Cifras oficiales revelan que al 31 de diciembre de 2019, el estado registraba 8,735 víctimas. De este total 1,076 fueron mujeres y 7,651 hombres
Decir Jalisco es sinónimo de fosas clandestinas y desaparecidos. Desde hace años se ha convertido en uno de los estados con mayor presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y con ello, en un lugar dominado por la violencia.
De acuerdo con las últimas cifras del Secretariado Ejecutivo, en 2019 fue uno de los 5 estados con mayor número de homicidios dolosos, al registrar 2,030 asesinatos. Pero eso no es lo más alarmante, sino que se convirtió en el estado con más desaparecidos.
El Sistema de Información Sobre Víctimas de Desaparición tiene contabilizadas hasta el 31 de diciembre de ese año 6,624 personas no localizadas y 2,111 desaparecidas. Esto de acuerdo con el artículo 4 fracción XV, de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda, la cual define como persona desaparecida a aquella cuyo paradero se desconoce y se presuma, a partir de cualquier indicio, que su ausencia se relaciona con la comisión de un delito.
Asimismo, considera que una persona no localizada es aquella cuya ubicación es desconocida y que de acuerdo con la información que se reporte a la autoridad, su ausencia no se relaciona con la probable comisión de algún delito.
La cifra es alarmante; haciendo un global de ambos criterios resulta un total de 8,735 víctimas. De este total, 1,076 son mujeres, 7,651 hombres y 8 de sexo no especificado. Las gráficas demuestran además, que en su mayoría, las víctimas son personas jóvenes, de los 20 a los 30 años de edad, sobretodo con el sexo masculino. En cuanto a las mujeres, el sector más vulnerable son las adolescentes, de 15 a 19 años.
La cifra continúa en aumento mientras las autoridades se mantienen herméticas respecto al continuo hallazgo de fosas clandestinas y cientos de cadáveres. En los últimos meses de 2019 y los primeros días de enero de 2020 se han encontrado más de 100 cadáveres, todos extraídos de la misma zona: Guadalajara, capital de Jalisco, y su periferia.
Justamente es Tlajomulco de Zuñiga, Guadalajara, Zapopan y San Pedro Tlaquepaque, son los municipios en los que más cantidad de hombres y mujeres han desaparecido y, desde mayo del año anterior, el hallazgo de fosa tras fosa no cesa.
Fue el 7 de mayo cuando en Zapopan fue localizada una casa con 30 cuerpos enterrados. Posteriormente, en septiembre, se reportaron 138 bolsas con restos humanos en una fosa ubicada en el mismo municipio.
Apenas el 8 de enero fueron descubiertos los restos de 18 víctimas, las cuales se ubicaron en una finca del barrio El Mirador, en el municipio de Tlajomulco. Menos de una semana después (el 14 de enero), la Fiscalía del estado reportó una nueva fosa con un aproximado de 29 víctimas.
La situación actual de Jalisco tuvo su repunte violento en 2017, cuando el entonces gobernador de la entidad, Aristóteles Sandoval, admitió que había una disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel Nueva Plaza. Desde ese entonces las fosas no dejan de aparecer; los narcotraficantes o los secuestradores suelen usarlas para deshacerse de los cuerpos de sus víctimas o rivales.
Pese al terrible número de víctimas, las cifras oficiales se quedan cortas en comparación con las estimaciones de los colectivos que se dedican a la búsqueda de personas desaparecidas, quienes aseguran que las autoridades intentan maquillar los números.
El panorama es desolador y se extiende a toda la República. El pasado 6 de enero, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, reveló que de 2006 a 2019, han desaparecido en el país 61,637 personas.