A través de una carta, las integrantes de Consejo Consultivo del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México (INMUJERES CDMX) criticaron la “campaña misógina” que se desató contra la utilización de un silbato para denunciar el acoso sexual en el transporte público.
En el documento manifestaron que hacer eco de esta campaña, es ignorar el trabajo que durante décadas realizaron organizaciones feministas y el movimiento de mujeres que, en conjunto, han logrado que el Gobierno de la Ciudad de México asuma una política de combate a la violencia de género.
“Hacemos un llamado para que como sociedad seamos corresponsables de la eliminación de la violencia contra las mujeres y que generemos un debate constructivo sobre las medidas más apropiadas”, expresaron en el documento que hicieron público.
Explicaron que esta medida forma parte de la estrategia 30-100 en contra de la violencia a las mujeres en el transporte y los espacios públicos, al tiempo que cuestionaron el tratamiento que algunos medios de comunicación le dieron al tema.
“Algunos medios y algunos sectores sociales centraron su atención exclusivamente en el silbato; hacer eco de esta campaña machista, es apelar a la violencia de género contra las mujeres y las niñas como un problema menor, digno de ser tratado con bromas misóginas”, establecieron.
Por tal motivo exhortaron a hacer de la rendición de cuentas y la evaluación de resultados un ejercicio permanente por parte de las autoridades de la Ciudad de México, sobre el combate a la violencia de género que se presenta diariamente.
La misiva fue firmada por Aimée Vega Montiel, Adriana Luna Parra, Eugenia Correa, Gloria Ramírez, Lorena Sosa, Magdalena Huerta, Patria Jiménez, Patricia Piñones y Ximena Andión, integrantes del Consejo Consultivo Ciudadano del INMUJERES CDMX.
Fuente: El Universal
1 Comment
Es que tomando en cuenta lo que para los feministas puede llegar a significar un acoso, es ridícula la importancia que pretenden darle a este asunto. Incluso tocar a alguien sin lastimarlo no debería de ser un problema importante, ni algo que la gente deba pensar más de un minuto después de la posiblemente incomoda experiencia (porque si a alguien estó le quita el sueño es él el que tiene problemas mentales). Ahora que ya ir más allá de eso, que exista una persistencia que claramente ya se sale de todos los límites aceptables, en este caso, esto empieza ya a ser un problema que debe atenderse; pero aún aquí, no podría calificarlo de un problema grave, hasta que no estemos hablando de un problema particular, persistente y de trascendecia, en el que ya se ha recurrido a todos los recursos personales para generar respeto, y lejos de haberlo generado se termina en una posición de sometimiento ilícito. Y aún en este caso no se trata de tener una postura agresiva y violenta hacia los abusadores; de lo que se trata es de respaldar al afectado para conseguir que los que no querían respetarlo, empiecen a respetarlo.