Un niño argentino de unos siete u ocho años fue el protagonista este miércoles en la audiencia general del Papa al acceder al escenario del Aula Pablo VI para jugar durante algunos minutos y sobre quien Francisco hizo una broma al decir que era argentino, y por tanto, indisciplinado.
El menor estaba sentado en las primeras filas de la sala, donde se sitúan los enfermos, y en un momento determinado escapó de su madre y subió a la zona donde estaba sentado el Pontífice celebrando la audiencia y se puso a jugar alrededor de uno de los guardias suizos y a correr por ese espacio.
Luego se acercó al Papa Francisco y este le pidió que le diese un beso.
La madre se acercó con la intención de llevarse al niño a su sitio pero no pudo y explicó al Pontífice que eran argentinos y que el niño tenía algunos problemas, a lo que Francisco le dijo que lo dejara jugar allí.
Después Jorge Bergoglio se dirigió hacia el prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo Georg Gaenswein, y le dijo sonriendo que el niño era argentino e indisciplinado.
Durante varios minutos, el niño corrió libre por el escenario e incluso una niña, con probabilidad su hermana pequeña, también subió para intentar, sin éxito, regresarlo a su sitio.
Posteriormente, el Papa, durante los saludos a los fieles de lengua española, explicó que el niño no podía hablar, que era mudo, pero que sabía comunicarse y expresarse, además de que era libre y bromeó al referirse al menor como indisciplinadamente libre.
“Pero es libre y esto me ha hecho pensar ¿Soy yo libre? ¿Soy yo libre ante Dios? Ante Dios, todos tendríamos que tener la libertad de un niño delante de su padre”, indicó el Pontífice.
Francisco también pidió la gracia para que este niño pueda hablar y arrancó un aplauso de los cerca 7 mil asistentes a la audiencia de este miércoles.
En octubre de 2013 durante la celebración de la Fiesta de la Familia en la Plaza de San Pedro, un niño colombiano adoptado en Italia también fue protagonista cuando subió a la zona papal y abrazó a Francisco mientras este leía su discurso y después se sentó en el trono del Pontífice.
Fuente: El Diario