La senadora, de 70 años, ha defendido la gestión de la presidenta Bachelet
Por Rocío Montes
En el mismo salón del antiguo congreso de Santiago de Chile dondeSalvador Allende asumió la Presidencia de la República en 1970, la menor de sus tres hijas, la senadora Isabel Allende Bussi, se convirtió el domingo en la primera mujer en asumir la jefatura del Partido Socialista (PS) en sus 82 años de historia local. La ceremonia estuvo marcada por simbolismos. La parlamentaria ofreció empanadas y vino, en alusión a una de las frases históricas del exmandatario sobre el camino chileno al socialismo, y en su discurso recordó al padre.
“Compañeros, compañeras, ustedes saben que para mí el PS ha sido mucho más que un partido político. El partido ha sido mi casa. La casa del presidente Allende, la casa de Tencha [Hortensia Bussi de Allende, su madre]. Pero ha sido también mi causa”, señaló la senadora, embajadora y portavoz de la familia a nivel internacional.
Nacida en Santiago de Chile hace 70 años, Isabel Allende conquistó la presidencia del PS levantando la bandera de incondicionalidad hacia el Gobierno de Michelle Bachelet, también militante socialista desde su juventud. En el acto del domingo, la parlamentaria reiteró el apoyo hacia la presidenta y su compromiso hacia un “proceso constituyente”, con que el Ejecutivo pretende poner en marcha una nueva Carta Magna que reemplace a la de Pinochet de 1980. Sobre los cambios que la jefa de Estado realizó hace una semana en su gabinete, orientado a la búsqueda de mayores consensos, Allende habló sobre el ritmo y los énfasis de los cambios estructurales que la mandataria quiere llevar adelante en su segunda administración (2014-2018). “No es el momento de detener las reformas. Es el momento de seguir adelante. Probablemente vamos a tener que convocar más, explicar mejor y dialogar. Los socialistas estamos con la presidenta Bachelet y apoyamos sus decisiones”, señaló Allende.
Liderazgos femeninos
El triunfo de la senadora en las internas socialistas de fin de abril fue una sorpresa en la política local. Medía fuerzas con un dirigente histórico, Camilo Escalona, impulsor de los inicios de Bachelet y compañero en la clandestinidad durante la dictadura. Pero aunque desde el retorno de la democracia en 1990 Allende ha estado en primera línea tanto desde sus cargos en el Parlamento como en el partido, la instalación de su liderazgo ha sido un proceso relativamente reciente. En marzo de 2014 se convirtió en la primera mujer en asumir la presidencia del Senado, un puesto que su padre tuvo entre 1966 y 1969, antes de llegar a ser presidente en su cuarto intento. Hace algunas semanas una encuesta política del Centro de Estudios Públicos (CEP) la señaló como el personaje mejor evaluado tanto del conglomerado de centroizquierda Nueva Mayoría como de la oposición.
La senadora Allende ha evitado referirse a un futuro presidencial, pero en las filas socialistas se comenta un escenario evidente: si en este momento el oficialismo celebrara primarias para elegir a su candidato para las elecciones de 2017, con probabilidad la elegida sería la hija del expresidente. No solamente se encuentra en una inmejorable posición ante la ciudadanía, que parece descubrir su liderazgo por primera vez en 25 años, sino que en este momento no existen figuras con alcance presidencial en la Nueva Mayoría. La renovación es un proceso fracasado y, cuando se habla de cartas a La Moneda, suelen repetirse nombres de dirigentes que jugaron papeles cruciales en la transición, como el expresidente Ricardo Lagos y el exministro José Miguel Insulza, que el 22 de mayo deja oficialmente la secretaría general de la OEA.
En Chile han explotado liderazgos femeninos en las últimas décadas. En marzo de 2014 la presidenta Bachelet comenzó su segundo período y su propio partido, el socialista, desde este domingo está dirigido también por una mujer. La principal multisindical del país, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), está liderada por la comunista Bárbara Figueroa, y la principal federación de estudiantes, la de la Universidad de Chile, tiene como presidenta a Valentina Saavedra. Pero la representatividad política femenina sigue siendo baja: las mujeres apenas alcanzan un 15,8% del Parlamento y, de los 23 ministros del Gobierno, sólo siete son mujeres.
Fuente: El País