Por Luis Javier Valero Flores
Luego de un inútil lapso de meses, en los que los integrantes de la actual legislatura “escucharon” las propuestas de ciudadanos y organizaciones en los foros convocados por ellos, y de darse un rompimiento entre los dos bloques parlamentarios, conformados a partir de las coincidencias en lo pretendido por cada uno de ellos en la reforma electoral, todo apunta a encaminarse a que el bloque mayoritario, integrado para estos fines por el PAN, PRI, PES y Movimiento Ciudadano (MC), enviarán a una comisión legislativa controlada por ellos la conclusión de la propuesta de reforma electoral.
Si esto es así, la comisión elaborará el dictamen y con él se podrá convocar a un nuevo período extraordinario de sesiones y aprobar la mini reforma electoral, que no contempla las propuestas del gobernador Javier Corral, entregadas al cuarto para las doce, sin discusión previa, en ningún lugar público.
Lo novedoso del inusitado enfrentamiento entre dos bloques parlamentarios son los motivos reales que lo originan.
El bloque minoritario lo conforman los diputados del PRD, PT, PANAL y Verde Ecologista. Luego de años de fructífera alianza (para los integrantes de este bloque) el PRI ha roto con ellos. Se les acabaron las groseras canonjías que les entregaron los gobiernos estatales emanados del tricolor.
Las coincidencias del bloque mayoritario les pegan en la línea de flotación: Primero, PRI-PAN-Morena pretenden desaparecer los acuerdos que les permitían a los partidos coaligados traficar (transferir) votos antes de las elecciones y, segundo, quieren elevar los porcentajes de votación de los partidos, necesarios para acceder a las diputaciones plurinominales.
De ahí la estridente protesta de los partidos minoritarios, el PRI, gracias a su derrota del 2016, ya no desea otorgarles vida artificial y en eso coincidió con los blanquiazules y morenos.
La reacción de los diputados del Verde Ecologista -Alejandro Gloria- y del PT -Rubén Aguilar, es de antología: Amenazaron a los diputados de Morena con informarle a López Obrador que sus legisladores pactaron con los partidos de “la mafia del poder”!!!!
Y son precisamente los integrantes de las familias que más se han beneficiado, al interior de sus partidos (y no sólo ellos, habría que incluir en ese apartado al PRD), los que protestan porque se pretende desaparecer tan mañosa legislación.
Es decir, en el primer caso, en adelante, si dos o más partidos acuerdan una coalición, no habrá un nuevo logotipo en la boleta electoral sino que en el de cada partido aparecerá el nombre del candidato.
De ese modo desaparecerán los acuerdos pluripartidarios previos mediante los cuales los partidos acordaban -antes de la elección y a espaldas del electorado- los porcentajes de votación que cada uno alcanzaría.
Así, no es ninguna sorpresa que el PRI esté del lado de quienes desean terminar con las transferencias de votos, ha reconocido en los hechos su nueva realidad.
La otra razón es la elevación de los porcentajes para acceder a las “pluris”. Si se aprueban, para acceder a la primera “pluri” los partidos deberán contar con el 3% de la votación -en lugar del 2% actual-; para acceder a la segunda, en lugar del 5% actual, deberán contar con el 6 y para acceder a la tercera diputación “pluri” lo harán los partidos que cuenten con el 9%, que sustituye el 10% de la legislación vigente.
Hay una tercera coincidencia que, de aprobarse, sería una tibia reforma pero positiva: Se refiere a que se dejaría a cada partido elegir el modo en que accedería a la distribución de las diputaciones plurinominales.
Dejarán los dos modos -el de que la mitad de los “pluris” procedan de una lista de candidatos, la llamada lista de “pluris”, y la otra mitad serían los mejores perdedores de los candidatos de cada partido, los llamados diputados de “prelación”- y el partido optará, antes de la elección, cual de las dos vías elegirá.
Se quedaron a la mitad del río, no se atrevieron a quitarle a las élites burocráticas partidarias la facultad de incidir en la elaboración de los listas plurinominales.
Además, quieren que los “independientes” deseosos de reelegirse, presenten, de nueva cuenta, las firmas de los ciudadanos que los apoyan. Los obligarán a salir a la calle, otra vez. Con ello le estarán dando una increíble ventaja a Alfredo (“El Caballo”) Lozoya, de Parral, y a Armando Cabada, de Juárez. Al tiempo.
Así, Legislativo y Ejecutivo dejaron pendiente la gran reforma electoral que se requiere.
Ahí pa’ l’otra.
A ver cuándo.
Oigan ¿Y porqué no realizan un Encuentro para discutir eso, de la misma manera que el gobernador Corral ha realizado uno, en el que discutieron los asuntos nacionales y, para nada, los locales?
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