó sobre la manera en que Gordillo y sus allegados crearon un entramado financiero para, en primer lugar, cobrar comisiones a proveedores por permitirles ofrecer servicios al magisterio y, en segundo, exprimir a los maestros que solicitaban algún préstamo con elevados intereses.
Según los documentos consultados, las sociedades financieras Kondinero, Maayane, Directodo, Crédito Maestro y ConSuPago cobraban a los maestros intereses que iban de 60 a 180%. Cada empresa, después de descontar el costo del préstamo cada quincena, trasladaba el dinero recaudado a la compañía creada para esos menesteres por Urtaza y Rueda.
Las empresas dispersoras
Mauricio Urtaza asegura que Martínez Ríos y Ramírez Campuzano formaron empresas que les entregaran comprobantes –como Servicios Financieros DC– a las sociedades financieras de objeto limitado (sofoles), para que éstas, a su vez, les pagaran a Servicios Financieros por un servicio inexistente.
Así, el dinero que llegaba a DC era la comisión que estas sofoles tenían que pagar al SNTE por dejarlas trabajar y el interés elevado que se cobraba al maestro.
Una vez que el dinero llegaba a Servicios Financieros DC, detalla Urtaza, mediante correo electrónico Enrique Martínez Ríos le decía entre quiénes debía distribuirse el dinero.
“El porcentaje mayor era para las personas del sindicato y lo demás para las que habían armado todo ese proceso”, asegura el entrevistado.
–¿La mayor parte iba para Elba Esther Gordillo? –pregunta la reportera.
–Por el lado del porcentaje, diría que a Gordillo (aunque no de manera directa), a Rafael Ochoa Guzmán, quien era senador y estaba de licencia, pero era secretario oficial del sindicato, a María San Juana Cerda Franco, a Francisco Arriola, a José Manuel Díaz Flores y a Díaz de la Torre, en su calidad de líder sectorial en Guadalajara. Era 2009.
Varios documentos consultados por Proceso incluyen listas con el número de la sección sindical y el nombre de su dirigente, seguidos de los montos de los créditos que tramitó, así como la entrega del 2% al secretario seccional “como premio”. Así aparecen las sumas mes por mes y año por año.
Las cifras por mes coinciden con el dinero que Urtaza transfirió por medio del sistema de pagos electrónicos interbancarios a José Manuel Díaz Flores, quien finalmente fue detenido el 26 de febrero de 2013, el mismo día que cayó “La Maestra”.
Por esas fechas, Díaz de la Torre definía a qué líderes sindicales se les pagaba la comisión por “enganchar” a algún maestro.
–¿Quién autorizaba el pago de 2% de la comisión a los líderes sindicales? Se le pregunta a Urtaza, quien hacía los depósitos.
–A Díaz de la Torre. Estos listados los hacía directamente cada empresa: Kondinero, Maayane, Directodo, Crédito Maestro, ConSuPago; no lo definían Martínez Ríos o Ramírez Campuzano. Les llegaba el monto que se debía facturar y ellos, por alguna razón que desconozco, mandaban a quienes se le iba a facturar (cuando Servicios Financieros le facturaba a cada empresa).
La reportera le pregunta a Urtaza si la operación financiera ideada por Ramírez Campuzano, Moreno Valle y Martínez Ríos, así como el cobro de comisiones a empresarios y el pago de comisiones a dirigentes sindicales que autorizaba Díaz de la Torre es la misma que se les imputa a los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
“Yo quiero señalar que Díaz de la Torre no solamente participó en el porcentaje de la institución, tengo entendido que Martínez Ríos le entregó en varias ocasiones dinero a él, a Cerda Franco y a Francisco Arriola. Sí se les entregó dinero, no fueron nada más supervisores de la operación… Ellos recibieron recursos.”
Añade: “Díaz de la Torre siempre estuvo enterado de todo. Él palomeaba los recursos que se pagaban a los líderes sindicales”. Por ello, reitera, “él también debe ser llamado a declarar”.
Fuente: Proceso