Crónica de una represión que quiso ser invisible

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Por Azul Alzaga Magaña*

La histórica paradoja del árbol que cae sin que exista oído humano que lo escuche, y que lleva a la pregunta de si produjo o no un sonido, pareció quererse imponer el fin de semana por los medios tradicionales de comunicación y las persistentes plumas que, tanto en medios impresos como en Twitter, mantienen vivo el curso de la narrativa según su conveniencia.

Como ha ocurrido con otros temas, pero pocas veces de una manera tan evidente como frente a lo ocurrido este fin de semana en Jalisco, el enorme silencio de la mayor parte de la prensa y sus opinólogos de cabecera dejó al descubierto el tremendo descaro con el que causas sociales como la de la defensa de los derechos humanos son usadas a contentillo para empujar agendas políticas particulares.

Lo que sigue es una crónica de la vergonzosa cobertura que tuvo el tema conforme evolucionó, y de cómo se fueron haciendo acomodos convenientes, después de tres días en los que, al mantenerse como trending topic en Twitter, se volvió inevitable hablar de él.

Viernes. Día 1. Se registran las primeras protestas en Guadalajara en contra del anuncio realizado dos días antes por el gobierno de Enrique Alfaro de que los precios del tren ligero y el macrobús se elevarían en un 35 por ciento. El reclamo no solamente atendía a la lógica de que el aumento afecta a grandes proporciones de la población que hace uso de ese transporte público, sino al hecho de que el hoy gobernador prometió durante su campaña que no aumentaría “ni medio centavo”. Como resultado de la primera protesta, policías antimotines golpearon brutalmente y a rastras detuvieron a un grupo de jóvenes que abrieron las puertas de los andenes de una estación del tren ligero para dejar pasar de manera gratuita a los usuarios.

Las imágenes de la violencia aplicada se viralizaron, generando indignación en usuarios de redes sociales que posicionaron los hashtags #AlfaroRenunciaYa y #AlfaroRepresor. No pareció generar, sin embargo, ninguna clase de indignación, ni mención el hecho, ni ese día en televisión, ni en la prensa escrita del sábado. Curiosamente tampoco mereció la atención de quienes no dejan pasar ningún evento en materia de seguridad y derechos humanos para comentarlo en Twitter; los que han venido defendiendo, por ejemplo, que la Guardia Nacional no debe hacer labores de seguridad porque no está capacitada para garantizar el respeto a los derechos humanos de la población. Unos ejemplitos: Denise Dresser, Alejandro Hope, León Krauze, Carlos Bravo Regidor, Martha Tagle, o comunicadores con cuentas muy activas en materia de información de fin de semana, como las de López Dóriga, Brozo o Ciro Gómez Leyva (este último mejor sigue circulando un video de hace días en el que una migrante ruega en medio del llanto a un integrante de la Guardia Nacional que la deje cruzar la frontera). Silencio total sobre Jalisco.

Sábado. Día 2. En respuesta a lo ocurrido el viernes, un grupo de manifestantes intentó llegar a las puertas del palacio de gobierno. El saldo fue blanco pero circuló más información sobre lo que había ocurrido con los detenidos el día anterior, tras ser liberados. La familia de Miguel Aguilar Villafaña, el joven más visiblemente golpeado, acusa el uso de descargas eléctricas contra él y amenazas de muerte con pistola. El gobernador brilla por su ausencia pública frente a lo ocurrido, mientras el tema sigue siendo tendencia nacional en la red; y a lo largo de todo el sábado también brillan por su ausencia las grandes plumas defensoras de la libertad de expresión y las garantías individuales.

Domingo. Día 3. Tercer día de manifestaciones, de falta de respuesta pública por parte de Alfaro y de tendencia nacional del tema en Twitter. Como por arte de magia y de manera conveniente aparece otro tema que finalmente les permite a los derechohumaneros de costumbre pronunciarse, equiparando lo ocurrido en Jalisco con otro aspecto, que golpea a Morena: el anuncio de que se quiere aprobar una ley en Tabasco que penaliza la extorsión contra Pemex, pero que en su aplicación podría abrir también la puerta a la criminalización de la protesta social (ojalá no se apruebe como está planteada). Ya con ese insumo, muy avanzado el domingo, Martha Tagle, por ejemplo, salió a decir que todo el mundo tiene derecho a manifestarse, lo mismo en Tabasco que en Jalisco. Otros hicieron una tibia condena a lo ocurrido en Jalisco, no sin antes hablar de la incongruencia de la izquierda en Tabasco ante la que bautizaron como Ley Garrote.

Casi como epílogo, o así se siente porque hasta este momento muy pocos lo han retomado (ni de lejos el escrutinio e interpretación minuciosos que se hacen diariamente de cada palabra que dice el presidente), bien entrada la noche del domingo, Enrique Alfaro lanzó en redes un video de 10 minutos en el que justifica la medida sobre el transporte y también sobre la represión al más viejo estilo priista: eran vándalos.

* Azul Alzaga Magaña. Analista política y social, politóloga del CIDE y fundadora de la Asociación Civil Observatorio de la Justicia A.C.

@azulalzaga

Fuente: El Soberano

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