La inflación alcanzó otro máximo no visto desde la pasada crisis económica 2008-2009, al elevarse 0.15% para alcanzar una tasa anual del 6.30% durante la primera quincena de junio.
Dicha cifra se encuentra muy lejos de la meta propuesta por el Banco de México (Banxico) que es del 3% (+/- un punto porcentual). De hecho, en unas horas la institución encabezada por Agustín Carstens dará a conocer su anuncio de política monetaria en el que según los analistas, incrementará la Tasa de Interés Interbancaria, ubicada actualmente en 6.75%.
Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación subyacente, que está integrada por los precios de las mercancías y servicios registró un aumento del 0.17%, colocándose en una tasa anual del 4.82%. Mientras que la no subyacente, se disparó a 11.07%; este tipo de índice está compuesto por los productos energéticos y agropecuarios que tienen la característica de ser más volátiles en sus precios.
Durante los primeros 15 días de junio, los precios del chayote se elevaron 13.69%; el transporte aéreo, 8.71%; el jitomate, 6.75%; la papa y otros tubérculos, 3.50%; el gas doméstico 2.04%; los servicios turísticos en paquete, 1.91%, y en menor medida subieron los costos de la vivienda propia, carne de res y otros alimentos cocinados.
En contraste, disminuyeron los precios del tomate verde, uva, chile poblano, calabacita, huevo, limón, desodorantes personales, así como de la gasolina de bajo octanaje que bajó unos centavos ante la caída de los precios internacionales del petróleo.
En su último comunicado de política monetaria, el Banxico señaló que la inflación enfrenta riesgos como el número y la magnitud de los choques que se han observado y de que incremente la probabilidad de efectos de segundo orden sobre la inflación.
Además, se podrían elevar aún más las expectativas de inflación como consecuencia del comportamiento de la misma, o si la moneda nacional experimenta depreciaciones adicionales. También persiste el riesgo de que se observen incrementos en los precios de los bienes agropecuarios, aunque su impacto sobre la inflación sería transitorio.
Fuente: Apro