Elena Lobacheva, de 25 años, confesó haber matado en Rusia a indigentes por la satisfacción sexual que le daba clavarles cuchillos en el estómago repetidas veces.
La joven asesina contó que tuvo una fuente de inspiración para su raíd homicida: La novia de Chucky, una película de terror de 1998 que cuenta la historia de una asesina serial que muere y cuya alma se encarna en una muñeca, que cobra vida y empieza a matar gente.
También admitió que acuchillar personas elegidas al azar le provocaba “un placer comparable al sexual”. El ejemplo más crudo de la saña con la que asesinaba a sus víctimas fue el caso de un banquero moscovita, al que apuñaló 107 veces.
Fueron descubiertos luego de que una cámara de seguridad registrara el momento en el que intentaban matar a un trabajador municipal de limpieza, que logró escapar. Para ese momento ya había asesinado a 12 personas.