Con la participación de representantes de la Iglesia católica, el gobierno federal puso en marcha mesas de pacificación para atender la problemática que viven los habitantes del municipio de Aguililla, Michoacán, donde grupos delictivos como el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los caballeros templarios han llevado a cabo acciones violentas que afectan a los habitantes de esa zona de la Tierra Caliente.
En las mesas de negociación participan representantes eclesiásticos, de las secretarías de Gobernación, de la Defensa Nacional y de Seguridad y Protección Ciudadana, revelaron integrantes del gabinete de seguridad.
Las autoridades consultadas refirieron que se dará cumplimiento al pliego petitorio que en días pasados los pobladores hicieron llegar al gobierno federal, en las que demandan que las autoridades pongan fin a los enfrentamientos que han sostenido los grupos delictivos que se disputan la zona y entre los cuales se encuentran el CJNG y una organización que se identifica como Cárteles Unidos, conformada por células de organizaciones como Los caballeros templarios y Los Viagras.
Asimismo, los habitantes han solicitado que las autoridades garanticen el libre tránsito y la seguridad en las carreteras de la zona, la construcción de caminos, contar con una sucursal del Banco del Bienestar y que se haga una investigación sobre las confrontaciones.
El miércoles pasado, durante su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que las autoridades se habían reunido con los habitantes y que se iban a “atender las necesidades”. Se va a dar respuesta y van a llegar servidores públicos del gobierno federal para ayudar en todas las comunidades. Se va a implementar un programa integral en Aguililla, en toda la región, en beneficio del pueblo. No es la represión, sino atender a la gente, y decirles que ése es el camino, no el de la violencia, no el de la confrontación”.
En ese contexto, los funcionarios entrevistados señalaron que de manera conjunta con los representantes eclesiales y de las comunidades afectadas se ha comenzado a trabajar en la implementación de un plan de pacificación y la directriz gubernamental es que no haya violencia.
Sostuvieron que las autoridades encargadas de perseguir los delitos realizarán sus labores, pero de manera que los habitantes de Tierra Caliente no se vean afectados, y para ello ya se han instalado mesas de trabajo que se efectuarán de manera diaria.
Fuente: La Jornada